- Sólo amamantando se pueden curar grietas en el seno o inflamaciones como la mastitis
- Sigue siendo un tabú; es más fácil ver el cuerpo de la mujer en modelaje, pero no en la forma más natural, que es dar leche materna
“Es lamentable que en estos tiempos siga siendo un tabú el alimentar a un recién nacido con leche materna; es una de las formas más puras de dar amor, y fortalece el vínculo entre madres e hijos”, comentó Lizuli Moreno Álvarez, madre de la pequeña Catalina de diez meses de edad, quien señala que su periodo de lactancia ha sido exitoso porque ha contado con el apoyo de su esposo, familia y amigos; “Es un poco difícil cuando no te apoyan o te señalan. Les gusta ver el cuerpo de la mujer en modelaje, pero no en la forma más natural que es dar leche materna”.
La experiencia no ha sido fácil, recordó que al quinto día de amamantar a su bebé las grietas en su seno se hicieron presentes, el dolor era muy fuerte, pero no era opción dejar de alimentar de esta forma a su primogénita: “Con el apoyo de mi esposo y las personas que saben del tema de la Liga de la Leche, me apoyaron a hacer buenas posiciones para tener un buen agarre y que las grietas se sanaran”.
Detalló que no hay ningún medicamento que mejore este síntoma, el bebé debe tener un buen agarre del seno materno para que las heridas puedan sanar con los días; pero no era lo más grave que afrontaría: a los nueve meses su conducto mamario se congestionó provocándole mastitis.
La inflamación del seno derecho le causaba un intenso dolor por dentro y fuera del tejido mamario: “El pezón me ardía, eran como alfileres en toda esa parte, no aguantaba ni el aire ni la ropa; era una bola gigante y dura, y el único sanador es el bebé succionando”.
El amor por su hija fue más fuerte, Lizuli soportó los dolores de la lesión por no romper el vínculo tan fuerte que la lactancia materna le había permitido forjar con la pequeña Catalina, a sus diez meses de edad continúa alimentándola de esta forma.
Agregó que en su experiencia, la leche materna le permitió bajar muy rápido de peso luego del parto, incluso más que antes del embarazo; le provoca mucha hambre y sed debido a las calorías que quema al amamantar a sus bebé y que sirve para prevenir el cáncer de mama, entre otros muchos beneficios.
Lo que se necesita es mucha paciencia, trabajo de estar con el recién nacido que come a cada rato, el apoyo de la familia en general, todos hacen un papel muy importante para que una mamá tenga la lactancia exitosa.
Liliana Moreno Álvarez relata que el vínculo del apego con Julia, su bebé de seis meses es un lazo muy fuerte, tienen mucha conexión, y la experiencia ha sido muy enriquecedora; la leche materna le da anticuerpos, le ayuda a evitar enfermedades o al menos disminuirlas: “Es la primera vacuna; que mi pecho le dé consuelo, le dé tranquilidad, esa es la mejor paga”.
Indicó que por recomendación del pediatra dará leche materna a su bebé hasta los dos años de edad, aunque hay quienes comienzan con el destete cercano a los cinco años de edad; refirió que la pequeña Julia es más despierta, a diferencia de niños de fórmula, ya se sienta, empezó a comer sólidos desde los cuatro meses y medio; “Es una niña más grande que el promedio de los bebés con fórmula, a pesar de que sus papás no somos muy altos. Yo lo que recomiendo y lo que me ha ayudado es amarla, olerla, sentirla, abrazarla, ha sido una experiencia maravillosa, es la forma más genuina de dar amor”.
Resaltó que le ha aportado los anticuerpos suficientes para no presentar enfermedades a la fecha, su hija ha tenido algunas gripes, pero es normal debido al contacto con otros niños con los que convive en educación temprana, ya que pueden contagiarla de algún un virus, pero no ha sufrido de problema de salud mayor.
Liliana dijo que esta forma de alimentación ha propiciado un descanso más profundo de su hija, ya que por la noche ella se acomoda solita para comer, y al terminar se vuelve a dormir; es incluso más práctico que preparar la fórmula en el biberón, y más económico, por lo cual reiteró el llamado a las madres a dar leche materna a sus pequeños: “Somos el único mamífero aferrado a dar una leche que no es de nosotros; está para servirse a la hora que ellos quieren, es una necesidad fisiológica la leche materna”.