La democracia necesita de la virtud, si no quiere ir contra todo lo que pretende defender y estimular…
Karol Jósef Wojtyla
Sin duda una gran expectativa ha generado la posibilidad de poder contar con una oferta política en la que se tendrá a dos o más fuerzas políticas unidas a nivel nacional en el próximo proceso electoral, mismo que renovará a los poderes ejecutivo y legislativo y con un plus local, el de renovar el congreso del estado; se está cocinando la creación de un frente amplio opositor al PRI y que en esta alianza electoral estarían fuerzas y opciones ciudadanas de diferentes ideologías y pensamientos (que no independientes) juntas, con un objetivo muy claro que es uno de los principales argumentos en la convocatoria para su conformación y es que se busca el poder darle al Congreso de la Unión un peso por demás democrático y soberano, que no sea la oficialía de partes del presidente en turno, sino todo lo contrario, que sea la cámara de diputados y de senadores quienes dicten leyes y trabajos en favor de los ciudadanos, que revisen los marcos constitucionales y logren acotar el presidencialismo que tanto daño ha causado a nuestro sufrido país.
Es pues más importante para los impulsores de este Frente el de la apertura a las candidaturas de hombres y mujeres con grandes capacidades, con intelecto, apoyados de un gran liderazgo, de especialistas en educación, salud, ciencia, tecnología, economistas, en el campo, la agricultura y en todo lo que se pueda aprovechar para generar ¿Por qué no? una profunda reforma constitucional con objetivos ciudadanos, sin tintes partidistas y el logro urgente de una democracia dinámica y participativa, solo así se podrá apostar a una nueva visión política y social para generar la confianza en los representantes populares a los que tanto se les critica y poco se les exige. Lograr acabar con la mala imagen del diputado(a) y darle el poder que realmente merece para con ello honrar la confianza que les den los ciudadanos con su voto.
Y lo más importante, que se puedan reelegir por su trabajo legislativo y no sólo por su peso político en sus respectivos partidos políticos o por buscar tener una mejor posición económica y con ciertas influencias para un beneficio propio, tarea que pocos podrían lograr si no se entregan por la convicción de cambiar a este país a base de una real productividad legislativa, leyes, consensos, propuestas y mucho diálogo en favor de sus representados y no por acuerdos cupulares o por conveniencia partidista, creo que sólo así se podrá dar legitimidad a las aspiraciones de una posible reelección.
En estos difíciles tiempos en los que se han desprestigiado a los políticos por igual, es el momento de demostrar que son los ciudadanos con espíritu democrático y con visión de cambio quienes pueden darle otra cara a la política, y tener el poder de mandatar al presidente en turno las acciones políticas y los trabajos que le competen al ejecutivo con otra visión, con los candados correspondientes y con la firme convicción de acabar con la mala burocracia y con los actos de corrupción que se han convertido en el pan nuestro de cada día.
Ir al frente con los de enfrente no debe de tomarse como un oportunismo, sino como una gran oportunidad de sacar al PRI de los pinos, cambiar las malas prácticas políticas y darle a las mejores mujeres, hombres y jóvenes de este país las herramientas que den paso a las reformas constitucionales necesarias, lograr el cambio de leyes para favorecer a todos por igual, transparentar los gastos financieros de todos los funcionarios, implementar leyes con penas más severas de cárcel a los que roben o se enriquezcan a costa de la función pública, mejorar la seguridad, lograr la justa repartición de las riquezas a todos los mexicanos, el darle a los ciudadanos las opciones de un verdadero referéndum y del poder cambiar a los malos funcionarios públicos y gobernantes de todos los niveles (incluyendo a los del poder judicial) pero sobre todo disminuir la gran brecha de desigualdad que han implementado los llamados tecnócratas que han venido gobernando desde que Carlos Salinas de Gortari nos hurto la presidencia de la república y difuminar los anhelos democráticos y de cambios en la elección del 88.
Lo anterior nos exige a los que hemos participado en política, a saldar la deuda en favor de la democracia para todos y todas en México, esa gran deuda que no es fácil pagar cuando solo obedecemos líneas partidista y cupulares, dejando a un lado los verdaderos intereses de la ciudadanía. Es pues sobre todo el momento de los jóvenes y sus ideales de ser parte de la justicia para lograr un país para todos y de atender el llamado a la conformación de este gran frente, con los de enfrente, los de a lado y los de atrás; unirse a este proyecto político en el que se pueda tener espacio y acción para las ideas, para las plataformas de gobierno, para poder contar con un vehículo que nos lleve a una transición pacífica a la verdadera democracia participativa, sin mesías ni oportunistas, ser parte de un frente con ideas de derecha y de izquierda, de los liberales y de los conservadores y que de ellas se logre contar con un proyecto de nación incluyente que dé como resultado el de contar con un congreso de la unión verdaderamente democrático y sin sometimiento del presidente, es el momento de los convencidos para mejorar y cambiar a este México lindo y querido, a este México siempre fiel.