- El dolor es un signo de alarma cuando se presenta de forma súbita o aguda
- Cuando un dolor agudo se vuelve crónico, es debido a que una enfermedad empieza a presentarse
Con los avances médicos que existen hoy en día, los pacientes no deben vivir con dolor; la tanatóloga María de los Ángeles Martínez Arenas, recalcó que el enfermo tiene derecho a que se suministre un tratamiento de cuidados paliativos, existen muchas alternativas para tratar adecuadamente este síntoma, mismas que deben ser brindadas por especialistas en áreas médicas pertinentes.
Precisó que el dolor es un síntoma muy frecuente, es el principal motivo de consulta tanto general como de especialistas; recalcó que es un signo de alarma cuando se presenta de forma súbita o aguda y sirve como un aviso para prevenir que algo está pasando, si bien hay algunas molestias que con analgésicos se curan, para otras es necesario acudir con un especialista.
La tanatóloga indicó que el tratamiento es primordial para estos síntomas, cuando un dolor agudo se vuelve crónico, es debido a que una enfermedad empieza a presentarse, por ello alertó que se debe tener cuidado cuando este dolor dure más de seis meses y sea resistente al tratamiento ya establecido.
Detalló que este síntoma se basa en cuatro características, emocional, físico, espiritual y social; el dolor crónico repercute en el aspecto familiar y en el laboral ya que los pacientes deberán ausentarse constantemente de sus actividades cotidianas, y en determinados casos, recurren a incapacidades.
Apuntó que los dolores crónicos los presentan pacientes con fibromialgia, sobre todo quienes son diagnosticados después de cuatro o cinco años, pese a que están acudiendo con especialistas; también es común en pacientes con neuralgia posherpética, lo cual es un dolor que se produce después de padecer la enfermedad viral de la piel.
También son difíciles de controlar, dolores por migrañas, neuropatías diabéticas, lumbalgias, artritis reumatoide, o enfermedades como el cáncer que producen un dolor crónico, después de un tratamiento de seis meses con quimioterapia, así como en la amputación de una extremidad.
La especialista recalcó la importancia de que se agoten las oportunidades de tratamiento, para ello se podría empezar con los antiinflamatorios no esteroideos, que son aquellos que la gente ya conoce y utiliza; de continuar los síntomas, se puede optar por medicamentos derivados de la morfina, prescritos por el médico. “Aún y si esto no funciona, para dolores de mayor intensidad existen neuromoduladores, que son aplicados contra crisis convulsivas, antidepresivos, y otras enfermedades, lo importante es darle calidad de vida al paciente”, enfatizó Martínez Arenas.