Se avecina, lamentablemente, la Feria Nacional de San Marcos y se abre la puerta del infierno donde los aquicalitenses dejan ver su verdadera personalidad.
En esta ciudad tan chiquita se vive del qué dirán, todos se dan golpes de pecho, van a misa, fingen ser personas impecables hasta que llega la Feria.
Dígame si no es un acto muy inmaduro y poco evolucionado el pretender ser “ciudadanos intachables” sólo 11 meses del año y no 12, cuidan su imagen y tratan de no romperla mientras que por abajo del agua son personas completamente distintas. Las máscaras que se ponen de no rompo ni un plato en casa se la quitan para tratar mal a la familia y vuelven a usarlas al salir para frente a la sociedad ser el ejemplo a seguir, la madre impecable, el padre trabajador que todo lo da por su familia, los hijos modelos, en teoría.
Tal vez la Feria Nacional de San Marcos no es la cantina más grande de México pero sí la recreación del ideario colectivo de Aguascalientes, todos los esfuerzos culturales, económicos y turísticos se dirigen a un solo mes del año, abril, sin que después exista presupuesto para alguna otra cosa. Mientras en otros países, no cerveceros claro está, utilizan el verano para realizar festivales musicales, teatrales, de ciencia y tecnología durante las vacaciones del verano, en las capitales de sus departamentos o cantones, aquí todo se concentra en un periodo de 5 letras, abril, lo que me hace pensar en las Fiestas de Octubre en Guadalajara y la Feria Internacional del libro de Jalisco.
Las Fiestas de Octubre en Guadalajara no han podido trascender tal como lo ha hecho su Feria Internacional de Libro, si midiéramos el capital intelectual de las ciudades por sus Ferias, quizá Aguascalientes sería la más pobre y Guadalajara la más célebre. Si somos honestos cuántos de nuestros conocidos buscan otro interés que el ir a exhibirse, como en quiosco de rancho y emborracharse porque no podemos negarlo, el que lo vean a uno en alguno de los restaurantes o antros de la Feria es muy chic, sin olvidar el terrible arraigo a las corridas de toros las cuales, por cierto, por más que intenten los activistas en pro de los animales nunca van a quitar, pues es uno de los principales atractivos de la Feria a donde acuden desde el gobernador hasta los diputados del verde quienes están en pro de la naturaleza y el medio ambiente.
Jamás veremos una Feria de Ciencia y Tecnología con un presupuesto como la FNS o que la misma cantidad la inviertan en los museos y conocimiento. Seguramente hay un gran número de aguascalentenses que pueden citar la cantidad precisa que hay de bares y restaurantes en la calle Carranza sin que puedan nombrar el museo y las galerías que ahí se encuentran. No es que esté mal el activar la economía social con restaurantes, lo que es terrible es no promover la cultura a la par de ello.
El ser educado no comprende únicamente el decir buenos días, buenas tardes y pase usted, sino el cultivarse y desarrollar conocimiento, las escuelas públicas y privadas no promueven el desarrollo artístico e intelectual y sin espectadores no hay progreso.
Una publicidad menciona que si no nos gustaría un Aguascalientes más culto y es un arma de doble filo, pues el gobierno que menos profesionistas tiene en cargos públicos y en el cual se han encontrado más irregularidades con respecto a los títulos universitarios es éste, además la honestidad, el amor al estudio, el no comprar títulos también es cultura, buena paradoja publicitaria ¿no cree usted?
Con el presupuesto de la Feria Nacional de San Marcos quizá podrían asfaltar nuestros anillos periféricos, implementar programas sociales y dotar a las escuelas de materia prima es decir, libros y material didáctico, pues los más beneficiados con la Feria son las cerveceras y el Patronato, o nunca ha imaginado cuánto ganan éstas por los miles de litros de cerveza que se venden por día en las barras, antros y lugares clandestinos, así como tampoco sabemos en qué se emplea lo acumulado en las arcas del Patronato.
Si en México viéramos la cultura y el conocimiento como plataformas económicas sociales nuestras ferias serían más interesantes y nuestros gobiernos no inventarían reformas estúpidas, sino que invertirían en la capacitación docente y exigirían que los representantes políticos fueran especialistas en política no por universidades patito, sino por trayectoria e instituciones especializadas.
El verdadero Aguascalientes está apunto de levantar su estandarte de aquí no pasa nada y todo se puede, y hace en tiempos de Feria desde alcoholizarse en la vía pública, poner el cuerno, robar, drogar sin restricciones, pues para eso las puertas del corazón de México están abiertas, sin olvidar el caos vial y el número de accidentes de tránsito que aumenta significativamente.
Para quien no vive en Aguascalientes y también tiene doble cara, la casa de la gente buena la está esperando durante la verbena abrileña para que sin tapujos haga lo que se le dé la gana y luego vuelva a su tierra a decir que como la Feria Nacional de San Marcos no hay dos.
Es una lástima que solo por los excesos nos recomienden como ciudad turística y no por otra cosa, el gentío sólo tiene en la cabeza una cosa: reventarse, lucirse y gastar para quedar bien o no ser mal visto, que para el caso es lo mismo.
Llegó el tiempo de observar a nuestra sociedad al natural, como no se puede apreciar en otra época del año.
Laus Deo
@paulanajber