Durante el programa de conciertos de la Feria del Libro del año 2006 se presentó en Aguascalientes el músico fundador de la agrupación holandesa Flairck, el guitarrista Erik Visser que junto a Hans y Annet Visser dio vida a esta entidad musical. En aquella ocasión vino acompañado por un ensamble de música de la ciudad de Morelia, Michoacán, llamado La Mueca, una interesante mezcla de música y teatro con alcances musicales verdaderamente altos y en sintonía con los argumentos musicales de Erik Visser. Tuve la oportunidad de entrevistar a Visser, yo creo que más que entrevista fue una amena charla informal en donde hablamos de todo, no sólo de su carrera musical o de la fundación de Flairck y del desarrollo musical de lo que en algún momento fue su ensamble, sino de muchas cosas, todas ellas relacionadas con la música: de cómo responde este arte a las necesidades de nuestras sociedades en la actualidad, de qué tan fiel suele ser la música con el pulso de los tiempo en que ha sido creada, de la cultura musical de su país, aunque él es de Indonesia creció y se impregnó de la cultura de Holanda, y también de la cultura musical de México, y créeme que Erik Visser conoce muy bien los fundamentos más sólidos de la música mexicana.
Flairck sigue vigente aunque con una formación que no se parece en nada a la original, sin embargo mantiene ese sonido que le hizo ser considerado con toda justicia un auténtico grupo de culto en el escenario internacional de la música. Cuando me enteré de la presencia de Flairck en Aguascalientes, aun sin ser la formación original y que le dio vida inmortal a este ensamble que no deja de ser interesante porque finalmente son músicos dignos de cobijarse y vivir al amparo de la magia de este nombre, me entusiasmé mucho, aunque siempre existen dudas de que esto realmente se pueda realizar, ya ves, tenemos la amarga experiencia de aquel concierto del grupo italiano Le Orme programado en este mismo escenario, el Teatro Morelos, hace no sé cuántos años y que por situaciones completamente ajenas a los organizadores se tuvo que cancelar, aun con todo el boletaje vendido. Considerando este penosísimo antecedente, no podemos evitar ese temor de que los grandes eventos, por alguna razón, no se puedan realizar.
Finalmente llegó la fecha, 20 de diciembre, y el entusiasmo iba in crescendo. Ahí estaban todos esos amigos con quienes compartí mi juventud escuchando esta música y otras manifestaciones del mismo corte. Flairck se fundó en 1978 aunque yo los conocí ya entrados los años 80, a mis 17 o 18 años y la verdad nunca imaginé que en algún momento tendría la oportunidad de verlos tocar, y menos en mi ciudad, se me hacía más fácil ir a Ámsterdam a verlos que esperar a que se presentaran en Aguascalientes, pero ya ves, las cosas se dieron y por increíble que parezca, Flairck se presentó en Aguascalientes.
Fue un gran concierto, actualmente Flairck está integrado por cinco músicos, ninguno, por cierto, holandés, una violinista de Kazajistán, dos más de Bélgica, una de ellas, además de tocar el violín, es excelente violista, de hecho mi percepción es que es mucho mejor violista que violinista. El contrabajista es también de Bélgica y el líder de la agrupación, guitarrista y bajista, es el mexicano Pablo Ortiz quien durante su vida ha tenido un contacto muy cercano con Erik Visser lo que lo involucró desde muy temprana edad con la música de Flairck y sin duda no tardó en entender de qué se trata el asunto. Todos ellos son músicos virtuosos y mantienen la esencia que le dio identidad y dibujó con definidos trazos el perfil de esta entidad musical, es decir, que la música debe ser estrictamente acústica. Si acaso algo habríamos de criticarle a la actual agrupación es la ausencia de las flautas, instrumentación que desde sus inicios fue parte de la propuesta musical de Flairck, entiendo que las cosas cambian y que de ninguna manera podemos esperar que todo permanezca igual, esta nueva versión tiene su propia propuesta y su forma de expresarse, mantienen su incorruptible perfil acústico con una generosa instrumentación, pero resulta imposible no extrañar las flautas, que insisto, siempre ha sido parte sólida de su identidad musical.
La nueva generación de jóvenes músicos que mantienen con vida la magia de esta entidad musical trabaja bajo el liderazgo del guitarrista, bajista, arreglista y compositor mexicano Pablo Ortiz, él es hijo del fundador de aquel colectivo de música y teatro que mencioné al inicio del presente banquete, me refiero a La Mueca. Cuando yo conocí a los integrantes de este ensamble, como te comenté, en 2006, Pablo Ortiz debió ser un niño y sin duda no tenía todavía la menor idea que en unos cuantos años más tendría en sus manos las riendas de uno de los ensambles acústicos más importantes del siglo XX y lo que va del XXI, ha asumido con gran responsabilidad y solvencia musical el compromiso que representa, no solo forma parte, sino marcar la directriz de Flairck.
La propuesta musical de esta asociación musical formada por integrantes de diferentes geografías y que tiene su sede en los Países Bajos es imposible de definir, yo diría, a riesgo de parecer muy osado en mi apreciación, que están a la mitad del camino entre el rock progresivo y la música de cámara con incuestionables elementos de la música tradicional holandesa, aun cuando ya ninguno de los integrantes sea del país de los tulipanes.