- Ocupan indiscriminadamente calles y andenes: Luis Miguel Rentería Arias
- Hacen un llamado al gobierno municipal a regular esta situación
Luis Miguel Rentería Arias externó la necesidad de que en infraestructuras como la Central de Abastos, ubicada al sur de la ciudad de Aguascalientes, se realicen supervisiones por parte del gobierno municipal, para identificar aquellas bodegas invadidas por talleres mecánicos.
El vicecoordinador Nacional de Centrales de Abastos explicó que en ese sitio existen varios espacios comerciales están ocupados por talleres mecánicos, que generan una gran cantidad de desechos industriales, locales que no siempre son utilizados de manera regular.
“Ya se les ha estado insistiendo -al municipio capital- que son empresas informales y no están en el padrón, entonces sí nos ayudaría mucho la autoridad limpiando esos andenes y calles invadidas de empresas que nos son de nuestro giro”.
Explicó que esta situación representa un peligro, no solo de sanidad, sino también de estética y seguridad por los desechos que se generan, de tal manera que protección civil tiene mucho trabajo por hacer ahí.
Sin poder determinar el número de talleres mecánicos que existe en el lugar, aseveró que en un solo recorrido es fácil constatar la invasión de camiones viejos, de negocios que rentaron una bodega, y aprovechando la falta de vecinos se extendieron e hicieron propios calles y andenes.
“Se supone que todo negocio tiene una licencia de operación, además de su RFC y demás, por parte de Medio Ambiente, salubridad y la licencia que otorga el municipio; entonces es muy sencillo: tienes licencia y cumples con lo demás, pues quédate, si no pues vete”.
Rentería Arias explicó que no se trata que se quiten de su actividad, sino que la realicen en un espacio adecuado para esos fines, pues a las personas que van a la Central de Abastos a surtir su despensa, no les gusta andar entre fierros y aceite.
Recordó que la Central de Abastos es un mercado que construyó el municipio de Aguascalientes y que vendió a particulares, de tal manera que conserva la autoridad y la responsabilidad del arreglo de sus calles y de los servicios de seguridad, limpieza, alumbrado y regulación, “lo más importante es la obligación moral de que funcione”.