Empezaré con una sentencia mamuca. Para hablar, hay que saber. No ser. Saber. Con esto claro, deseo mencionar que por diversas circunstancias en mi vida vi demasiada televisión abierta durante mis primeros 19 años de vida. No había nana, no había gymboree (¿qué soy? ¿millonario?), ni clase de fútbol o de repujado infantil con especialidad en arte sacro. Yo, mis hermanos y mi tele. Y leer todo lo que encontrara, aunque esa historia no es interesante.
Puedo decir que he visto más de 200 capítulos de Lo que callamos las mujeres además de haber disfrutado al momento y en tierna edad, las tramas de La vida en el espejo y Mirada de mujer. Y todas las infantiles, desde Carita de Ángel hasta María Belén ya verdolagón. Ni entremos a Tric Trac o La Hora de los Chavos, Disney Club y Nintendomanía, era fan. Televisa no me es ajeno, incluso viendo Hasta las mejores familias a escondidas para saber porque tanto morbo. Con todo y el Alien que estaba en el público. En mis vacaciones veía Hoy para pasar la mañana. Ya en la uni, Venga la Alegría y no por las edecanes en pezonera.
A lo que voy es que amo la tele abierta mexicana con todo y lo cutre que puede ser. No solamente eran Los Caballeros del Zodiaco o Rocko, sino todo lo que estaba alrededor para aquellos que no podíamos alcanzar a pagar televisión por cable. Todo esto de reseñar Ozark y hacer ensayos sobre el Doug Stamper de Aguascalientes vino cuando entré a la universidad y pude piratear todas las series del mundo. Y es por eso que me duele, realmente, el estado tan chafa de la televisión mexicana. Imagen es la versión pobre de Azteca, no hubo un cambio prometido y es que soy empático ¿para que alguien quiere una tercera cadena en tiempos de Infinitum y datos gratis con ATT?
Leo con pena ajena que las cadenas quieren llamar a los shavos con series animadas de antes. Ojo, la gente no ve la tele porque tiene una pantalla en el bolsillo sino porque la tele no le da lo que desea. Tan es así, que piratean un contenido de tele premium (Game of Thrones, que a mi me da hueva) como adictos al chemo. O que ven series hechas para televisión pero en Netflix porque no ven reflejados sus gustos en la ya de por sí odiosa fricción del zapping.
La tele seguirá siendo negocio pero no por los valiosos millennials, sino por los usuarios veteranos que no lo soltaran. Los que ya se fueron, no van a volver. No volveré yo. Los niños de 15 años, ni la van a conocer. ¿El mejor programa pitero? Tempranito, el clásico, nunca la versión 2000.
Bocadillo revisionista: Deje la tele por cable de lado ya que en la prepa tuve pero aunque veía sólo series de alguien de mi edad. OC, Everwood, Gilmore, Buffy, 24, repeticiones de Seinfeld, Mad About You y SNL. Pero nunca olvidé mis raíces.
@masterq / bocadillo.mx