Por Brigitte Nájera
Juana Ramona luchó, tomó ciudades; Carmen Vélez dirigió un batallón; Ángela Jiménez hizo explotar la dinamita; Encarnación Mares se vistió de hombre, llegó a ser subteniente; Amelia Robles dijo ser hombre y llegó a ser coronel; Rosa Bobadilla peleó incansablemente; María Quinteras siempre ganó batallas y dirigió a hombres que obedecían sus órdenes. ¿Alguna vez nos cuentan sobre estas mujeres revolucionarias en nuestras clases de historia de México? Yo no tengo ningún recuerdo al respecto, ni de mis años en la primaria y secundaria, ni ahora en la universidad en mis clases de contexto histórico.
Leyendo a Galeano me encontré con sus nombres; es un hecho que la mujer ha sido olvidada en la historia. Son pocas las que nos cuentan, las que conocemos. Pareciera que en el pasado los hombres eran los únicos involucrados en cada gran acontecimiento que ahora nos enseñan en las aulas de clase. Pero sé que no, seguramente hubo muchas y las hay; mujeres en movimiento, como aquellas revolucionarias libertadoras.
Es importante evidenciar la ausencia de la mujer en la historia, hacer una revisión de lo que contamos y ampliar más nuestros horizontes, dando a conocer de lo que han sido partícipes, en todas las disciplinas, como el arte, la medicina, la química… en fin, en las diversas actividades humanas. También, el comenzar a realizar investigaciones más profundas y con un panorama más amplio, ya que es muy difícil acceder a este tipo de conocimiento. Lo he comprobado en mis clases de contexto, en el que al pedir referencias sobre las mujeres en la Revolución Mexicana, mi profesor ha respondido con duda y sólo me ha brindado pocas, bibliografía no específica, demasiado general.
La mujer como minoría ha sido dejada de lado, lo cual nos lleva a pensar lo conocido y observarlo con ojos críticos para así, generar nuevos conocimientos. Ahora bien, no digo que la mujer se tiene que posicionar por delante de la historia de los hombres, o que por ser lo que son se les otorgue un valor más grande, sino que simplemente se les de la visibilidad que merecen. Es y será importante que al momento de practicar el revisionismo histórico de la mujer se deba de saber discernir y generar todo un contexto que le pueda brindar, si es el caso, la relevancia histórica que merece.
En el arte y su historia, Occidental sobre todo, sí nos encontramos con varias mujeres en las distintas manifestaciones artísticas. Sin embargo, lo que se enseña es casi toda una historia compuesta mayoritariamente por hombres, aunque sabemos, eran privilegiados en ejercer esta práctica. Pero también, existieron creadoras, pero comparadas con todo lo que concierne a la actividad en donde está involucrado el hombre, evidentemente son muy pocas. Se necesita explorar, indagar más a fondo y compartir otras historias más incluyentes.
Todo esto no quiere decir que por ser mujeres, todo lo que hicieron, en este caso en el arte, tenga un valor imprescindible. Por lo mismo que la mujer fue relegada a otro tipo de actividades, el desarrollo de su producción puede no ser tan vasto o no contar con los criterios impuestos por el mundo del arte. Los hombres tuvieron la posibilidad de desarrollar y aprender más para así crear e innovar nuevas cosas. La mujer, con menos oportunidades, hizo lo que su realidad le permitía; hubo algunas que gozaron de ciertos privilegios, como el poder tener las herramientas necesarias para generar conocimiento y así, permitirse la creatividad y darle sentido a través de la expresión. El pasado las olvidó y no han tenido en demasía, grandes papeles en la historia.
Debemos actuar y revisar lo que se nos enseña, pero también, hacer cambios en el presente y que la historia que se escriba de ahora en adelante, tome otros rumbos y visibilice aquello que por muchos años ha sido dejado de lado. Sí se han realizado cambios y el revisionismo ha dado a conocer bastante, pero no lo suficiente. Además, falta oficializar lo acontecido como parte del discurso institucional, para que así puedan estas historias pasar a la historia; que se den a conocer a la mayoría de las personas y que formen parte del imaginario colectivo.
Posiblemente muchas mujeres seguirán en las sombras, pero indagar e involucrarse en sus labores, estudiarlas y transmitirlas permitirá que cada vez más logremos percibir nuestra historia de manera diferente; nos dará una visión más amplia de lo acontecido y conoceremos fragmentos de aquello que nos conforma; el cómo es que nos hemos ido construyendo y acercarnos a otras posibilidades de entender el mundo; generar vínculos que nos permitan una interacción más variada con los distintos rostros del olvido y así dialogar y constituir lo histórico desde una mirada más incluyente.
(*) Este texto es resultado del Taller de Periodismo Cultural para alumnos de la Licenciatura en Ciencias del Arte y Gestión Cultural de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Interesante texto, aunque aborda el tema de manera tangencial y queda sólo en opinión. Ojalá que se profundice en la presencia de la mujer en el arte, la ciencia y sobre todo en los procesos sociales con el apoyo de otras fuentes.