Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad
– Miguel Delibe
Y luego dicen que no… se ostentan como “una opción diferente”, alejada de la corrupción, planteando propuestas “innovadoras”, basadas en un cambio integral muy distante de lo que acostumbrados estamos la mayoría de los mexicanos, la podredumbre de la corrupción en el poder.
Estoy hablando de los políticos de nuestro país, aquellos que -y comprobándolo una y otra vez- sólo buscan el beneficio propio, que permanecen ajenos a lo que debiera ser su función central: ver por sus representados, resolver sus problemáticas y plantear propuestas que mejoren sus condiciones de vida de una forma honesta y transparente pero sobre todo apegados a la ética.
Esta semana nuevamente salió a la luz pública el desvío de recursos desde la complicidad de quienes se encuentran -o encontraban- en puestos públicos y que siguen apoyando, igualmente para su beneficio propio, a otros de su misma calaña.
De larga trayectoria en los partidos políticos, que van como chapulines de un puesto de elección popular a otro, esos personajes que viven del pueblo, que reciben mes con mes jugosas remuneraciones, que no se cansan de aprovechar su posición y se han convertido en una lacra social.
Con tal descaro se mueven que a ojos de todos reconocen con una careta de inocencia que han utilizado el beneficio de manejarse bien en la política. Que justifican lo injustificable y que siguen creyendo que la población permanecerá inerte ante sus abusos.
Así, finalmente uno de ellos, el dirigente del PT, Héctor Quiroz -también ex diputado local y exregidor-, tuvo que reconocer que el Gobierno del Estado de Nuevo León ha aportado a los Centros del Desarrollo Infantil (Cendis) del Frente Popular Tierra y Libertad que prestan sus servicios en Aguascalientes, diversas cantidades de dinero desde hace más de diez años y por medio de la Secretaría de Educación de ese estado.
Su cómplice y esposa, Rosalía León Rosas se encargaba de la administración de los tres Cendis: dos de ellos en Calvillo y uno más en San José de Gracia que recibieron en total, en el transcurso de 2009 unos 55 millones 900 mil pesos por parte del Gobierno del Estado en la administración de Luis Armando Reynoso Femat.
Los Cendis operados por León Rosas no serían los únicos centros educativos con los que el PT se habría beneficiado del erario público pues en 2011 se abrió el bachillerato con el nombre José Vasconcelos que el entonces diputado de ese partido, Jesús Rangel de Lira, operó por tres años en la comunidad de Paso Blanco de municipio de Jesús María.
No nos son ajenas las cantidades millonarias que se mueven del erario a los partidos políticos, basta recordar otro de estos institutos de los que se ha denunciado corrupción como en este caso. Otro partido que busca alianzas a modo, que logra por la vía plurinominal colocar sus fichas: el Partido Verde, que dicho sea de paso ha perdido credibilidad y simpatizantes.
Ésta sigue siendo nuestra política mexicana, aquella que con millonarios presupuestos que ofenden a todos, y a través de sus institutos, sigue manejando y manteniendo a corruptos que no reciben una sanción en proporción al daño que realizan al erario. La pregunta está en el aire… ¿seguiremos permitiendo como sociedad que estos políticos sigan moviéndose bajo su propio beneficio?