Frente Amplio / Memoria de espejos rotos - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 

Black, white, green, red,

can I take my friend to bed?

Pink, brown, yellow, orange, blue, I love you

All together now…

All together now – The Beatles

 

Se conforma lo que desde hace meses se anticipaba: la constitución de un Frente Amplio (originalmente promovido por una fracción del PAN y otra del PRD, a la que ahora se suma Movimiento Ciudadano) que tiene un fin de doble fondo: mediáticamente se anuncian como un frente reformista que pretende modificar el régimen político mexicano para hacerlo más tendiente al modelo parlamentario, depurado de corruptelas y con una tendencia a la “ciudadanización” de la política. Suena muy bien, de hecho ese objetivo es algo urgente. El doble fondo está en lo que parece más evidente: la contienda electoral 2018 y la estrategia para que evitar que el viejoven PRI de Peña Nieto continúe en la presidencia de la república, o que el nueviejo PRI de Morenamlo acceda a ésta. El fenómeno es por demás interesante y amerita que -al menos- intentemos desmenuzarlo por sus componentes.

 


La cuestión ideológica

La ideología de un partido político se expresa por dos vías: sus documentos fundacionales, tales como declaración de principios, plataforma electoral, estatutos; y su práctica política, es decir, el tipo de iniciativas legislativas que promueven, las políticas públicas que impulsan, el tipo de grupos de presión a los que les permiten influir o a los que ignoran, etc. De manera simple (en la expectativa de no hacer una caricatura), en la geometría política clásica podemos agrupar a las ideologías en cuatro grandes campos, uno definido por las libertades y derechos civiles, y otro por la distribución de la riqueza económica; ambas en función de si se apuesta por la concentración o la desconcentración, de tal suerte que podemos tener los siguientes espectros: la izquierda económica, que promueve la regencia del Estado en la economía; la derecha económica, que pugna por una liberalización total del mercado y un adelgazamiento del Estado; la izquierda política, que es democrática y liberalizadora de los derechos civiles, y la derecha política, que defiende ciertos estamentos, o se mantiene conservadora con las libertades y derechos civiles. Así, las permutaciones nos pueden arrojar que una ideología sea liberal económica, pero -al mismo tiempo- conservadora política; o que el mismo partido abogue por la universalización de derechos, pero mantenga una posición estatista en la distribución de la riqueza.

Visto así, el PAN ha tenido un historial de liberalismo económico, pero de conservadurismo político, mientras que el PRD ha tendido a lo contrario: el fortalecimiento del papel económico del Estado, y la universalización de derechos. Sin embargo, puede haber puntos de confluencia que, en la praxis, habrían de encontrar. Movimiento Ciudadano ha tenido una tendencia ideológica a acomodarse según la conveniencia del momento, pero también ha tenido el tino de dar foro a voces no partidistas que -de otro modo- difícilmente podrían entrar al juego del poder. El peso de la ideología puede ser un lastre para los partidos acomodaticios, pero es un faro y una brújula que no se debe perder de vista en la contienda práctica, porque es en función de la ideología que los votantes se sienten mayor o menormente identificados con un partido u otro. Descuidar esto puede significar el fracaso para el voto duro de los partidos de un Frente Amplio, sobre todo cuando éstos son ideológicamente distantes.

 

Antecedentes de alianza electoral PAN-PRD

No obstante lo anterior, ya han habido intentos ganadores de alianzas PAN-PRD en distintos ejercicios electorales locales. Estos ejercicios, si bien han triunfado electoralmente, no han decantado en modelos efectivos de co-gobierno (que es una de las motivaciones del frente), sino que ha terminado por imponerse el peso político del partido con más fuerza electoral (que, en prácticamente todos los casos, ha sido el PAN), lo que -en lugar de gobiernos de coalición- ha producido gobiernos con un partido dominante que “concede” parcelas en la administración a las fuerzas minoritarias de la alianza. También, estas alianzas han sido cuestionadas duramente por su pertinencia, desde distintos sectores, tanto de la izquierda como de la derecha, justamente por motivaciones ideológicas que afectan al voto duro de una u otra fuerza.

El #FiscalCarnal, el “fuego amigo” en el PAN y la Estafa Maestra

El tema es harto complejo, y retrata de cuerpo entero a nuestra realidad político-partidista. Narro la anécdota al hilo, en la espera de no perder claridad: México es un país de política corrupta. La administración de Peña Nieto no ha sido exenta de esta corrupción. Para cuidarse las espaldas, una vez que haya terminado el sexenio, los priistas pretenden imponer un fiscal general priista. Para eso necesitan el voto de algunos panistas en el legislativo. Los panistas están divididos entre los que apoyan a Ricardo Anaya y los que apoyan a Margarita Zavala (seamos francos, Moreno Valle es un petardo). El PRI aprovecha esta división y fomenta una sublevación panista, ofreciéndole a la disidencia ocupar la presidencia del Senado a cambio del pase automático del fiscal priista. Los panistas contrarios a Anaya aceptan y encarecen su valor político. La prensa nacional (Animal Político) difunde el descubrimiento de un esquema de fraude con recursos públicos conocido como La Estafa Maestra, que involucra a dependencias federales, gobiernos locales, empresas, y universidades, en la desviación y desaparición de recursos por cientos de miles de millones de dólares, en un corte transexenal que embarra a las fuerzas políticas mayoritarias. El cadáver ahí está; quizá no lo vemos, pero ya podemos oler su fetidez. Los partidos tienen la opción de darle un funeral que responsabilice a los autores, o pueden volver a esconderlo debajo de la alfombra -como siempre, pensando que la ciudadanía es estúpida- para esperar que se pudra aún más.

 

La urgente necesidad de un cambio de régimen

Sí, la política mexicana apesta. Sí, la conformación de un Frente Amplio tiene un innegable tufo electorero. Sí, no tenemos por qué creerle a quienes prometen cambiar el régimen político del país, y que se comportan como los políticos de siempre. Sin embargo ese cambio es urgente, y ni el nueviejo PRI, ni el viejoven PRI lo van a hacer. El Frente Amplio PAN-PRD-MC plantea una visión a 2024, eso es un aliciente a la credibilidad, que -al menos- les dará oportunidad de proyectar cambios transexenales. Ahora resta ver -ya en la práctica- cómo llegan a noviembre (para el registro de candidaturas en alianza electoral), ahí vamos a ver si efectivamente hay una intención de ciudadanizar y limpiar la pocilga que llamamos “política”, o si sólo fue el costal de buenas intenciones con el que la facción más fuerte del partido más fuerte juntó a los que le podían servir para el contrapeso anti PRI y anti AMLO. Hasta no ver nombres, adhesiones, abajofirmantes, pero -sobre todo- gabinetes y candidaturas concretas, no sabremos el músculo real que pueden colectar para poder -efectivamente- rescatar algo del desastre nacional. Hay muchos perfiles “ciudadanos”, no partidistas, dignos representantes de la sociedad civil organizada, que podrían ser el buque insignia del proyecto, dejando atrás, y en letras chiquitas, los nombres de los partidos, de sus dirigentes, y de sus delfines de costumbre. Si en verdad les importa un Frente realmente transformador, tienen la oportunidad de concretarlo, está en ellos aprovecharlo o derruirlo; y está en nosotros votarlo o botarlo.

 

[email protected] | @_alan_santacruz | /alan.santacruz.9


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