- Según el director, desde su creación el complejo nunca ha recibido reestructuras de importancia y ha estado abandonado
- El desinterés y la corrupción han hecho que el rastro de donde sale la carne que comen los aguascalentenses termine en malas condiciones
El Rastro Municipal ha estado abandonado prácticamente desde su creación por el desinterés de las autoridades y peor aún, por la corrupción de sus anteriores administradores lamentó su actual director, Raúl Ramírez Franco.
El 8 de noviembre de 2017 un denunciante anónimo hizo llegar seis fotografías a la redacción de La Jornada Aguascalientes en las que se muestran charcos de sangre al exterior de las instalaciones del Rastro Municipal de la capital del estado que se ubica a la entrada de la cabecera municipal del San Francisco de los Romo, dentro de la demarcación de ese municipio.
Al mostrarle las fotografías, Ramírez Franco, explicó que un par de fotos se explican porque en los días pasados una coladera donde se vierte el agua tratada se tapó, lo que ocasionó que el agua, supuestamente tratada, se desbordara y saliera a la calle, sin embargo, dado el color del charco, aparentemente el agua no fue convenientemente tratada.
El resto de las imágenes, comentó, corresponden a fotografías tomadas al interior del rastro, cerca del área de los corrales y el estacionamiento, pues los charcos de sangre que hay en esa parte del complejo son el resultado de las labores de carga y descarga de la carne de los camiones que transportan la mercancía a las carnicerías de la ciudad.
Lo que sí admitió el director es que el rastro no sufrido mejoras considerables ni se han tenido obras de fondo para la mejora de la calidad de los procesos que se realizan en su interior desde hace por lo menos 30 años, cuando se abrió este complejo.
A decir de Ramírez Franco, el rastro está evidentemente deteriorado, lo cual es una prueba de que como mínimo, el matadero tiene 30 años sin que se haya hecho una inversión de importancia en el mantenimiento, pues las acciones que se han realizado han sido únicamente medidas correctivas, “No son recursos que se la hayan metido de fondo para solucionar los problemas que prevalecen en el rastro”.
Además, lamentó el director que llegó a la administración en enero de 2017, aparentemente los recursos que fueron destinados para el mejoramiento del rastro en estos 30 años, han sido dilapidados por los anteriores encargados de este espacio, “Hace cuatro años llegaron 70 toneladas de cemento y díganme, ¿dónde están? A lo mejor en el rancho de uno de los encargados del rastro”.
Los vidrios, por ejemplo, llevan rotos por más de diez años, por lo que el polvo y los insectos entran con facilidad a las cámaras donde se maneja la carne que posteriormente se envía a Aguascalientes, mientras que la rielería y los ganchos también estaban muy deteriorados hasta su rehabilitación en 2017.
Antes de que termine el año, comentó el director, 800 mil pesos que debían ser administrados por la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio serán reasignados para resarcir parte de las siete observaciones hechas por la Cofepris a lo largo de 2017, mientras que para 2018 se esperan tres millones de pesos más para este mismo propósito, por parte de la Secretaría de Servicios Públicos Municipales.
Entre las observaciones hechas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) figuran el mal estado de las puertas para las cámaras de refrigeración, la limpieza del lugar, el error al hacer matanzas de ovino caprinos en el piso y los vidrios rotos de las cámaras antes mencionadas.
Con estas ingresos se espera instalar puertas de acero inoxidable de grado alimenticio para las cámaras, cortinas aceras para evitar la introducción de fauna nociva y polvo, rehabilitación de vidrios, instalación de extractores de aire, montaje de cortinas hawaianas, un moto reductor para la matanza de los ovino caprinos y sellado con policarbonato de las ventanas.
Con los 800 mil pesos y los tres millones se sólo atacarían prioridades o tendrían funciones paliativas, admitió el servidor público, sin embargo se esperan hasta tres millones más de inversión municipal para pavimentar los accesos al rastro para que los camiones que llegan a cargar carne y descargar animales no levanten polvo que pueda contaminar los productos.
En lo que va de 2017, se han resarcido parte de otras observaciones para las que se ha invertido un millón de pesos de Servicios Públicos, como la mejora de la sierra canalera, la sierra de pesos y el sacrificio del animal por noqueo, pues hasta 2016 se sacrificaban rústicamente con una estaca en el cuello que generaba carne de mala calidad debido al estrés de los animales.
En el lugar, comentó el director, también es necesaria la instalación de un biodigestor, pues los restos que no son utilizados para el consumo humano o industrial son enviados al Relleno Sanitario San Nicolás; generándose diariamente 15 toneladas de desechos.
El rastro genera grandes cantidades de contaminación por el uso de diésel en los aparatos mecánicos que se utilizan, llegando a gastarse alrededor de cinco mil litros cada dos meses y medio, por lo cual se planea que el gas que genere el biodigestor sustituya a este combustible.
La compra e instalación de este equipo tendría un costo de más de cinco millones de pesos que serían subsanados, si se ejerce el proyecto, por el Instituto Municipal de Planeación y otra parte por ingresos federales de distintas dependencias en favor de la mejora del medio ambiente.
Independientemente de los introductores que hagan servicio de las instalaciones del rastro, se sacrifican alrededor de 160 grandes animales al día, que son en su mayoría bovinos y el resto equinos, es decir caballos, animales que están permitidos por las normas de Cofepris y cuya carne es consumida en Aguascalientes; además de 200 caprinos y 200 porcinos al día.
En promedio, también son sacrificados cerca de 200 animales de segunda línea, es decir, aquellos que llegan enfermos, heridos o semimuertos; de los cuales la carne que se destina para el consumo humano es sólo la de los animales lisiados, cuyo precio en el mercado es menor.
Diariamente, 27 ganaderos fijos llevan a sacrificar a sus animales al rastro y en promedio se suman hasta 45 más que acuden de manera esporádica, estos son atendidos por los 83 trabajadores que laboran en diferentes tareas del matadero.
Antes de su salida, el anterior secretario de Servicios Públicos Municipales, Héctor Anaya Pérez, dio a conocer que por años, el rastro municipal ha trabajado con déficit anual de cinco millones de pesos que se deben principalmente a un mal aprovechamiento de la energía eléctrica y del agua, por lo que además, el recinto trabaja con números rojos; no recauda lo que invierte.
Ojos que no ven, estómago que no se revuelve. Desafortunada la gestión y el abandono en el que se encuentra el rastro, yo tuve oportunidad de visitarlo hace más de 10 años y tal parece que no ha cambiado un ápice. Dejé de comer carne como 2 meses.