- Aguascalientes tiene un flujo migratorio de personas de la comunidad LGBT, según Manuel Gutiérrez Flores, vocero de SerGay
- Aguascalientes recibe a personas LGBT de otros lugares, pero al mismo tiempo también expulsa las propias
Aguascalientes comparte con otras ciudades cercanas un flujo migratorio de personas de la comunidad lésbico, gay, bisexual y transexual (LGBT) que buscan huir de sus realidades discriminatorias, aseguró el vocero del Colectivo SerGay, Manuel Gutiérrez Flores.
El activista comentó que se han observado muchos casos de personas de la comunidad LGBT que han tenido que salir de su ciudad de origen para irse a resguardar a otra ciudad en la que no los conozcan, independientemente de si es una ciudad más grande o más pequeña.
En el caso de Aguascalientes, detalló, el flujo se da principalmente con Zacatecas y Guadalajara, mientras que recibe personas de Calvillo; gente que viene de otras partes para buscar una ciudad abierta para huir de una realidad de discriminación, “En Aguascalientes el brinco típico que podemos ver es que las personas homosexuales se van a Guadalajara porque es una ciudad cercana, más grande, donde se permiten olvidarse de sus familiares que los están fastidiando y que los llevan a sentirse incómodos consigo mismo, con quienes son en verdad”.
A decir de Gutiérrez Flores, es sabido que hay algunos casos en los que estas personas se han tenido que ir del país, principalmente a los Estados Unidos, debido a que en México, y en Aguascalientes, sus condiciones de vida son insostenibles.
También se suelen dar mucho los casos en Aguascalientes de personas que se mudan de sus comunidades rurales hacia las ciudades más importantes, “Aquí nadie me conoce, nadie me juzga, nadie me va a decir que lo que hago está mal”.
Es lamentable, expresó, que precisamente muchas de las personas homosexuales que tienen que salir de sus ciudades o comunidades de origen, son los hijos o familiares de los grupos pro familia que son rechazados e incluso odiados, “Parece que es contradictorio que un padre odie a sus hijos pero lo vemos, lo vivimos y nos parece muy lamentable”.
De hecho, agregó que conoce personalmente a homosexuales que son hijos de quienes organizan las marchas en favor de la familia, “Algunos son mayores de edad pero todavía son jóvenes, alrededor de los 20 años, estudiado la universidad y que todavía necesitan de mamá y papá para poder terminar sus estudios y que no tienen la capacidad económica de ser independientes”.