En el pasado no existían mecanismos claros de regulación sobre los estímulos a las empresas, lo que hacía difícil evaluar sus beneficios, pero esto ha venido cambiando
Para 2017, los estímulos fiscales a la investigación y desarrollo tecnológico se han puesto en marcha de nueva cuenta, pero ahora tienen mecanismos claros que los regulan
Cuando se implementaron los primeros estímulos fiscales a la investigación y desarrollo tecnológico en nuestro país, no tenían ninguna regulación, lo que provocó el fracaso de los mismos, afirmó el coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, doctor José Franco.
“En ocasiones, quienes obtuvieron el beneficio más grande fueron las compañías transnacionales, como General Motors, por poner un ejemplo, que no hacían investigación en México, con lo cual, las pequeñas compañías no recibían dicho estímulo. Obviamente esto generó una reacción muy fuerte de parte de los actores de ciencia y tecnología, y del mismo gobierno”, detalló el doctor José Franco durante la conferencia Políticas Públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación: La visión del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, que se llevó a cabo hoy en el auditorio del complejo multidisciplinario del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), en Zacatenco.
Luego del corto tiempo que duraron estos estímulos fiscales, surgieron los estímulos directos, una bolsa de dinero que se otorga a compañías directamente en una competencia al proponer proyectos de investigación, lo cual beneficia a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), y a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), comentó el exdirector del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Pymes y Mipymes no tienen manera de contratar personal altamente calificado y con esto podían contratar grupos en universidades, laboratorios, lo cual en principio está muy bien, porque esto permitiría que muchas de las empresas medianas pudieran levantarse y volverse altamente calificadas, pero todavía quedaba abierta la posibilidad que una fracción de estos proyectos no cumplieran con sus objetivos”, dijo el astrofísico.
El Foro Consultivo elaboró el documento Estímulos Fiscales a la Investigación y Desarrollo y la evidencia empírica en varios países, que incluye las características, ventajas y desventajas de los apoyos directos e indirectos a la investigación y desarrollo, así como tipos, clasificación, ventajas y desventajas de los gastos fiscales.
También se muestran las tendencias generales de los estímulos fiscales a la investigación y desarrollo en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Unión Europea, BRICS (integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), Asia-Pacífico y América Latina, así como los distintos métodos de evaluación de impacto de los estímulos fiscales a la investigación y desarrollo.
“Para 2017, los estímulos fiscales a la investigación y desarrollo tecnológico se han puesto en marcha de nueva cuenta y ahora tienen mecanismos más claros que los regulan. Además de los estímulos directos que se aplican en el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI), la diferencia en esta ocasión es que ahora hay topes para el monto que se pueden otorgar en estímulos fiscales, y a principio de año, las compañías tienen que presentar una propuesta de lo que van hacer y al final del año la propuesta se compara con los resultados y con eso se otorgarán o no los estímulos fiscales a la investigación. Hay un cambio radical”, expuso Franco, y explicó las líneas de trabajo del Foro Consultivo: Apoyar iniciativas que incentiven la inversión privada en investigación y desarrollo de sectores prioritarios; fortalecer las capacidades de investigación del país con la incorporación de profesionales de alto nivel e impulsar la participación de las entidades federativas para la incorporación de recursos adicionales al Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación procedentes de los sectores público y privado.
Con información del Foro Consultivo Científico y Tecnológico