- La violencia e injusticia alteran y destruyen de forma injusta y arbitraria, el proyecto de vida de una persona
- Es conveniente replicar y difundir los conocimientos ante las resistencias que aún persisten con visiones androcentristas, incluso misóginas del derecho
La magistrada presidente de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine Otálora Malassis, destacó la importancia de la Tercera Reunión Regional para América Latina y el Caribe de la Asociación Internacional de Juezas, que se lleva a cabo en la Ciudad de México, porque permite reflexionar sobre la trascendencia del quehacer institucional jurisdiccional.
Al participar en la inauguración del evento, convocado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México y el propio TEPJF, la magistrada se refirió al trabajo que llevan a cabo quienes imparten justicia
Ante el ministro presidente de la SCJN, Luis María Aguilar Morales, la ministra Margarita Beatriz Luna Ramos y los ministros Alberto Pérez Dayán, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y la magistrada de la Sala Superior del TEPJF, Mónica Aralí Soto Fregoso, Otálora Malassis valoró este tipo encuentros porque “nos ayudan a compartir experiencias sobre nuestras responsabilidades, decisiones, elecciones y defensas como juzgadoras”.
Indicó que “la violencia, la injusticia y la discriminación, que alteran y destruyen de forma injusta y arbitraria el proyecto de vida de una persona, se reviste de particular gravedad y el derecho no puede quedarse indiferente a ello”.
Ante representantes de estados de la República y de países de América Latina y el Caribe, dijo que “estos espacios nos dan la oportunidad de recordar que nuestras sentencias son una vía para reparar estas rupturas, en la búsqueda de las personas de sus proyectos de vida. Estos espacios nos permiten compartir la forma en cómo nos hemos hecho cargo de ello en los casos que resolvemos”.
La magistrada presidente del TEPJF señaló que “la idea de que el derecho y, por lo tanto, nuestro actuar, no pueden ser indiferentes a lo que genera la violencia, la injusticia y la discriminación”.
De ahí que en estas reuniones haya intercambio de experiencias y trayectorias que permitan “transmitir lo que discutamos y aprendamos, para llevarlo a nuestros países, a nuestros ámbitos laborales y también personales”, expresó.
“Tenemos que reconocer que, en gran medida, hoy nos reunimos personas convencidas de que no hay forma de impartir justicia sin un enfoque de género, y de interculturalidad”, puntualizó la magistrada presidente e insistió en que es conveniente replicar y difundir los conocimientos ante las resistencias que aún persisten con visiones androcentristas, incluso misóginas del derecho.
Con información del TEPJF