Colegio de Estudios Estratégicos y Geopolíticos de Aguascalientes, A.C.
Charlottesville, Virginia. 12 de agosto de 2017. A los pies de la estatua del general Robert E. Lee, símbolo de la Confederación, supremacistas blancos e integrantes del Ku Klux Klan intercambian gritos e insultos con grupos antifascistas. El motivo: el proyecto de retirar la efigie del militar sureño. Súbitamente, un vehículo siega, calcando a una gigantesca hoz, a los contramanifestantes. El resultado del atropellamiento es una mujer muerta.
A cientos de kilómetros de ahí, el presidente de la Unión Americana, Donald Trump, critica “en los términos más firmes posibles esta exhibición de odio, fanatismo y violencia procedente de varios lados”.
Las escenas arriba descritas sirven como prólogo al siguiente artículo, el cual tiene por objetivo explicar qué es la supremacía blanca y cómo ésta se ha desarrollado históricamente en los Estados Unidos de América.
El diccionario Larousse define como la “preeminencia, grado supremo que se alcanza en cualquier línea o jerarquía”. Entonces, se puede definir a la supremacía blanca como la creencia en que la gente de piel blanca es, supuestamente, superior en términos físicos, intelectuales y morales a las personas de epidermis amarilla, cobriza, morena u oscura.
La esclavitud de los africanos, el pecado original de los Estados Unidos, se convirtió en un lastre moral para la flamante nación y el germen de su división: el Norte resultó en una zona industrial; el Sur se apoyaba en la agricultura, principalmente en el cultivo del algodón, para lo cual utilizaban como mano de obra a esclavos traídos de África.
Este cisma devino en la Guerra Civil (1861-1865): los Estados Unidos propiamente cuyo presidente, Abraham Lincoln, adoptó una mística unionista y abolicionista; y los Estados Confederados de América, guiados por Jefferson Davis, los cuales apadrinaron la línea secesionista y esclavista.
La guerra terminó con la victoria del Norte. Lincoln abolió la esclavitud pero no deseaba humillar al Sur. Sin embargo, Lincoln fue asesinado y una camarilla se apoderó de Washington e implementó un programa revanchista, el cual consistió en saquear y destruir la parte meridional del país. Esto provocó miseria, hambre y humillación entre la población blanca.
El 24 de diciembre de 1865 en Pulaski, Tennessee, un grupo de veteranos de la Confederación -Crowe, McCord, Jones, Kennedy, Lester y Reed- fundaron una organización de “hermanos de armas” que, a partir de la palabra griega kuklos, “el círculo”, tomaron como nombre el Ku Klux Klan (KKK).
Para darle un barniz de respetabilidad a la novel organización, el KKK eligió al héroe de la caballería confederada, Nathan Bedford Forrest, como “su primer líder, o Gran Mago”1. Pronto, el Clan se dedicó a linchar a los negros por, supuestamente, “perturbar a las mujeres blancas” y ejecutar a los sureños colaboracionistas, los scalawags.
La violencia llegó a niveles intolerables: el presidente de los Estados Unidos, Ulises S. Grant, vencedor de Robert E. Lee, logró que el Congreso aprobara, en abril de 1871, una ley que le permitía combatir al KKK. Ante la embestida del gobierno federal, Nathan Forrest, ordenó “la disolución de su siniestra organización”2. Sin embargo, no sería la última ocasión para el Clan.
El KKK resurgió durante la Primera Guerra Mundial, cuando, en el invierno de 1915, el reverendo William Joseph Simmons proclamó “el despertar del Imperio invisible”3. El Clan logró un éxito propagandístico cuando se proyectó en las salas de cine, la película, El nacimiento de una nación, la cual hacía apología del heroísmo de la Confederación y el KKK.
El “Imperio invisible” alcanzó su apogeo en los años 1920: en 1926, en una demostración de fuerza, 30 mil caballeros del KKK desfilaron por las calles de Washington D.C. Sin embargo, con la Segunda Guerra Mundial vino la decadencia pues la simpatía por las víctimas del nazismo y la llegada de inmigrantes no blancos disminuyeron al Clan, pero no lo erradicaron del todo.
El KKK no es la única expresión de supremacía blanca en la Unión Americana. Tal y como se muestra a continuación:
TABLA COMPARATIVA DE ORGANIZACIONES SUPREMACISTAS BLANCAS
ORGANIZACIÓN | FUNDADOR | FUENTES IDEOLÓGICAS | OBJETIVOS PERSEGUIDOS |
Naciones Arias | Richard Girnt Butler | -Israelismo británico -Cristianismo -Nazismo |
-Preservar la pureza racial de los EUA
-Conservar a los EUA como una nación cristiana -Purgar a la sociedad estadounidense de elementos indeseables |
La Orden | Robert Jay Mathews | -Anticomunismo
-Gobierno limitado |
-Crear un bastión blanco en el noroeste de la Unión Americana
-Combatir al “gobierno judío” que despacha en Washington D.C. |
FUENTE: Elaborada por el autor con datos obtenidos de: BBC, la Corporación RAND y The New York Times
Los supremacistas blancos recibieron una dosis de aliento cuando Donald Trump ganó la presidencia de los Estados Unidos. Incluso, su estratega en jefe, Steve Bannon, tiene ligas con la llamada “derecha alternativa”, la cual tiene como objetivos resguardar y proteger a la raza blanca en la Unión Americana.
Finalmente, lo acontecido en Charlottesville refleja que una parte de la sociedad estadounidense venera a la bandera confederada, “un gallardete de orgullo regional”4, suspira por el “Imperio invisible”, y se arrulla con la ideología de Adolf Hitler. Afortunadamente, también hay personas dispuestas a recoger la estafeta que algún día empuñaron gente como Abraham Lincoln y Martin Luther King Jr.
Aide-Mémoire. – Venezuela es el objetivo, relativamente, más fácil para Donald Trump.
- – White, Ronald C. American Ulysses: a life of Ulysses S. Grant. New York, Random House, 2016, p. 519
- – Signé, Jean- François. Les Sociétés Secrètes. Paris, Larousse, 2011, p. 86
- – Ibidem, p. 87
- – Kaplan, Robert D. Imperial Grunts: the American Military on the ground. New York, Random House, 2005, p. 214