- Es urgente que el gobierno mexicano dé a conocer su estrategia para defender en Estados Unidos a los mexicanos en riesgo de deportación: Herrera Avila
- México debe asumir una actitud firme y digna en la reunión que sostendrá el presidente Peña Nieto con enviados de Trump el próximo jueves
El senador Fernando Herrera Ávila calificó como irracional y racista la nueva política del gobierno de Trump, anunciada este martes, para recurrir a la deportación masiva de mexicanos, incluso por manejar sin licencia o traer un auto con la calavera rota.
Al referirse a las nuevas directrices firmadas por John Kelly, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el coordinador de los senadores panistas expresó su más enérgica condena y rechazo a esa política, la cual comprende la contratación de 15 mil nuevos agentes migratorios.
El también presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado afirmó que el gobierno de México debe asumir una actitud firme y digna en la reunión que sostendrá el presidente Peña Nieto con enviados de Trump el próximo jueves.
El hecho de que Estados Unidos abra las puertas a las deportaciones masivas es una clara provocación, tan hostil como la anunciada construcción de un muro en la frontera, agregó Herrera Ávila.
Señaló que estamos en presencia de una de las medidas más irracionales de la historia y de claros tintes fascistas, que confirma las malas intenciones de Trump hacia México.
Indicó que asimismo Trump quiere ahogar a México con indocumentados de otros países, para lo cual se requiere diseñar una solución novedosa, amplia e integral que involucre a América Latina y el Caribe.
Censuró las nuevas disposiciones de control migratorio dadas a conocer por el gobierno de Donald Trump, porque traerán como consecuencia la repatriación de un número creciente de migrantes mexicanos que residen en ese país a sus lugares de origen y que provocará la separación de sus familias.
Herrera Ávila no descartó que con esta medida el gobierno norteamericano vuelva a las épocas represoras que se observaron en la administración de George Bush, donde las redadas se realizaban con lujo de violencia y miles de empleados eran detenidos en sus mismos hogares y sitios de trabajo.
Consideró que ante el lamentable endurecimiento de la política migratoria estadunidense, es urgente que el gobierno mexicano dé a conocer su estrategia para defender en Estados Unidos a los mexicanos en riesgo de deportación.
Manifestó que hoy más que nunca es imprescindible asumir un rol más activo y enérgico para proteger de manera efectiva los intereses, la dignidad y los derechos humanos de los migrantes mexicanos.
Es preocupante, dijo, que el Instituto Nacional de Migración mantenga una actitud expectante y no dé muestras de que esté preparado para enfrentar la crisis migratoria y continúe con las prácticas que se le conocen de antaño.
Dejó en claro que en su compromiso invariable de acompañar al Gobierno Federal en el nuevo contexto de la relación bilateral con Estados Unidos, el Senado de la República agotará todos los canales de diplomacia parlamentaria con que cuenta, para defender los intereses de México.
Incluso, añadió, respaldará la decisión de algunos jueces federales de los Estados Unidos de América, que han limitado la política persecutoria en contra de personas migrantes que ingresan o radican en ese país.