El mito de la institucionalización de la empresa familiar | Enredos financieros - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Estimado lector, empezaremos con éste una serie de artículos y editoriales sobre la empresa familiar, que es el pilar económico de las sociedades avanzadas y no tan avanzadas. ¿Por qué se convierten en un pilar económico tan importante para los países, si a final de cuentas no representan más que un porcentaje pequeño del PIB? Si bien es cierto, la forma de medición no incluye a las empresas que son familiares que cotizan en bolsa, que, si bien es cierto, ya cedieron parte de su propiedad a un público anónimo inversionista, la realidad es que muchas de ellas siguen siendo las que deciden el rumbo de la empresa y hacia dónde ir. Como ejemplo tenemos dos muy claros, uno en Estados Unidos, en donde la familia de Walt Disney, sobre todo Rob, su hermano, de manera clara trataban y decidían el futuro de la empresa y su forma de conducirse hasta que fue literalmente engullida por Pixar Animation, y la otra en el ámbito local, en donde Grupo Liverpool sigue haciendo su política operativa y financiera según las bases de la familia fundadora, la familia Michel.

Pero no sólo eso, la empresa familiar representa más del 60% del empleo de una nación. Son empleos mejor remunerados no tanto económicamente, sino emocionalmente, y muchas personas añoran seguir trabajando para “x” o “y” empresario o empresaria que los trataban más dignamente, que eran empáticos con ellos y que cuando él llegó el momento de salir de allí, en lugar de molestarse profundamente, muchos lo que hacen es alentar la creación de nuevas empresas familiares.

En ese contexto, existe un mito que quisiera comentar con ustedes. El mito de que debe institucionalizarse lo más pronto posible la empresa. Que la familia debe, y tiene que ser independiente a lo que es el negocio y que este debe formarse aparte de las decisiones familiares.

¿Por qué esa tendencia a separar familia de empresa tan pronto y de manera tan inmediata?

Porque en muchas ocasiones la poca formación profesional y de negocios de el (la) fundador (a) del negocio hace que tenga una visión o más parcial del negocio, o más conservadora de lo que necesita el mercado. O bien, que piensa que los ingresos que tiene la empresa son más que suficientes para cumplir sus caprichos, aún a costa de lo que pueda necesitar la empresa y entonces poner en un vilo la sobrevivencia del negocio o su permanencia económica. Ejemplos podemos ver muchos de esta falta de “visión” que se tiene por parte de los empresarios familiares, y el que más se puede ver es el de los hermanos McDonalds, que tenían un negocio de comida rápida cuando nadie preveía el crecimiento exponencial que tendrían y un vendedor vio el potencial y no sólo los convenció de aplicar sus ideas, sino que los quitó de en medio y se apropió de la empresa en su conjunto (Ray Kroc).

Entonces, ¿por qué decimos que es un mito?

Porque cuando la familia sale del negocio de forma total, la visión, la pasión y las ganas de hacer que la empresa funcione de forma adecuada y conforme a lo que fue creada se pierde. Ni siquiera el mercado es el que decide que hacer, sino más bien la decisión sobre la empresa depende más de los inversionistas, del director general, o bien, de un coto de poder que hará lo que le criticamos a la empresa familiar. La empresa familiar tiene una necesidad de independencia de la familia clara. Las empresas que saben poner las reglas, los límites entre una y otra entidad son las que pueden llegar a ser más prósperas. Pero la pasión que la familia le pone al negocio debe permearse a toda la organización, desde el empleado más pequeño de la organización, hasta el más grande de la misma.

La institucionalización se hará en procesos, en forma de organizarnos, en profesionalización mediante cursos de educación continua Práctica para los empresarios, ya que la teoría los aburre. Si no pueden aplicar las mejores prácticas, para ellos todo lo demás será habladurías viles. Lo que no deberá institucionalizarse por ningún motivo, es la pasión. Institucionalizar la pasión del negocio es quitarle el factor sorpresa, el factor innovación, y cambio tan necesario.

Antes de pensar en institucionalizar tu negocio, estimado empresario, haz que todos tengan la misma pasión que tú para hacer las cosas en la empresa, que tengan una visión compartida, y que sepan que permanecer en la empresa les llevará a tener mejores opciones que salir de la misma.


 

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