El pasado fin de semana estuve participando en el 7º. Congreso Internacional de Prevención del Suicidio en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana de Puebla, organizado por la Asociación Mexicana de Suicidología. Nos presentamos ciento diez conferencistas, todos profesionales de la salud mental, ante una asistencia de trescientas personas. Los invitados extranjeros procedían de Estados Unidos, Canadá, Uruguay y Brasil. Este es el evento más importante del tema suicidio que se realizan en nuestro país cada dos años. Aguascalientes estuvo representado de dos maneras, primero porque el que esto escribe presentó una conferencia titulada El Niño Presuicida basada en las experiencias adquiridas en la práctica privada. También se hizo notar por la presencia de ocho psicólogos jóvenes procedentes del Sistema DIF municipal, en calidad de asistentes. Es importante hacer notar que estos muchachos viajaron apoyados por el DIF quien les cubrió sus gastos de inscripción, traslado y viáticos. Un hecho meritorio en estos tiempos en los que algunas dependencias oficiales suelen gastar más en trivialidades que en hechos sustanciales. En este caso los jóvenes profesionistas se sienten muy reconocidos por su institución y aprendieron la realidad del suicidio en su país y en muchos otros. Fue notable la ausencia de psicólogos de otras áreas del servicio público que creímos deberían haber estado. No hubo participación ni asistentes del Centro Agua Clara, quienes son los oficialmente responsables de atender este grave tema en nuestro estado. Tampoco vimos estudiantes de ninguna de las universidades de la entidad, que tienen Escuela de Psicología y que son muchas. Pero lo triste del asunto es que Aguascalientes se hizo notar por aparecer en las estadísticas como el segundo estado con mayor número de suicidios en todo el país. Una muy penosa distinción. Es bueno aclarar que, en mi trabajo, en ningún momento hice mención de este hecho, porque me enfoqué a describir la terapia que se utilizó en los niños que fueron rescatados de la muerte. Varios conferencistas de la Ciudad de México, de Puebla e incluso uno de Brasil mencionaron en varias ocasiones a nuestro Estado como uno de los casos muy sorprendentes por el rápido crecimiento del problema.
En los últimos cinco años y particularmente en el 2016, la cifra de muertes autoprovocadas en hombres hidrocálidos aumentó en un 200% y en las mujeres en un 150%. El Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente” estudió la creación de nuevos centros de atención al suicidio, en toda la nación. Hay un claro descuido en el asunto, se han creado muy pocos en todo el territorio nacional, pero los expositores comentaron que era de llamar la atención que, en Aguascalientes, con el gran incremento del conflicto, no se hubiese creado un solo centro más, ni hubiera aumentado la plantilla de psicólogos. Hubo un detalle curioso, Tabasco que durante muchos años fue un estado con elevados niveles de suicidio, disminuyó su cifra. Recordamos que cuando inició Agua Clara hace 17 años, ellos nos hicieron una visita para tomar la idea de nuestro modelo. Ahora el alumno superó al maestro, no solamente eso, el maestro retrocedió. Otro detalle notable del Congreso, es que abundaron los simposios, talleres y conferencias relativos a estadísticas, incidencias y propuestas de prevención del suicidio. Sin embargo, hubo muy pocos trabajos en los que se hablara de la solución, es decir la terapia o la manera como sí se está resolviendo el problema. Es de hacer notar que hemos participado en todos los Congresos que se han realizado y que siempre hemos llevado experiencias de Terapia, mostrando al país, como sí se logra resolver el suicidio, mediante el trabajo profesional en salud mental. O sea que Aguascalientes, durante la existencia de la AMS siempre se hizo notar por sus aportaciones destacadas en el campo de la psicoterapia. Esta vez no, ahora sufrimos el bochornoso estigma de ser el Estado que ocupa el segundo lugar y que perdió lo que había ganado. La verdad no es buena ni es mala, el único problema es que es cierta.