Motivos personales
La renuncia por razones personales que presentó quien hasta entonces se desarrollaba como titular del Instituto Aguascalentense de las Mujeres (IAM) Ruth Pérez Cedillo nuevamente pone al centro del debate el desempeño del gabinete del gobernador Martín Orozco Sandoval. Si bien es cierto este no es el primer cambio, al igual que otros le está dejando un mal sabor de boca a quienes no quieren que siga en aumento la idea o percepción de que el Gobierno del Estado no logra terminar de convencer, por el contrario parece que le está costando mucho llevar a bien su administración.
El equipo de Martín Orozco ha aplicado más de una reingeniería, los despidos se han dado por todos lados y recientemente anunció que se dará un nuevo proceso de acomodo para ahorrar recursos y como suele suceder casi siempre, el discurso rebaza los hechos, es cierto que se está despidiendo a gente pero también es cierto que está llegando otra gente a ocupar esos lugares y lo que ya no es ningún secreto es que la gente que va llegando se encuentra muy acomodada en los grupúsculos del PAN y que además participaron en la campaña anterior. Y sí así es como se maneja la administración pública desafortunadamente a casi nadie le interesa la experiencia y el perfil sobre el tema que se tenga sino que te pintes el cuerpo de los colores de su partido, en general eso siempre lo han hecho.
El encuentro con la doble moral
Cuando conocí a Ruth Pérez Cedillo me sorprendió que fuera una mujer tan joven la titular del IAM y la verdad es que creí que podría traer algo bueno, una política fresca sobre género, al menos la disposición para esforzarse y cumplir con tan alta responsabilidad, no es sencillo tener la titularidad de una institución en un gobierno donde lo último de lo que quieren hablar es del género y donde es obvio el nulo apoyo al trabajo que el IAM desarrolla, por eso digo que es alta la responsabilidad sin el apoyo institucional. Fue muy rápido nuestro cruce porque pronto ella me anulo a mí y a quienes forman parte de mi colectividad de lesbianas organizadas, como lo escribí antes en otras columnas Ruth nos excluyó del entorno de organizaciones civiles con quienes tuvo un primer acercamiento que posteriormente rompería.
Quizá la falta de seguridad en sí misma, en su habilidad para lidiar con un grupo conservador que le hace sombra al Gobierno del Estado y especialmente al IAM, pero también muy probablemente la lesbofobia hizo que una y otra vez nos rechazara como grupo y desde luego como personas, así que por ese lado a ella le ganaron sus prejuicios, si dio oídos a quienes pronto la cercaron y la aislaron buscando beneficiarse de esa posición, pues la mal aconsejaron.
Por aquellos días de febrero se llevó a cabo el Foro de Consulta Ciudadana Feria de las Ideas, donde supuestamente se tomarían en cuenta las propuestas de las organizaciones civiles que habíamos sido convocadas. Al evento llegamos muchas organizaciones con el tema de género, habían dos mesas referidas, salud sexual y reproductiva y prevención de la violencia de género, la extitular del IAM se quedó sentada con su grupos que más parecía la tenían acorralada y tampoco ella hizo nada por romper el cerco y quedarse ahí sentada cómodamente revisando su celular durante todo el foro, mientras en otras mesas por ejemplo, la de salud, el entonces secretario estaba participando con las organizaciones civiles, escuchándolas, anotando, compartiendo, en el caso del tema de género Ruth nunca se acercó a la mesa de trabajo, para mí era obvio su desinterés no sólo en las organizaciones civiles sino en el tema. Ese fue el comentario que recorrió por aquellos días las conversaciones de las organizaciones civiles, el pasmo en el que nos habíamos quedado al ver aquella actitud de la encargada de las políticas públicas a favor de las mujeres y desde luego las propuestas hechas nunca salieron a la luz en el famoso plan de desarrollo. El último encuentro fue uno en que nos saludó forzadamente pues en la sala de espera estábamos solo dos lesbianas y ella así que no tuvo de otra más que saludarnos, eso sí, jamás nos devolvió ni la mirada, en mi experiencia la gente cuando se llena de prejuicios no puede ver lo absurdo de su actuar. Eso fue desde la organización social lo que marcó los cruces con Ruth Pérez, su forma de invisibilizarnos.
La enseñanza fue mutua
Para el Gobierno del Estado y específicamente para Martín Orozco la enseñanza de lo ocurrido con la extitular del IAM fue mutua, quién sabe si el aprendizaje también lo sea pero la lección fue para ambos lados, sale caro nombrar en puestos de toma de decisión a personas que no tienen el perfil y la experiencia, deja una pésima imagen del gobierno quienes buscan responder al partido político al que pertenecen y no a la ciudadanía que gobiernan.
Acomodan aquí y allá a un personaje y a sus parientes por haber participado en la campaña del partido y el gobierno así se ha conformado por personas que no responden a ninguno de los dos requisitos fundamentales para la administración pública, al menos para quienes pensamos que la obligación de gobernar y de ejercer políticas públicas a favor de la población deben ser desempeñadas por quienes tienen capacidad, porque a México le ha costado mucho llenarse de cabezas que vienen “a aprender”, ya basta de esa práctica clientelar de la función pública.
No es posible que la actual administración despida a personas especializadas como Lourdes Martínez Staines en el área de salud reproductiva del ISEA por ser este un tema “incómodo” para la doble moral conservadora y darle al traste al proceso de trabajo con las organizaciones civiles y con la población solapando una decisión caprichosa de quienes tienen más poder pero ninguna experiencia en el tema y el peligro que ponen las políticas públicas, por eso reitero el costo ha sido alto cuando un gobierno como el actual trae a personajes a que vengan a “aprender” al puro estilo Luis Videgaray.
La renuncia por motivos personales de Ruth Pérez Cedillo ocurre por un percance de absoluta irresponsabilidad, querer ocultar el hecho, mover influencias para que no saliera a la luz hasta estos días, el costo que tiene que pagar sobre sus actos los impuestos de la población que tendrían que ser para otras cosas de beneficio, su falta de visión para desarrollar el cargo, la nula experiencia y ánimo para trabajar a favor de las mujeres y me refiero a todas las mujeres no sólo las que ella considera lo son. No hay duda, independientemente de su renuncia ella debe pagar lo ocasionado por ella y no la ciudadanía.
Pero es terrible mirar el actuar del gobierno, pedirle el puesto a alguien por este percance y mejor despedirla por este hecho que por el pésimo desempeño que tuvo con la institución, que por el riesgo en que pone la recepción de recursos federales que son utilizados a favor de las mujeres, por debilitar el proceso costoso que tiene en la vida de las mujeres la violencia y su tibio proceder para atender la problemática, porque siente que le debe el puesto a esa sombra que vigila, la misma que la puso ahí y olvidó que estaba para servir a las mujeres y que el Gobierno del Estado está para servir a toda la población no para cumplir caprichos de quienes desean la secretaría de la familia y así sentir culminadas sus ganas de vencer a la fuerza y no con la razón.
Veremos cuál fue el aprendizaje del gobierno de Martín Orozco, si hará lo adecuado y buscara una mujer con experiencia, empatía, visión, capacidad y conocimiento o si optará por reciclar y poner otra funcionaria que vaya de pechito con el tema que no deje duda sobre las características de un gobierno mediocre. Ya veremos.
@Chuytinoco