- Solamente un 5% de los niños que han crecido y no se les ha formado el arco, pueden presentar patologías que requieren una atención especializada
- Se estigmatiza a los pequeños que usan zapatos ortopédicos
Es un método arcaico el uso de zapatos ortopédicos para corregir la postura del pie, como en el caso del “pie plano”, señaló el especialista en dicha área médica, Jesús Díaz de la Torre, integrante del Colegio de Ortopedia y Traumatología. Además de que estos aparatos hacen de los pequeños que los usan el blanco perfecto para ser víctimas de bullying, con los avances que hay ahora en la materia no es necesario someterlos a este tipo de tratamientos, indicó.
“La medicina es cambiante, lo que ayer era una verdad ahora no lo es; sabemos en la actualidad que el zapato y la plantilla no forman el arco. El niño que tiene pie plano flexible, se le va a formar solo su arco con el propio crecimiento, gastar en plantilla y zapato no es muy adecuado”, indicó.
El ortopedista agregó que lejos de aportar beneficios al menor, además de ser un calzado con un costo mayor al común, el zapato ortopédico produce callosidades, dificulta el que los niños que lo usan puedan caminar bien, por lo que incluso puede dañar más el pie.
“La plantilla puede estar indicada en algunos casos en los niños que tienen caídas con frecuencia, los que tienen fatiga; pero esto es solamente para prestar un arco, porque la plantilla lleva un arquito que ayuda a esperar a que se le forme espontáneamente su arco”, explicó.
Díaz de la Torre recalcó la importancia de que los padres de familia estén enterados y se informen sobre esta problemática ortopédica en sus hijos, porque pueden acudir con personas poco profesionales que los van a hacer gastar en aparatos innecesarios, que podrían incluso dañar física y emocionalmente a sus hijos.
“En realidad el pie plano es un proceso de desarrollo que se va a solucionar espontáneamente y que solamente un cinco por ciento de los niños que han crecido y no se les ha formado el arco, pueden presentar otro tipo de patologías que requieren una atención especializada”, detalló.
En el aspecto sicológico, el galeno precisó que se estigmatiza a los pequeños que usan zapatos ortopédicos, por lo cual los padres no deben obligarlos a considerar un tratamiento que pondrá en riesgo su salud emocional, aunque en las generaciones anteriores fue así la forma de corregir el pie plano.
“Pedirles que sí hay una situación agregada acudan a un control con un ortopedista especializado en niños, para que vigile si la situación está dentro del desarrollo fisiológico normal, o si sale de los parámetros y hay algo patológico por tratar; el especialista es el indicado para tomar medidas y los estudios necesarios”, recalcó.