- La muestra Ecos de la cultura: etnografía y grabaciones sonoras, en el Museo Nacional de las Culturas, se integra con más de 70 piezas, entre aparatos de grabación, fotografías, piezas sonoras y objetos etnográficos
Un viaje por las músicas, sonidos, cantos, rezos y plegarias de las distintas comunidades culturales de México presenta a través de objetos etnográficos y máquinas de grabación y reproducción la muestra Ecos de la cultura: etnografía y grabaciones sonoras, alojada en el Museo Nacional de las Culturas.
La exposición con la que la Fonoteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) celebra su 53 aniversario, se compone de poco más de 70 piezas, entre aparatos de grabación, fotografías y piezas sonoras, con las que el visitante podrá hacer un recorrido histórico desde los inicios de la grabación del sonido hasta la actualidad.
Benjamín Muratalla, subdirector de la Fonoteca del INAH, explicó en entrevista que la exposición hace referencia a los antropólogos, lingüistas e historiadores que investigaron y grabaron sonidos de las diferentes culturas de México, y a los precursores del proyecto de Fonoteca iniciado en 1964.
“Este es un recorrido por el mundo de la antropología y el sonido, o mejor dicho la tecnología de grabación sonora como herramienta para las ciencias antropológicas y la historia”, apuntó el especialista.
Expuso que el objetivo de la muestra es explicarle al visitante que desde que se inventó la tecnología de grabación en 1896, ésta ha sido una herramienta fundamental para los estudios antropológicos y la historia, como fuentes documentales del sonido, la música, y la oralidad.
Benjamín Muratalla consideró que la muestra puede ser interesante para las distintas generaciones. “Fueron varias personas las que intentaron por largo tiempo en el siglo XIX capturar el sonido. Los aparatos exhibidos muestran este desarrollo, pues las personas no se imaginan cómo el sonido sin electricidad se puede capturar y quedar registrado para la posteridad.
“Se pueden ver desde aparatos voluminosos hasta la tecnología de vanguardia y digital que son aparatos minúsculos, así como objetos etnográficos característicos de las regiones donde los investigadores estuvieron trabajando”, detalló.
En Ecos de la cultura: etnografía y grabaciones sonoras se pueden escuchar algunas de las grabaciones que resguarda la Fonoteca del INAH, y conocer cómo antropólogos, historiadores y lingüistas aprovecharon los adelantos de la tecnología para el registro de los sonidos de la cultura.
“Tuvimos el privilegio -refirió- de que los primeros antropólogos que utilizaron esta tecnología fue precisamente en México, en el noroccidente, así que además de la información de los investigadores, de la tecnología de la grabación, también hay audios, desde los más antiguos en los que se pueden escuchar murmullos, susurros, y cantos”.
Además del recorrido cronológico, en la exhibición se reconoce a los precursores de la Fonoteca INAH, iniciado en 1964 con la grabación y publicación del primer disco de vinilo titulado Testimonio musical de México, que dio origen a la colección homónima y que durante más de cinco décadas se ha constituido como una breve muestra de la enorme diversidad cultural.
Entre los aparatos que se pueden apreciar están un fonoautógrafo, fonógrafos, gramófonos, grabadoras de alambre, de cinta magnetofónica, de carrete abierto, cilindro de cera, grabadoras digitales, entre otros.
Se pueden apreciar las fotografías y pequeñas semblanzas de los principales investigadores nacionales, como Arturo Warman, Raúl Guerrero, Irene Vázquez Valle y René Villanueva, y extranjeros, como Carl Lumholtz, Konrad Theodor Preuss, y Henrietta Yurchenko, quienes se apoyaron en la grabación del sonido como herramienta en sus estudios etnográficos.
En la exposición se exhiben materiales tan antiguos, apenas se aprecian como susurros, pero destacan por la proeza que significó haber capturado el sonido. Ejemplo de ello son las piezas huecanias, de origen nahua, de Morelos, y el Siquiiri, del mismo estado.
Algunos de los objetos etnográficos mostrados son el tambor huichol, la guitarra conchera, una réplica del tambor trípode conocido como “tepo”, de origen huichol, y un arco cora, además de máscaras y vasijas. Otros de los objetos son libros, discos y fotografías.
“Esta es una muestra sui generis que vale la pena recorrer. Invitamos a hacer un viaje por mundos extraños a los cuales todos pertenecemos. Somos parte de una diversidad de culturas, México es plural, amplio, uno de los países más musicales, y al mismo tiempo uno de los que cuentan con más culturas en el mundo.
“Vale la pena hacer el viaje a través de sus músicas y sonidos, cantos, rezos, plegarias, de esa manera nos regodeamos de esa diversidad de la cual formamos parte, de este México lleno de sonidos y ruidos. Ecos de la cultura: etnografía y grabaciones sonoras lleva a los asistentes al pasado de nuestra historia y a la diversidad de nuestras culturas”, puntualizó Benjamín Muratalla.
Sobre la Fonoteca del INAH, explicó, es una de las más antiguas de México y de un proyecto de investigación, recopilación y difusión de la música tradicional y popular muy importante.
Con información de la Secretaría de Cultura