Para hablar de The Defenders tenemos que hablar la verdadera guerra civil que se vive en Marvel. La compañía neoyorquina hace años que es un frente de una empresa juguetera. Resulta un proceso bastante inteligente ya que los cómics son una especie de think tank para generar historias hacía el futuro y traducirlas en caricaturas y películas de 200 millones de dólares cuyo mayor logro no es vencer las expectativas de Hollywood sino vender libretas, videojuegos, coleccionables para nerds y juguetes de 7 dólares para niños en todo el mundo. Se necesitan series nuevas y películas con Iron Man para vender cada vez más figuras de acción en supermercados.
Marvel hace dicho proceso TAN BIEN que incluso sus altos ejecutivos, ahora siendo parte de Disney, le han enseñado al maestro cómo sacar el mayor jugo de sus licencias. Es la avengerización de todo un mercado infantiloide. Hay que fijarse bien: Princesas, como marca, es como los Avengers de Disney Animation Studios. Jack es otro universo que vende rebien. Ni hablar de la línea clásica de Mickey, Donald, Daisy, Minnie, Goofy y Pluto. Desde una goma de borrar hasta un Funko de 700 pesos. Disney/Lucasfilm/Muppets/Marvel/Pixar están en el negocio de las franquicias, nada más.
El CEO de Marvel, no es casualidad, empezó como empresario juguetero gracias a una inversión en figuras baratas para supermercados. Para vender dichas figuras necesitas estar presente y nada es más rentable que una empresa de cómics. Tienes diseños, guionistas y proyección en medios. Se llama Ike Perlmutter. Él comprende que los cómics pueden no vender o ser pérdidas marginales para el bottom line de Disney. Por ejemplo, Guardians of the Galaxy era una saga oscura, pedorra y sin relevancia, ahora es una franquicia que está al mismo nivel de Spider-Man.
Sucede que Ike, el CEO de Marvel en general, y Kevin Feige, el jefe de Marvel Studios, se odian. Fueron amigos, pero ya no. Marvel Studios ahora es una empresa dedicada al cine (como Lucasfilm), que reporta directamente a Disney y que sólo colabora con Marvel para temas mercadológicos. ¿Por qué cancelaron Agent Carter? Porque era algo de Marvel y ABC Studios, un proyecto de Kevin Feige que Perlmutter pudo cancelar. ¿Por qué pasaron Inhumans a tele? Porque Kevin Feige no tuvo interés de realizar una obsesión de Perlmutter. Supuestamente su pelea surge tras la debacle de Ant-Man, donde fue expulsado el director Edgar Wright gracias a las presiones comerciales del corporativo.
Defenders es otra obsesión del viejo Ike para joder a Feige. Es un negocio donde el cine no tiene que ver, una colaboración de Netflix (los que ponen la lana), ABC Studios (los realizadores) y Marvel (la casa de las ideas). Por eso no los veremos en cine. Y la verdad, no todo necesita estar conectado. Los fans somos listos y estamos bien con eso. Es bobo pensar en todo el universo. Porque la verdad todas las historias se solucionarían con un bot de Iron Man llegando a putear a La Mano. De hecho, en cine Marvel tiene un gran problema sobre cómo establecer tramas que no sean del equipo. Doctor Strange es “en el pasado” pre Ultron, Homecoming aísla a Peter de Stark, Thor Ragnarok es en otra dimensión y Guardians es en el espacio. ¿Hasta cuando es sostenible eso?
De hecho, en el cómic Daredevil: Born Again hay una escena curiosa que todas de las series de Marvel/Netflix han adaptado. El villano Nuke (que vimos en Jessica Jones, es el mamado) aterroriza un barrio y Daredevil se ve rebasado. Eso mismo le pasa a Luke Cage con Diamondback. Iron Fist se las ve así con La Mano. Jessica Jones en su final con Kilgrave. Y Daredevil contra Punisher. Acaban ganando por su ingenio pero no dejamos de pensar ¿dónde está Iron Man? Resulta que en Born Again hay si acaso 9 paneles donde vemos un trueno, el brillo de la armadura de Stark, y el escudo del Capitán América salvando el día contra Nuke. Es hermoso. No están ni dos planas, y se van. Eso nunca lo veremos en live action. Nunca.
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