Mientras tanto, en la oficina que está cerca del bosque de los chapulines, el hombre de la brillantina y las corbatas caras se paseaba inquieto por los amplios pasillos del despacho, esperaba una llamada, un mensaje de texto, un whatsapp o hasta un correo electrónico que le diera información de lo que pasaba en la dependencia donde habían recibido a su amigo, aquel que por decisión del jefe mayor iban a “sacrificar” para salvar la honra de su partido.
El Gordo era su amigo desde las épocas de la universidad, se tenían lealtad de juventud desde aquellas parrandas y viajes de estudio, ambos integrantes de esas pocas familias acomodadas que existen en México, donde no se escatima por pagar las mejores instituciones de educación y claro, los títulos académicos que se ocupen a lo largo de la vida profesional. Un día el Brillantinas le pidió un favor al Gordo.
En un bar de lujo en Tecamachalco, 2011. Qué onda, mi Gordo, ¿un vodka? Nos lo echamos, ¿por qué no?, respondió entusiasta. La cosa está así, siempre si voy yo, soy la mejor opción para recuperar la oficina del bosque de los Chapulines, ya me dijo el Máster que lo único que tengo que hacer es sonreír y conseguir lana. ¿Conseguir lana? Eso de la sonrisa me queda claro, carita mata inteligencia, no. ¿Qué pasó, Gordo, ya nos llevamos así? No se agüite mi Brillantinas, ya sabe que es broma, si usted fue el mejor de la clase de economía, pero entonces tienes que sonreír y juntar lana, supongo que en la segunda petición es donde entro yo verdad. Exacto, ayúdame a conseguir algo de efectivo, de verdad quiero aprovechar la oportunidad, te prometo que después de mi te toca a ti, ambos ya tenemos experiencia en esto de gobernar entidades, yo ya no puedo sacar más lana del Estado de México, lo endeudé más de lo que me dijeron que podía hacerlo, si le sigo van a sospechar. Ya te la sabes, no hay problema, le digo al Tarek que te mande una lanita para que te alivianes. Gracias, Gordo, sabía que podía confiar en ti.
Y así fue como su amigo el Gordo le mandó mil millones para solventar los gastos que fueran necesarios, a fin de cuentas, él lo entendía como una inversión a largo plazo, en su momento tendría que regresarle el favor y eso sería en 2018 cuando le pasaría la estafeta de la oficina del bosque de los Chapulines.
Pero de pronto la dinámica dio un giro inesperado, efectivamente el Brillantinas, como le decía el Gordo, llegó a donde le había prometido el Máster, cumplió con sonreír y pagar el derecho de piso, pero no esperaba que su credibilidad y carisma duraran tan poco. Escatimó en asesores, en personas inteligentes que a su lado lo cobijaran para hacer de él una figura respetable. El barco se le fue hundiendo y ya nada pudo corregir el rumbo. Fue tal el declive que el Máster tuvo que implementar tácticas que había puesto en práctica años atrás.
Oficina de Tecamachalco, 2016, el Máster en reunión con el Brillantinas. Te dije que esto no era un juego, debes trabajar para tener conforme a la opinión pública, para que los medios no hagan olas, negociar para que la oposición esté de tu lado, que los inversionistas crean en ti y se traigan su lana en lugar de llevársela a otros países del continente, cómo que no puedes con todo y eso no está bien, lástima que ya no te puedo desaparecer del mapa. Pero Máster, no voy tan mal. ¿No vas tan mal? Qué vas a hacer con tu amigo el Gordo, ya se metió en una mega bronca y ahora cómo lo vas a sacar de esa. No lo sé, estoy confundido ya le dije que se esconda hasta que defina qué vamos a hacer con él. ¿Qué vamos, qué vas a hacer tú? Yo no voy a dar la cara por ti, es tu bronca, así que la resuelves.
Y entonces, cuando las cosas se salen de control, el jefe entra en acción y pone orden al desastre del aprendiz.
El plan es el siguiente, entiendo que son mil millones los que le debes, aunque no te los esté cobrando es obvio que el favor lo tienes que devolver, son 438 millones los que no puede comprobar y que por eso lo van a meter al bote. O por lo menos eso vamos a simular dijo el Brillantinas. Lo vamos a simular porque es tu cuate y le debes una, pero si no, no haría nada por ustedes dos; ¿en cuánto tiempo puedes juntar esa lana?, pero de una vez te lo advierto, no puedes tocar nada del erario, por lo menos no ahora, estamos cerca del proceso del 18. Pero y entonces ¿qué me propones? Nada, arréglalo, ese hombre no lo puedes meter a la cárcel porque si rompes la lealtad, el día de mañana cuando acabes tu periodo como mandamás de estas tierras te va a montar todo el espectáculo para que te metan a la cárcel.
Así que el Brillantinas hablo por teléfono con su cuate. Gordo, oye mira, necesito que me des tiempo para sacarte de esta, salte del país y en cuanto tenga la lana te aviso para que regreses y salgas limpio de todo esto. ¿Cuánto tiempo? Yo te aviso…
El aprendiz del Máster se movió, consiguió solamente 38.5 millones de pesos y unos fiscales vendidos que le ayudarían para que solamente esa cantidad se pudiera comprobar.
Total, y para no hacer el cuento largo, el Brillantinas de dijo al Gordo que se entregara a la autoridad del país donde estaba, y que pediría extradición, una vez consumado este proceso entonces él iba a sembrar a los fiscales para que la deuda solamente ascendiera a los 38.5 millones de pesos, cantidad que sí tenía y que iba a poder desembolsar para pagar su deuda de honor y amistad.
“Que empiece el Show, cámara, acción”, dijo el Gordo cuando se sintió liberado de toda culpa. Será como Houdini y con la pequeña ayuda de sus amigos, uno en CDMX y el otro en Vietnam, las cosas vienen fáciles para el Gordo.
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Muy bueno profe saludos de TABARES