- El escritor, historiador y periodista, Raúl Miranda, ofreció una charla dentro del ciclo Cine y Literatura dedicado al legendario narrador y poeta estadounidense
- Faulkner realizó siete guiones cinematográficos, cinco con el director Howard Hawks
William Faulkner fue un autor difícil, de prosa poderosa, quien reinventó el inglés y fue creador de novelas difíciles de leer, pero también fue un gran genio que en el cine, encontró una manera de contar historias ligeras, accesibles y que funcionaban muy bien, expresó Edgardo Bermejo.
El escritor, historiador y periodista participó, acompañado de Raúl Miranda, subdirector de Documentación y Catalogación de la Cineteca Nacional, en el ciclo de charlas Cine y Literatura: William Faulkner organizado por la Cineteca Nacional y la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes.
La actividad tiene como objetivo reflexionar en torno a la obra del escritor y poeta, y su relación con el cine, a partir de examinar y comentar diversas películas que tuvieron como fuente de inspiración obras del autor estadounidense.
La Cineteca Nacional fue sede de la proyección y análisis de Tener y no tener (To have and have not, 1944), una película que destacó en su momento porque intervino buena parte del talento más importante de la productora Warner, entre ellos Faulkner en la coadaptación del guión basado en la novela homónima de Ernest Hemingway.
La cinta, del director, escritor y productor de cine estadounidense Howard Hawks, narra cómo Harry Morgan es un capitán que se gana la vida en Martinica alquilando su barco para actividades de recreo hasta que la situación derivada de la guerra en Europa hace que su negocio no prospere y caiga en bancarrota.
Pese a sus sentimientos, valores y creencias tendrá que aceptar y cumplir una misión para la resistencia francesa, ya que después de realizarla recibirá una gran cantidad de dinero que lo sacará de sus problemas financieros.
En esta travesía conocerá a Marie, La Flaca, una hermosa y ruda mujer, de la cual se enamora, por lo cual el cínico y egoísta capitán irá sensibilizándose, mostrando otra cara, interesándose en los sentimientos y vida de los otros, y esforzándose en ayudarlos a cumplir sus metas.
Bermejo destacó que en Tener y no tener hay diversas formas en las que está presente de forma directa la obra de William Faulkner: a través de los diálogos, “que son muy inteligentes, además en el aspecto de que él fue el que propuso mover la historia de Cuba a Martinica, hecho que hace que se pierda la esencia de la novela original que ocurre en Cuba, lugar donde Harry está casado”.
En la estructura dramática de la cinta, porque lo que hace Faulkner es crear secuencias muy cortas, “que todas son de un minuto o hasta dos y cambian, esto es muy clásico del estilo narrativo del escritor estadounidense”, reveló.
Respecto al título, Bermejo detalló que Tener y no tener es porque habla de Harry, “un personaje que vive permanentemente entre golpes de suerte y miserias”.
Bermejo destacó que Faulkner realizó siete guiones cinematográficos, cinco con el director Howard Hawks, pero que fue Tener y no tener el trabajo que más destacó ya que se trató de una obra muy interior y sicológica, que explora y profundiza en el personaje principal: Harry.
“Harry se transforma drásticamente, pasa de ser un pescador de mala fortuna a un hombre de acción que dispara a un policía. Es la conversión del antihéroe, del individualista, a un hombre que abraza una causa.
“En este contexto, se trata de una cinta única, legendaria, que congregó en su momento el talento de muchísimas personas incluyendo los dos premios Nobel estadounidenses de ese tiempo: Ernest Hemingway y William Faulkner, por lo que es difícil que en una cinta volvamos a tener ese talento unido”.
El historiador puntualizó que Tener y no tener es una película muy importante, arriesgada y asombrosa, que trascendió a pesar de que se filmó con un presupuesto reducido y dentro de un estudio.
“La cinta fue un fracaso de taquilla, no tuvo la contundencia de Casa Blanca, pero sólo con el tiempo ha sido reivindicada como un clásico del siglo XX.
“Aquí vemos la magia de Hollywood que con sus recursos, todavía muy precarios, hizo que el espectador se trasladara al Caribe cuando la cinta nunca salió de las cuatro paredes y el techo de un estudio.”
Con información de la Secretaría de Cultura