- Podría haber tráfico con la hoja de deportación, al garantizarles un pago de dos mil 500 pesos como apoyo en lo que consiguen trabajo
- Es poco probable que dreamers del estado sean deportados si concluye el programa DACA
Son muchos los inmigrantes, sobre todo de Centroamérica, que cuentan con una visa que les permite trabajar, pero andan navegando porque los trabajos son muy mal pagados; es la misma situación que orilla a los connacionales a buscar mejores oportunidades en Estados Unidos, o de quienes prefieren ir a pedir a las esquinas, porque en dos días obtienen lo que les pagarán en una semana por trabajar una jornada de ocho horas diarias en un fábrica, apuntó el presidente de la Casa del Migrante, Xicoténcatl Cardona Campos.
Resaltó que ha incrementado la expedición de visas humanitarias derivado de las acciones de algunas casas migrantes que han apoyado a los foráneos con refugio y su situación legal al ser víctimas de delito, pero no es generalizado; sin embargo además de los bajos sueldos, pernea la mentalidad de abuso sobre este sector vulnerable, “si un empleado gana 700 imagina lo que le pagarán a un migrante”.
Aunque es difícil contar con cifras claras ya que la mayoría de quienes están de ilegales en el país permanecen escondidos para no ser deportados; a la Casa Migrante han acudido cuatro personas en los que va del año con hojas de deportación, sin embargo otros no cuentan con ningún documento y algunos las venden, “no sé qué esté pasando en la frontera que se las compran, no sé si haya algún manejo en la oficina del empleo y las personas que se las venden, porque hay un programa federal que les dan dos mil 500 pesos para la persona que viene deportada, para que se ayuden mientras consiguen trabajo”.
En promedio la asociación atiende por semana entre 15 y 20 personas, muchos que se regresan pasan por el estado y dicen que son deportados, pero no cuentan con documentos que lo avalen; la hoja de deportación les da beneficios, pero argumentan que se las quitaron, que la rompieron o la tiraron.
En el caso de quienes migran hacia la Unión Americana, el activista señaló que la movilidad continúa pese a las políticas migratorias de Donald Trump, ya que los bajos salarios obligan a buscar mejores oportunidades. Asimismo continúan las deportaciones, “pero no al nivel que se estaban dando con Obama donde tenía mínimo cada semana dos o tres personas que llegaban a Casa Migrante y que iban a otro estado, ahora no se ha incrementado”.
Sobre los aguascalentenses asentados desde la infancia en el vecino país, Cardona Campos aseguró que se está dando una fuerte lucha para desde las organizaciones civiles en Estados Unidos; no es seguro que se vaya a echar para atrás el programa DACA, ya que implicaría un conflicto mayor para Trump.
Los dreamers son jóvenes norteamericanos que por el hecho de haber llegado a los dos o tres años de edad, ya adquirieron esa cultura aunque sean de nacionalidad mexicana; es gente productiva que aporta, que trabaja, porque allá los estudiantes lo hacen y hay estímulos fiscales para las empresas que los contraten, “aportan y son norteamericanos, echarlos fuera por terminar el programa DACA es poco probable”.
Las cifras que se manejan por parte de Relaciones Exteriores es que radican en Estados Unidos entre 160 mil y 200 mil migrantes de Aguascalientes, de entre primera y segunda generación; el migrante aguascalentense es más dinámico y emprendedor que la gente de otros estados, ocupan puestos de dirección, supervisores, y tienen otra visión, aseguró el presidente de Casa Migrante.