Para mí es una satisfacción que una obra cumpla un ciclo, sea de 25, 50, 100 o más representaciones, y que sean festejadas por la compañía y por el público, como fue el caso de la obra Dulces compañías, del gran dramaturgo Óscar Liera, quien ha sido recordado en múltiples ocasiones por la comunidad teatral aguascalentense, no solo por esta puesta en escena sino por varias como El camino rojo a Sabaiba, Los negros pájaros del adiós y El jinete de la divina providencia.
El estreno de Dulces compañías fue el 26 de abril del 2016, durante la Feria Nacional de San Marcos; tiempo después -en ese año- se presentaron en la Muestra Estatal de Teatro (MET), y para finalizar fueron invitados a presentar la obra en la Casa de Óscar Liera y en el Café Teatro Cúcara y Mácara de Culiacán, Sinaloa. Obra que debido a la gran respuesta del público, grupo Al Trote decidió reponerla en 2017 con una temporada de tres meses, de abril a junio, y develar una placa por las 50 funciones en su foro.
Formación Actoral Al Trote se ha distinguido por culminar sus obras y llegar a las 50 funciones o más en su foro y en otros espacios (Teatro Morelos, por ejemplo). Con este objetivo en mente, se ha develado varias placas, lo cual es un orgullo para su director, el maestro José Claro Padilla, un formador de talentos, entre los que se encuentra Ivonne Gallegos, quien anteriormente había sido reconocida por sus participaciones como actriz en varios montajes, y que ahora como estudiante de la Licenciatura de Teatro en la Universidad de las Artes incursiona en la dirección teatral, gracias al apoyo de José Claro, enfrentó el reto de montar una obra de Liera y logró que destaquen los tres protagonistas: Janetzy Serna, Pablo Avilez y Martín Murguía. Avilez hace dos intervenciones como el Tipo, y se lleva la ovación de los asistentes por su trabajo psicológico del personaje. Dulces compañías seguramente será recordada por muchos teatrófilos como un buen trabajo de Al Trote.
Otra buena compañía fue estar con Van Gogh, y conocer su vida y obra a través de un monólogo realizado por el maestro Salvador Quezada Limón. Sin duda, en este trabajo se nota la investigación del maestro, quién no únicamente se limitó a leer una o dos biografías de este gran pintor, sino que tuvo la dedicación de hacer una exploración más amplia a su trayectoria y encontrar datos que pudieran estructurar una composición dramática.
El montaje inició con una subasta en la que varios cuadros fueron expuestos y donde el público participa en llevarse uno de ellos, a partir de ahí el conferencista -que es un francés- detalla algunos pasajes de la vida de Van Gogh, pero no queda ahí, sino que después nos traslada al siglo XIX, que es cuando este pintor neerlandés cuenta su vida, iniciando con ello un monólogo que viaja hacia su infancia y juventud, pero también hacia su obra; además, narra cómo su enfermedad mental empezó a deteriorarle y que a pesar de las circunstancias en las que era visto por algunos contemporáneos como un “loco”, su genialidad en las artes plásticas no tuvo límite.
Una triste caída la de Van Gogh en un suicidio o en un homicidio involuntario con una pistola. El maestro Salvador comentó que ese dato no se tiene todavía certificado, ya que las diversas biografías se contraponen al respecto. Con todo, no importa, ya que el talento de Vincent Van Gogh ha iluminado las galerías donde se exponen sus cuadros. Esta clase de trabajos basados en monólogos de personalidades y genios me parece una gran idea por parte del maestro Quezada, ya que expone y da a conocer la vida y obra de un determinado personaje. Se tiene pensado que su espacio: La Casa de la Ópera, ubicada en Privada arquitectos 152, sea un lugar óptimo para presentar monólogos y stands up, un lugar que se presta para espectáculos intimistas. Una gran actuación de Salvador Quezada Limón, quien estará con su monólogo todos los sábados a las 21:00 horas durante este mes.