Una coyuntura política como la que hoy prevalece en México, con un Senado partido por la mitad debido a la formación de dos bloques irreductibles: la oposición del Frente Ciudadano por México (PAN-PRD-Movimiento Ciudadano) versus PRI y aliados PVEM, Morena, Nueva Alianza y PES, que representan el 62.8 por ciento de la Cámara de Diputados, en la muy álgida disputa por evitar pase automático del procurador general de la República a la nueva Fiscalía General, Raúl Cervantes Andrade; derivó en la renuncia de éste a su puesto en la PGR, haciendo necesario el nombramiento presidencial de un encargado de Despacho que recae en Alberto Elías Beltrán, quien venía fungiendo como responsable de la Subproducraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales.
Mismo que, de manera intempestiva y tronante cesó en el cargo al titular de la Fepade Santiago Nieto Castillo, que se encontraba en plena acción dictaminadora acerca del caso Odebrecht, constructora brasileña, en que se indicia por supuestos ilícitos electorales como involucrado en el sonado caso de corrupción, nada menos que al titular de la Secretaría de Energía, Emilio Lozoya Austin, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), acusado por tres exdirectivos de la empresa extranjera de recibir 10 millones de dólares (mdd), a cambio de facilitar que Odebrecht obtuviera contratos de obra pública entre 2010 y 2014, lo que Lozoya ha negado en reiteradas ocasiones. Este cese fulminante instala la división del cuerpo legislativo.
Contradicción en la cumbre del Poder Legislativo que se pasa como estafeta al interior del Senado de la República, pretendiendo así, destrabar la lucha intestina en San Lázaro. Y que logra exclusivamente su fractura en dos bloques: “En el Senado hay 37 representantes del PAN, 8 representantes del PRD, 16 representantes del Partido del Trabajo y 5 sin grupo parlamentario. Juntos suman 66 senadores, es decir, 51% de la Cámara. Son mayoría” (Fuente: https://goo.gl/TW4XEb).
De manera que el meollo del affaire legislativo está no tan sólo en el voto dividido del Senado, sino en la naturaleza jurídica de dicha contraposición, el Frente y aliados a favor de la restitución del Titular de la Fepade, contra el PRI y aliados parlamentarios, bloque que urge solamente de sumar 3 votos senatoriales, para romper la mayoría en su contra. De ahí la importancia de escoger el modo de votación, en que el PRI se pronuncia por el voto secreto, y su contraparte opta por el voto nominal acostumbrado en las sesiones del pleno. Situación coyuntural del Legislativo que, en los hechos, tiene desierta prácticamente a toda la planta de funcionarios titulares concerniente al Sistema Nacional Anticorrupción en el sensible ámbito de la Procuración de Justicia. Así de grave es la tensión ejercida en este campo de fuerzas.
Este escenario cambia dramáticamente con el anuncio, hacia las 14:00 horas de este viernes, del propio Santiago Nieto Castillo, quien se desiste de su objeción a ser destituido -“por razón de Estado y altura de miras”- presentada ante el Senado, renunciando con ello a optar por ser reinstalado. Queda de este modo allanado el camino para que los bloques opuestos en dicha Cámara, tengan que votar obligatoriamente para zanjar el diferendo. Ahora el reto consiste en designar un nuevo Titular de la Fepade.
El análisis de campo de fuerzas es un instrumento metodológico que permite identificar y tasar el poder relativo que posee un conjunto de fuerzas en sentido positivo, impulsor, frente a su opuesto, negativo, conjunto restringente. El ejercicio consiste en ir identificando, enumerando, clasificando y ponderando cada línea de fuerza en un sentido o en otro, vis á vis/una frente a otra; al final, se obtiene un marco hipotético de conjunto que sea verosímil acerca de la dinámica de fuerzas contradictorias que componen dicho campo. En realidad, la descripción inicial de esta columna, cumple con indicar el estado del actual campo de fuerzas.
Lo que queda por hacer de este análisis es leer correctamente esos factores impulsores o restringentes para entender lo más objetivamente posible el conflicto que se genera, su sentido, su significación política en este caso, y los alcances que pueda tener en la lucha real por la conquista del poder gubernamental.
Un examen científico de este estado de cosas en la coyuntura política no es comprensible a simple mano alzada o al ojo de buen cubero. Es preciso contrastar los elementos así identificados y construidos ante una teoría plausible capaz de dar explicación de los hechos. Y para ello, yo anteriormente he propuesto la hipótesis interpretativa que proviene del concepto: “Authoritarian notions of democracy (henceforth: AND’s) / Nociones autoritarias de la democracia, propuesto por un refinado análisis estadístico de los autores: Christian Welzel, Leuphana University Lüneburg©, en colaboración con Helen Kirsch London School of Economics, (2017), titulado: “Democracy Misunderstood: Authoritarian Notions of Democracy around the Globe”. Bajo la firma World Values Research 9 (1): 1-29 / La Democracia Malentendida. Nociones Autoritarias de la Democracia alrededor del Mundo).
En donde, la tesis fundamental se concentra en la idea de observar cómo se dispersa el mapa geopolítico de las naciones, bajo la mirada acuciosa del modo cómo operan -en sus respectivos campos de fuerzas- las Nociones autoritarias de la democracia (AND’s -por sus siglas en Inglés-), como la variable resultante ya sea de objetivos, metas, ideario, opciones y decisiones políticas de un partido, fracción, coalición o frente “ciudadano”, para nuestro caso de interés.
Baste recuperar el perfil autoritario de algunos países comparados con México, para darnos una idea de cómo influye esta variable de “nociones autoritarias” enmascaradas en una presunción pública y publicitada de democracia. Los índices siguientes se inscriben en un continuum, de más autoritarias a menos autoritarias. Veamos, entendiendo que el 0 indica el polo más democrático, en tanto que la 1-unidad implica el polo extremo de autoritarismo-, dichas ADN’s/nociones autoritarias de democracia identificadas en la escena política de cada país comparado, permite rankearlos de más liberales/menos autoritarios a su opuesto, menos liberales /más autoritarios.
Bajo tal supuesto, países como Alemania, Suecia, Japón, Australia y Holanda se posicionan en rangos (de 0.15 a 0.25). Y Dichos países contrastan con Estados Unidos (0.35); o México (0.48); y Rusia (0.50). Ante los que, se corren al extremo autoritario, países como Qatar, Sudáfrica, Marruecos, Yemen, Paquistán y Egipto con rangos (de 0.65 a 0.85), comportando el máximo autoritarismo, en la escala.
Los resultados de este ensayo permiten identificar el nivel de las fuerzas impulsoras de la democracia, que los autores designan como: “enlightenment forces”/ ‘fuerzas de ilustración’ (sean: “la movilización cognitiva” y la “liberación moral” ciudadana) de las que es capaz de ejercer la ciudadanía en su conjunto. Criterio que se dispersa como sigue: Los mismos países Alemania, Suecia, Japón, Australia y Holanda se sitúan en la vanguardia de “los más ilustrados” (0.85 a 1.0 de la escala). En tanto que Estados Unidos (0.81) con fuerzas de movilización cognitiva y liberación moral; México con un índice de 0.52 que comparte con Colombia, Rusia, Barhain y Singapur.
La tabla mejor indicativa de cómo se resuelve la paradoja democrática entre ya sea la prevalencia de ADN’s frente a las fuerzas de ilustración; y el criterio de qué tanto se queda corta la realidad de la democracia prevalente, contra el deseo de la gente por ella. Arroja que: Suecia, Japón, Australia, Holanda y Nueva Zelanda tienen una prevalencia de ADN’s (.15 a .30); Estados Unidos (.35); México, a media tabla (.48); Rusia, muy cercano (.50); y Pakistán y Egipto con índices (.70 a 85) respectivamente.
Respecto de los índices aspiracionales de un pueblo por la democracia, o en qué medida se queda corta la democracia operante respecto del deseo de la gente por ella, tenemos que: Suecia, Japón, Australia, Holanda y Nueva Zelanda tienen rangos (de -0.10 a .10); Estados Unidos (.00) –lo que indica un deseo prevalente por la democracia efectiva; México, se posiciona a media tabla (.58); Rusia, poco más lejano (.68); Pakistán (.67) y Egipto con índice (.72). (Nota mía: LJA. Notas aparentes de la democracia. Sábado 3 de Junio, 2017).
Lo que nos permite concluir que la presente coyuntura política mexicana, descrita en el conflicto partidista instalado en ambas cámaras legislativas, también se traslada al seno de la sociedad civil, y está vulnerada o condicionada relativamente por la forma de cómo cada bloque frasea sus reivindicaciones y exigencias frente al otro (bajo la expresión de sus ADN’s), al igual que y/o frente al Estado, en su forma y figura de gobierno.
Situación que refrenda la vigencia de un estatus crítico del ambiente electoral. Por un lado, desde los actores políticos dominantes existe un alto grado de simulación democrática que los exhibe por sus propias ADN’s, en sus respectivas tomas de posición irreductibles, con timbre del tipo más autoritario, por un lado; por otro lado, la sociedad en su nivel aspiracional democrático, se demostró ya más decisivamente reivindicativa y crítica, ante tales actores políticos, exigiendo su derecho a ver zanjado dicho diferendo. La resultante de esta dinámica implica que en términos de prácticas democráticas, tenemos aún mucho camino por recorrer, pues quedamos a media tabla, y a duras penas estamos a punto de salvar un impasse que de otra manera degradaría nuestras aspiraciones a la democracia efectiva. Hechos de una simulación democrática que, al final, recordemos, es la piel bajo la cual se esconde un autoritarismo político.