Vaya lección que recibimos de las tres mujeres indígenas encarceladas injustamente por el estado mexicano y sus instituciones rebasadas absolutamente por la corrupción y la impunidad. El paso histórico que Jacinta Francisco, Teresa González y Alberta Alcántara empujaron para que el gobierno reconociera su ineptitud, su torpeza y desde luego, el grave equívoco es una tremenda muestra de dignidad y lucha de estas mujeres hñähñú quienes fueron señaladas y acusadas de haber cometido secuestro de seis agentes federales en el 2006, 11 años después una pequeña parte de la justicia las toca porque realmente y como bien mencionan ellas, nada les podrá reponer los años en la cárcel, la propaganda que se hizo en los medios que las sentenciaba ya desde antes a ser culpables, sencillamente nada puede reponerles la vida que transcurrió mientras ellas, encerradas, miraban la grave fractura que ocurría en sus familias sin poder hacer nada.
Así, estas tres mujeres indígenas muy pobres que vendían su mercancía en un tianguis donde fueron capturadas en aquel 2006, han logrado poner de rodillas al estado mexicano, a ese monstruo voraz de mil cabezas y mil tentáculos, el mismo que se ha devorado a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, a los jóvenes ejecutados en Tlatlaya y al infinito número de personas asesinadas y desaparecidas en México. Para las mujeres estos efectos son más que demoledores pues aunado a la injusticia también se suman los altos niveles de violencia, especialmente la sexual, el abandono de la familia y la pérdida de todo aquello que habían logrado construir con tanto esfuerzo. Un poder judicial misógino y racista cómplice de una sociedad donde ser mujer, pobre e indígena tiene un valor cero. Me imagino que no es casual que este acto donde por primera vez la Procuraduría General de la República da una disculpa pública a Jacinta, Teresa y Alberta, pero vale la pena mencionar que precisamente ese martes se conmemoró el Día Internacional de la Lengua Materna donde se da a conocer que de los 58.4 millones de mujeres sólo el 6.4 % habla algún idioma originario. No hay duda, estas mujeres lucharon y luchan contra un proyecto de mundo, de sociedad, de justicia y desarrollo neoliberal que compulsivamente las quiere invisibles, inexistentes como resultado todavía de un proceso de colonización que a las históricas intenta una y otra vez romperles la resistencia.
He dicho lección de dignidad porque es algo que le urge al país en estos tiempos donde como nunca nos han despreciado, insultado y humillado. Donde el gobierno mexicano no tiene, no puede y no quiere hacer frente a esta crisis con el vecino país del norte quien día a día ha dado un revés a México y principalmente a la gente mexicana que está en los Estados Unidos. Es obvio que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto enfrenta la peor etapa de su gobierno, ya sé que ha habido tantas, pero esta lo expone incluso con los propios priistas, una desplomada popularidad después del arranque de enero y el gasolinazo, el disturbio social prendió las luces amarillas pero como en la fase tres, es decir cerquita del rojo, lo urgente, las tomas, manifestaciones, saqueos, fueron el preámbulo de un panorama muy duro para este gobierno que improvisa diariamente como un talk show televisivo.
No tengo ninguna duda de que la crisis con Donald Trump ha sido aprovechada para distraer el estado interno que convulsiona a México. Ahora resulta que a todos los políticos les interesan los migrantes mexicanos que circulan por Estados Unidos, cuando lleva años la crisis humanitaria de mujeres, hombres, niñas y niños que intentan cruzar la frontera, ahora la desmemoria en el gobierno mexicano, la clase política y empresarial se rasgan sus finos trajes “olvidando” el sinnúmero de violaciones ocurridas en La Bestia, como se le conoce al tren que recorre México de sur a norte y donde se sabe la cantidad de atrocidades que realizan los grupos criminales encubiertos y solapados por el estado mexicano, secuestro, violación, tráfico, desapariciones, esclavitud y todo eso atroz e inimaginable lleva años ocurriéndoles a quienes buscan ir al norte de América. No olvidemos las dos masacres de San Fernando, en Tamaulipas, en 2010 y 2011 aquellos asesinatos masivos de más de 500 personas en su mayoría migrantes. Años lleva la violencia desatada contra migrantes y hasta ahora pegan de gritos y se ofenden ¿por qué será?
Sobre la lista de acuerdos firmados en el TLC (Tratado de Libre Comercio) ¿cuándo el gobierno había luchado por las condiciones inequitativas del TLC? Siempre ha habido desventaja para el comercio mexicano, en otro momento de mayor popularidad peñista estoy segura que no hubieran dicho ni pío por las ventajosas acciones del gobierno estadounidense, pero esta vez no, no ahora, que al gobierno de Peña Nieto le urge levantar la popularidad porque está patinando en una frágil franja roja “exigen” se guarde el TLC que no ha servido para nada beneficioso a México.
No tengo duda, el conflicto que hoy atraviesan ambos países tiene que ver con que al gobierno mexicano le urge levantar su popularidad y se envalentona raquíticamente ante el propio desastre de un gabinete que “viene a aprender” quiere sacar ventaja del nacionalismo al mismo tiempo que ahora la “supuesta protección” a migrantes es más hacía los empresarios mexicanos que tienen intereses y buenas regalías de sus negocios en los Estados Unidos y la política trompiana les está afectando en serio y por eso van miles de millones de pesos a los consulados mexicanos en el vecino país, ¿realmente esos millones serán para los migrantes? o nuevamente nos enteraremos después de los desvíos que siempre benefician a la misma clase. Apuesto por lo segundo.
Por eso digo que la lección de las tres mujeres indígenas, pobres que ayer pusieron de rodillas al Estado mexicano es una gran lección para toda la nación, porque doblar un sistema que te da por muerta, por inexistente y todavía reclamarle en su propia cara que la lucha no parará hasta que la dignidad se haga costumbre, nos da una pequeñísima prueba de esa visión que ellas tienen y que aún como sociedad no hemos logrado entender casi nada. La dignidad humana.
@Chuytinoco