- Deben implementar tratamiento mediante cloración para que el vital líquido sea apto
- Por desconocimiento de los particulares, no se lleva a cabo el procedimiento
El Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (Issea) comenzará a verificar que los pozos particulares cumplan con el tratamiento del agua mediante cloración.
Este método permite desinfectar el vital líquido de metales pesados, plaguicidas y contaminación biológica que tenga al momento de su extracción del subsuelo, en cumplimiento de la Constitución que establece la obligación del Estado de proporcionar agua potable, es decir, completamente apta para su consumo humano.
El director de Regulación Sanitaria, Octavio Jiménez Macías, explicó que la mayoría de colonias y fraccionamientos del estado se encuentran municipalizados, por lo que el recurso es suministrado por la red normal, a diferencia de algunos cotos que cuentan con sus propios sistemas: “Viene una segunda etapa de autorización de cotos residenciales que cuentan con sus propios pozos y este año se comenzará la vigilancia de los sistemas de distribución particular que cuenten con la cloración”.
En ocasiones, dijo, por desconocimiento de los particulares no se lleva a cabo este importante procedimiento, por lo que se le solicitan las adecuaciones necesarias para implementar sistemas de cloración, de conformidad con las normas oficiales en la materia: “Estamos coordinados con los organismos operadores de los municipios, el Instituto del Agua del Estado (Inagua) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que es quien otorga los derechos de extracción, para que nos informe cuántas cerradas tienen sus propios pozos”
En caso de incumplimiento, se imponen multas cuyo monto depende de la magnitud de la falta. El funcionario estatal comentó que las principales fallas que se encuentran tienen que ver con falta de mantenimiento de los sistemas de cloración, lo que en sus palabras, no es tan grave: “Lo bueno es que en Aguascalientes, cuando un sistema de abastecimiento interrumpe el suministro entran los sistemas alternativos y el agua sigue suministrándose clorada”. También se vigilan las condiciones sanitarias del agua transportada por pipas.
Según Jiménez Macías, si en un momento dado se suspende la cloración del agua, no acarrea riesgos considerables a las personas. En municipios como Calvillo y Tepezalá en los que el recurso tiene alto contenido de metales pesados -arsénico, cadmio, níquel, etc- porque se extrae a profundidades mayores: “La ventaja es que confluyen muchos pozos a zonas de cárcamos de rebombeo con lo que se mezclan con aguas buenas, se diluyen los contaminantes y llega de mejor calidad a las personas (…). Estamos monitoreando que los niveles de contaminantes sean permisibles y no representen daño, pero creemos que llegará un momento en que la concentración no permitirá su consumo. Es importante la recarga para que se diluyan”.
El estado se ubica entre los primeros lugares en cobertura de cloración con un 98 por ciento de los cerca de 500 pozos del estado, especialmente los destinados a uso doméstico, de acuerdo con el Issea. La mayor parte del agua que se bebe en los hogares aguascalentenses es envasada, son pocas familias que toman agua de la llave.