De José Luis Cuevas, el periodismo y Peter Parker / Alegorías cotidianas - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 

En el marco del XIII Coloquio Cervantino Internacional, por allá del 2002, tuve la oportunidad de conocer a José Luis Cuevas. Recuerdo que ese año la participación era vasta, pues también nos acompañó Rigoberta Menchú, así que el teatro de la Ciudad de Guanajuato estaba lleno casi en su totalidad.

Después de una mesa de ponencias fuimos a tomar un café en un pequeño lugar cerca del Museo Iconográfico mi querido mentor cervantino, su esposa, José Luis Cuevas y yo. Conversábamos sobre las ponencias, lo que nos había impresionado el testimonio de Rigoberta Menchú, de cómo llegó al exilio y de su trabajo como portadora de paz.

Ya en la tertulia, observé una litografía de un cuadro de Frida Kahlo, fue entonces cuando el Mtro. Cuevas, muy a su manera, me dio una de las más grandes lecciones sobre cómo ver el arte. -No te endioses, me dijo, Frida es más artista de controversia que de técnica; todos se vuelven locos con ella pero hay mejores representantes de la pintura.

No podía creer lo que escuchaba y en mi cabeza surgían una pregunta tras otra ¿cómo podía decirme eso si Frida era como una insignia nacional y la mayor figura del feminismo? Comprendí la seña que me hizo la esposa de mi mentor y no cuestioné nada, el Mtro. Cuevas continuó su discurso sobre las obras que acaban de llegar al Iconográfico, y que nadie había visto.

Cuando salimos del café, sentía que tenía el corazón roto por la desilusión de saber que mi ídolo no era tal, la Señora Gladis me dijo: -No hagas caso, niña, ese hombre es muy terco; supongo que en mi rostro eran visibles las incógnitas sin resolver sobre lo escuchado.

Gracias a José Luis Cuevas aprendí que no puedo tener heroínas populares, sino que antes necesito investigar sobre ellas para saber si su obra o vida cumple con mis expectativas y no con la de los demás. Claro está que el Mtro. Cuevas estaba en contra del movimiento nacionalista, he ahí el dilema de su perspectiva sobre Frida.

Ahora situémonos en Aguascalientes al 7 de julio de 2017, y pongamos como escenario la biblioteca Fernández Ledesma de Casa de Cultura donde se llevó a cabo la mesa sobre la narratividad del periodismo cultural con la participación de Jaime Arteaga, Susana Rodríguez y Eric Azócar como moderador.

Más que dos ponencias separadas y enlazadas por un mismo espacio-pensamiento fue una charla grata y fluida de la experiencia de los periodistas que ahí participaron. Nos recordaron que la literatura y el periodismo son ciencias cercanas que no pueden separarse la una de la otra en tanto que de crónica y descripción se trate, pues las figuras retóricas y la poética en general es indispensable que estén presentes para que el lenguaje periodístico cultural sea precisamente eso, una muestra de cultura desde lo que informa hasta el cómo está escrito pues lo publicable sobre cultura no pueden ser sólo boletines de prensa o tener la estructura de una noticia convencional.


La plática, durante un momento, se centró en la necesidad de contar con periodistas dedicados y amantes de la cultura quienes informen sobre las artes en Aguascalientes y el cómo la mayoría de los medios impresos locales no se interesan en ello pues piensan que la cultura, como tal, no es negocio. En la ciudad hay mucha producción artística y sólo falta el enfoque adecuado para que ese nicho de espectadores se vuelva a los periódicos para que consuman lo que a cultura se publique.

Es importante que si actualmente se están creado espectadores y creadores, debido a las carreras enfocadas al arte, los egresados encuentren un espacio donde promover su obra y abrir un espacio para la crítica, el periódico es el lugar idóneo para ello empero, sin interés por la creación de espacios culturales en los medios impresos, es imposible el conjuntar el interés del público con los intereses privados.

Los jóvenes creadores me hicieron recordar a Peter Parker, el icónico personaje de un gran número de películas de Marvel, el Hombre Araña. En el pasado Peter trabajaba como reportero en un periódico local, sin embargo, en la nueva película Spider Man, de regreso a casa, Peter no es un reportero sino un adolescente quien cursa la preparatoria y no tiene nada de galán como sus antecesores, sino que, por el contrario, es un nerd entero.

El conflicto de Peter adolescente es que su mentor no se interesa en él así, ataviado de Hombre Araña, decide ser héroe solitario sin pensar en todos los daños que su inexperiencia pueden causar. Después de casi hundir un ferri, Tony Stark le pide que devuelva su traje, el joven se niega y argumenta no ser nada sin el traje, a lo que Stark responde: -Si no eres nada sin el traje, no mereces tenerlo. Impactante respuesta a un chico con poderes supernaturales quien necesitaba urgentemente un límite antes de causar un daño mayor.

Esa es la narración de un fragmento de una película, trasladado a la vida real, a las aulas, me hizo pensar que hay muchos jóvenes escritores que no son nada sin los correctores ortográficos de las aplicaciones, muchos fotógrafos de filtros digitales o de Photoshop, muchos diseñadores gráficos de plantillas, lectores de redes sociales, mas no de libros.

Bien vale la pena dejar un poco de lado la tecnología y volver a las técnicas tradicionales de las materias humanistas y artísticas para que los jóvenes conozcan la forma, como decía Azorín y después puedan producir. Las aplicaciones y los gadgets hay creado expertos en todo con propuestas carentes de conocimiento de causa o lógica, en ocasiones. Se copian tendencia más no aportan nada sin antes echar un ojo a las redes, cuando, no hace mucho, la creatividad surgía por sí sola sin influencia de las masas y la posmodernidad.

Laus Deo

@paulanajber

 


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