En la que se supone tendría que ser una administración ejemplar en el tema de austeridad, se ha trabajado con una estrategia publicitaria invasiva por parte del municipio capitalino que se ha caracterizado por traspasar la convencionalidad y proponer formas distintas a las rectangulares e incluso con estructuras tridimensionales, lo cual, invariablemente, aumenta los costos de anuncios por demás costosos. El clima hizo de las suyas y una corriente de aire puso de manifiesto que estas novedosas estructuras publicitarias también ceden, y repararlas también cuesta.