Nietos de toreros disfrazados de ciclistas,
ediles socialistas, putones verbeneros,
peluqueros de esos que se llaman estilistas,
musculitos, posturitas, cronistas carroñeros…
Estaban todos, menos tú…
Todos menos tú – Joaquín Sabina
Podríamos decir que la carrera presidencial de 2018 comenzó cuando apenas tomó protesta Enrique Peña Nieto. Esta condición se agudizó conforme el titular del Ejecutivo y su equipo cometían una pifia tras otra, y fue capitalizada con presteza por los actores sociales, particularmente por los integrantes de los partidos de oposición que no fueron seducidos por el Pacto por México, y por los detractores amalgamados en el extinto #YoSoy132. A prácticamente poco menos de dos años del relevo presidencial, están dadas las condiciones para que los aspirantes comiencen a mostrar músculo y ganar adeptos. Aunque, si bien, la eterna campaña de AMLO no ha cejado, el pronunciamiento de Emilio Álvarez Icaza (revisado en esta columna en su pasada emisión) marca de manera contundente el grito de Arrancan para que los jamelgos inicien sin pudores la carrera presidencial.
En este contexto, es menester dar un repaso por los perfiles abreviados de quienes abierta o veladamente se han pronunciado como suspirantes para contender al 2018. Varios de estos perfiles son de sobra conocidos en su aspiración por competir por el Poder Ejecutivo, y otros -aunque también conocidos- apenas revelan o sugieren sus intenciones electorales. Otro más es -al menos para quien esto escribe- una sorpresa verosímil. Dicho el antecedente, comenzamos con los perfiles:
Andrés Manuel López Obrador (Morena)
La tercera es la vencida, dicen sus simpatizantes. Luego de más de diez años en una campaña política de financiamiento turbio, AMLO vende bastante bien la idea de que él puede ganar esta elección presidencial. Ha tenido la habilidad de amalgamar en su movimiento, tanto a empresarios, expriistas, representantes religiosos, como perredistas y otros militantes diversos. Una amenaza importante para esta candidatura es el voto dividido de lo que en México se conoce como “las izquierdas”. Esta división de voto podría estar fácilmente dada con la siguiente candidatura a revisar.
Emilio Álvarez Icaza (Independiente)
Como lo comentamos el pasado jueves en estas páginas, el ex secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos amalgamó a un grupo integrado por perredistas, intelectuales y miembros de la comunidad artística y cultural, comunicadores (Denisse Dresser incluida), y figuras como Javier Sicilia o Alejandro Solalinde, y demás miembros del Buenpedismo chic, en un movimiento con pretensiones de hacerse ver como “ciudadano”, a fin de competir electoralmente en 2018. Sobre esta candidatura pesa la sombra de la investigación de la Noche de Iguala, y la forma en la que se le dio un uso político al quehacer del GIEI en las pesquisas. Su oportunidad está en capitalizar el descontento con la clase política, sobre todo con el segmento de votantes orientados a “la izquierda” que no simpatizan con AMLO.
Jaime el Bronco Rodríguez Calderón (Independiente)
El actual gobernador de Nuevo León no ha ocultado sus aspiraciones electorales por la presidencia del país. El movimiento “independiente” que logró amasar para impulsarse al ejecutivo neoleonés usufructuó el descontento social con la clase política, pero -nada más al llegar a la administración pública de la entidad- comenzó a desencantar a sus simpatizantes. A pesar de que el concepto de “candidatura independiente” ha estado muy manoseado, todavía tiene bien intencionados en su base electoral; sin embargo, al Bronco Calderón le será muy difícil ser tomado en serio, sobre todo desde el centro del país hacia abajo, para la contienda por el Ejecutivo federal.
Pedro Ferriz de Con (Independiente)
El comunicador ha hecho públicas sus aspiraciones. Sólo por eso es que figura en esta lista, no tanto porque ni sus posibilidades sean reales, ni porque su proyecto goce de seriedad.
Margarita Zavala (PAN)
A pesar de que se ha esforzado en integrar un proyecto serio, pesa sobre su precandidatura la sombra del sexenio de Calderón, concretamente en los aspectos de generación de empleo y política de drogas. Con todo y que ha invertido fuerte en mercadotecnia, debe pasar aún la dura prueba de la elección interna, en un partido que sabe encender el “fuego amigo”.
Ricardo Anaya (PAN)
El Chico Maravilla se mantenía entre los punteros de su partido para encabezar la candidatura presidencial. Ha tendido puentes con distintas fuerzas, y -para efectos de su autopromoción- se ha aprovechado de su posición en la presidencia del partido. Igual que en el caso de Margarita Zavala, deberá realizar una estrategia contundente al dejar la presidencia del PAN, y enfrentar un duro fuego amigo si quiere aparecer en la boleta electoral.
Rafael Moreno Valle (PAN)
Actual gobernador de Puebla, ha inflado su presunta precandidatura con la fuerza del dinero invertido en medios nacionales. Con mediana aceptación en su terruño de origen, pero sin arraigo alguno fuera de las zonas aledañas a Puebla. Previsiblemente decantará su precandidatura hacia el candidato puntero que mejor le favorezca en las próximas negociaciones internas del PAN.
Ernesto Ruffo Appel (PAN/Independiente)
Quien fuera el primer gobernador en el país emanado de otro partido distinto al monolítico PRI, panista de reputada trayectoria, ha hecho públicas sus aspiraciones presidenciales. Sin mucha base visible dentro del PAN, ha amagado con -incluso- lanzarse como “independiente” si Acción Nacional no lo pone en la boleta electoral. Sin embargo, esta maniobra parece un round de sombra para medir fuerzas dentro del panismo nacional a fin de decantar su apoyo a alguno de los candidatos punteros.
Silvano Aureoles (PRD)
Gobernador de Michoacán, pretende contender la interna del PRD por la candidatura presidencial. Pesan sobre él la consecución de fracasos de la política de seguridad en Michoacán, y la animadversión de no pocos sectores con los grupos Foro Nuevo Sol y Nueva Izquierda, tanto al interno como fuera del PRD.
Graco Ramírez (PRD)
Gobernador de Morelos. Puede amalgamar un proyecto electoral de cierta seriedad, sin embargo deberá enfrentarse en la interna a otros perfiles que le aventajan en mercadotecnia y en penetración hacia el electorado, como el siguiente perfil de la lista.
Miguel Ángel Mancera (PRD)
Jefe de Gobierno de la CDMX, su carta más fuerte es haber promovido la constitución de la Ciudad. Goza de buena salud mercadológica y de conocimiento popular. Puede ser la apuesta más fuerte del PRD, si su guerra intestina no lo funde antes.
Gerardo Fernández Noroña (PT)
Una de las muestras de la descomposición en el sistema de partidos es el hecho de que Fernández Noroña pueda aparecer en la boleta electoral, pero -sobre todo- que haya electores dispuestos a marcar su nombre en ella.
Ivonne Ortega Pacheco (PRI)
La exgobernadora de Yucatán y diputada federal con solicitud de licencia dio visos de sus aspiraciones desde que cundió la crisis del llamado “gasolinazo” directamente contra el equipo del Ejecutivo Federal. Entonces, Ortega Pacheco difundió en redes un video en el que le respondía a Peña Nieto a su inopinada pregunta de “¿Qué hubieran hecho ustedes?”, en el que -según ella- aportaba soluciones a la crisis del momento. Sin confrontarse abiertamente con EPN, comenzó a conformar su base electoral para competir en la interna del PRI, con todo el peso del desprestigio que lleva sobre sí la clase política.
José Narro Robles (PRI)
Secretario de Salud de EPN, aunque ha desmentido la aspiración presidencial, es la única carta cuyos puntos negativos no superan a los positivos, de todos los que tiene el PRI para la contienda. Quizá esta fuese la mejor carta que tuviera el tricolor para detener la inmensa debacle electoral que se le avecina en el 2018, y podría ser un acto arriesgado pero sorpresivo para la supervivencia del PRI.
[email protected] | @_alan_santacruz | /alan.santacruz.9
RMV no es actual gobernador de Puebla, lo es Antonio Gali Fayad; y su aceptación en Puebla es baja. Si ganó nuevamente el PAN es porque el PRI tiene peor reputación.