La obsesión volvió. Una serie de Netflix acerca de dos personas horribles. Se trata de Love. El año pasado, dejamos a Gus y Mickey en su reencuentro afuera de la tienda de autoservicio, durante una especie de escena romántica: Gus besa a Mickey luego de meses de no verla, tal vez con odio mútuo y siendo que la relación prometida a la audiencia en realidad nunca se materializó. El inicio de la segunda temporada nos deja clara la lección del primer bonche de capítulos: Gus es un imbécil.
Resulta que Gus intenta negociar una relación con Mickey, quién no es tu típica Manic Pixie Girl, siendo que ella misma le acaba de decir que se quiere retirar de las citas por un año, debido a su diagnosticada adicción al sexo y al amor. En serio, va a reuniones tipo AA y todo el rollo. No cambia el status quo: Mickey no puede juntar su mierda y Gus es un tipo nerd que en realidad no es amable ni sencillo, más bien un traumadillo que piensa que las cosas le deben pasar por ser amable. ¡No basta con ser amable! Aparte caemos en un juego de lógica: ¿Si eres amable con todo mundo, realmente eres amable con alguien? (Yo digo que no).
Y en temas reales ¿Es Love realmente televisión que tienes que ver? Sí y más porque son doce capítulos de media hora. No es tu comedia romántica convencional, de hecho es más comedia involuntaria derivada de lo que los gringos llaman el cringe, la delicia de ver algo incómodo. Al ser una producción de Judd Apatow, es lo esperado. Sus películas siempre tienen escenas con al menos dos minutos de más donde una broma se lleva al extremo. Y en sí todos sus alumnos cargan con ese tono de hacer comedia. No es gratuito que James Franco sólo sepa actuar como James Franco realizando un papel entre comillas. O los diálogos de desesperación de Seth Rogen. O la eterna mirada de “¿Esto es real?” de Leslie Mann.
¿Nos enseña algo Love? ¿Deja algo para el debate? Puede parecer oportunista por los tiempos actuales (y sus batallas culturales) pero tiene algo de mensaje #woke, ya que hay un subtexto acerca de esta estupidez de ser friendzoneado. Y es que ¿Por qué le dicen estar-en-zona-de-amigo a cuando otra persona simplemente no quiere contigo? ¡No es a huevo! No basta ser una chica o chico amable o bueno, no se puede gustar a todo mundo. Y ya, está bien eso. No son concursos u olimpiadas del sufrimiento o de hacer puntos por la otra persona.
Como postre, Love tiene una subtrama sobre adicciones (no a drogas… duras) bastante real, humana y certera. De los pocos trabajos de ficción generalista que tratan el tema de una manera veraz.
Bocadillo: Que no te engañen tus columnistas comunes de Mic o Huffington Post, Iron Fist no es tan mala. Es como para verse en lo que cortas las verduras para hacer de comer.
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Me interesa la serie, pero pienso que es algo como “You’re The worst” de FX.
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