- En la democracia deben caber todas las mujeres y sus reivindicaciones
- Si la justicia no ve quiénes son las mujeres y cuáles son los obstáculos que enfrentan para ejercer sus derechos, estaremos tratando igual a desiguales, tendremos una igualdad injusta
La magistrada presidente de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine Otálora Malassis, participó en el seminario internacional Ni más, ni menos: Paridad política, económica y social, donde destacó que es un error pretender que el reconocimiento formal del derecho a votar y ser votadas, es suficiente para garantizar a las mujeres el acceso a espacios de deliberación y toma de decisiones.
Al presentar la conferencia magistral Sistema de justicia con equidad de género: La paridad ni más ni menos, la magistrada presidente indicó que tuvieron que pasar casi 50 años para que las mujeres consiguieran una representación en el Congreso de apenas un 25 por ciento, y destacó que a pesar de que la paridad ha avanzado “no podemos conformarnos con una visión de paridad 50-50”.
Respecto a si la paridad es suficiente para lograr la igualdad política de las mujeres, Otálora Malassis subrayó que se tienen que plantear y materializar dos objetivos: 1) que la presencia de las mujeres se traduzca en una incidencia efectiva, esto es, que no únicamente sean incluidas en las listas de los partidos para integrar los congresos, sino que, una vez obtenidos los cargos, ellas formen parte de los espacios donde se toman las decisiones; y 2) que la pluralidad de las mujeres se encuentre representada en ese 50 por ciento.
En un auditorio integrado por especialistas, académicos, estudiantes, representantes de la sociedad civil e investigadores, la magistrada consideró que la democracia debe tener cabida para todas las mujeres y sus reivindicaciones, y que la justicia tiene que garantizar que ninguna persona sea excluida por su singularidad.
Bajo el enfoque propuesto por Otálora Malassis, la paridad abarca las siguientes dimensiones: 1) reconocer a las mujeres como ciudadanas y garantizarles un espacio en el ámbito público; 2) redistribuir el poder que por mucho tiempo les fue negado injustamente, y 3) generar representación política no sólo en términos numéricos, sino en términos de efectividad y pluralidad.
Para que estas condiciones se cumplan “la idea de justicia ciega tiene que ser abandonada. Ya hemos visto que, si la justicia no ve, no hay forma de que responda a las necesidades de reconocimiento, redistribución y representación. Si la justicia no ve quiénes son las mujeres y cuáles son los obstáculos que enfrentan para ejercer sus derechos, estaremos tratando igual a desiguales, es decir, tendremos una igualdad injusta, incompleta”, sentenció.
Quienes impartimos justicia, agregó, “tenemos una gran responsabilidad y lo que decidimos en nuestras sentencias, tiene efectos tajantes en los proyectos de vida y efectos colectivos, y esto nunca lo podemos olvidar. No podemos defraudar, con nuestras sentencias, las promesas constitucionales y convencionales de igualdad y de justicia”, afirmó.
El seminario organizado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), Unidad Pacífico Sur, en la ciudad de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, se realizó durante dos días en los que se dieron a conocer los avances académicos y de investigación en el tema de la equidad, en la celebración de su XXX Aniversario.
En el evento se realizaron las siguientes mesas redondas: Las mujeres y su trabajo: Retos y perspectivas en contextos rurales; Mujeres, trabajo doméstico y asalariado: Violencia sexual y paradigmas jurídicos; Retos para la investigación y docencia con perspectiva de género; Paridad y participación política de las mujeres en México, Mujeres en Plural; Mujeres en sistemas normativos internos; así como la conferencia magistral Sistema de justicia con equidad de género: La paridad ni más ni menos.
Con información del TEPJF