- La doctora Guadalupe Fragoso Palafox, quien ha dedicado su vida a apoyar a adolescentes para prevenir el embarazo en niñas, fue galardonada por la Asociación Nacional de Mujeres Médicas Dra. Matilde P. Montoya
Cuando se tiene talento y pasión, barreras como la discapacidad auditiva no existen, demostró la doctora María Guadalupe Fragoso Palafox al recibir el Premio a la Médica del Año 2017, otorgado por la Asociación Nacional de Mujeres Médicas Dra. Matilde P. Montoya.
En una ceremonia encabezada por el secretario de Salud, José Narro Robles, la galardonada recordó que desde niña quiso dedicarse a la medicina y siempre se ha preguntado cómo ayudar a sus compañeros y a sus pacientes, qué hacer para seguir adelante.
“Como ustedes saben, tengo discapacidad auditiva y aquí tenemos personas sordas que nos están acompañando. Estoy muy contenta, este premio significa que la discapacidad no te impide seguir adelante, uno puede lograr lo que quiere, lo que sabe hacer con mucho cariño y con el alma completa”, comentó entre lágrimas la especialista.
Añadió que “luego de perder la audición a los once años, una persona me dijo que jamás podría hacer algo en la vida, es algo muy difícil, es un arma de dos filos, o sales o te quedas. Toda mi familia y compañeros me han aceptado como soy, entonces llegar hasta acá es importante”.
Igualmente, por primera ocasión, la asociación civil decidió otorgar una Mención Honorífica, que recayó en la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Elisa Vega Memije quien, luego de agradecer el reconocimiento a su trayectoria profesional, señaló que la práctica hospitalaria siempre debe estar acompañada por la docencia y la investigación clínica, y que al final, beneficie a los pacientes.
“A pesar de haber crecido en provincia en el siglo pasado, siempre tuve el apoyo de mis padres para realizarme, al igual que mis hermanos, en todos los aspectos. Me considero una persona afortunada que he debido trabajar arduamente, con metodología y constancia para estar hoy ante ustedes”, comentó en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, la especialista universitaria.
Luego de felicitar a las galardonadas, el doctor José Narro, comentó que ambas especialistas han dedicado su trabajo a apoyar a las niñas y jóvenes que requieren cercanía, oportunidad y apertura para hablar de temas como la educación sexual.
El año pasado el número de embarazos y nacimientos en adolescentes, y que conste que se logró disminuir de manera sustancial -aclaró se aproximó a 390 mil y se consiguió regresar a cifras de hace 20 años en materia de embarazos y nacimientos en niñas de 10 a 14 años.
Refiriéndose a María Guadalupe Fragoso señaló: “Ella ha trabajado con cientos de miles de adolescentes, además de actualizarse permanentemente, publicando y haciendo lo que un médico tiene qué hacer. Estoy seguro de que, si nos remontamos a los tiempos de Matilde Montoya, ella estaría muy orgullosa de ese trabajo”, reconoció Narro ante médicos y especialistas reunidos en el auditorio de la Secretaría de Salud.
Sobre el trabajo de la doctora Vega Memije reconoció no solo su labor en el consultorio, sino su labor docente en la Facultad de Medicina de la UNAM, su labor de investigación en México y se congratuló que las doctoras mexicanas tengan este relieve.
“Qué bueno que hoy en día podemos trabajar hombres y mujeres juntos, que podemos complementarnos en nuestras condiciones, cualidades y características, además de compartir nuestra vocación de servicio”, dijo.
María Luisa Villalpando Meléndez, presidente de la Asociación Nacional de Mujeres Médicas Dra. Matilde P. Montoya, consideró que las galardonadas son una inspiración para las nuevas generaciones de doctoras que, actualmente, representan el 70 por ciento del estudiantado en escuelas de medicina.
“Son ejemplos a seguir para superarse. Esta es una carrera a la que hay que dedicar muchas horas de estudio y en la que hay que estarse actualizando constantemente”, comentó en entrevista la doctora Villalpando.
Recordó que hace muchos años a las mujeres no las dejaban estudiar, como es el caso de la primera médica mexicana Matilde P. Montoya, que para titularse se requirió de un decreto del entonces presidente de México, Porfirio Díaz, abriendo el camino a las mujeres para ingresar a las escuelas de medicina.
Con información del Foro Consultivo Científico y Tecnológico
