Han “volvido” como cada año los buenos deseos y las felicitaciones por todos lados, y con ello se llenaron los cruceros de niños, niñas, madres solteras, personas con discapacidad, indigentes, indígenas, jóvenes malabaristas y limpia parabrisas en fin, un montón de personas que mendigan una moneda para poder llevar dinero a sus casas o cuartos de vecindad en donde habitan, buscando aliviar su pobreza en estos días y querer pasar una noche más cálida a lado de sus familias, o con la ilusión de poder llevar un regalo a sus hijos para decir que les llegó el Niño Dios; esa es nuestra realidad, misma que el gobierno de los gasolinazos, del libre comercio, del que está moviendo a México, del gobierno que pacta por México y acuchilla a sus aliados, que realiza cambios estructurales que solo se lo reconocen empresas extranjeras que están saqueando a nuestro país, ah, pero eso no lo cuentan por que no es bueno.
Desafortunadamente ha “volvido” la pobreza extrema y con ello hoy nuevamente impera la gobernanza del crimen organizado en casi todo el país, pero eso no lo cuentan porque también no es bueno, lo que sí acaba de promulgar y cacaraquear Peña Nieto es de blindarse con un ejército que podrá ahora con permiso del Congreso de la unión, actuar como en la matanza del 68, de las muertes en el 71, de matanzas como la de Aguas blancas, de Acteal y la de los estudiantes normalistas desaparecidos de Guerrero, y otros crímenes de estado cometido en su mayoría por miembros del ejército mexicano en complicidad con los cuerpos policiacos del llamado Mando Único; ese es nuestro regalo del gobierno federal para sus gobernados en esta fría y amarga navidad, y pues lo de la pobreza extrema en crecimiento ya lo mencione antes.
Ahora solo nos queda aguantar callados los actos de injusticia, las malas acciones de los gobiernos federal y de los estados y lo peor, los próximos fraudes electorales, porque si salimos a manifestarnos en solitario o en multitudes seremos blanco de la gendarmería nacional y podrán acallarnos con el escupir de sus armas, encarcelarnos, desaparecernos, o de plano dejarnos amarrados en cualquier árbol de cualquier plaza desnudos y con mensajes disfrazando a los protestantes como viles delincuentes y hacer que la población linche a las personas que ellos decidan, mal presagio sin duda de lo que pueda pasar en este año 2018 que ya está a una semana de inaugurarse, año de expectativas electorales y de posibles cambios de color partidista en la silla presidencial y de los representantes del congreso de la unión.
Estas acciones lo único que están logrando es el desinterés de la población en el proceso electoral venidero y con ello mantener con el voto de los que no saben votar, de los más pobres que venden su voto por una despensa o por un billete de 200 pesos, o por los que son obligados a votar por el partido en el poder a cambio de dádivas o de mantener su empleo en la administración federal, de los grupos corporativos como lo son los sindicatos afines al priismo y acostumbrados a que los mantengan pisoteados en sus derechos civiles y laborales, ese es sin duda el único “voto duro” que le queda al partido de Salinas y de Peña.
Sé que pareciera que soy un amargado en estas fechas, pero es para mí una verdad que puedo usar como fuerza de mi razón de no pensar en que serán felices fiestas, sin duda estaré al lado de quienes me estiman, y poder comer y brindar con ellos, pero estaré pensando tristemente en los primeros mencionados en este Reflexio y muy decepcionado en los últimos que en este espacio he traído como los responsables de la sobrevivencia del corrupto partido al que hoy solo le falta meter a la cárcel a dos personas, al ex presidente padrino y promotor del actual mandatario federal y al mismo promotor de los pactos con gente como la Gordillo.
A quienes aquí me “len” les deseo lo mejor; pero a los que hacen la magia y alquimia electoral a esos no les deseo nada halagador y que con su pan se lo coman por apoyar a transas líderes, diputados y senadores del PRI que nos han regalado la nueva ley de seguridad interior que da poder a los miembros del ejército, y que inclusive puedan pensar en un golpe de estado, a esos malos representantes populares y a sus subordinados y achichincles solo deseo que se los lleve el diablo, y no precisamente el que representa la pastorela.