Cuando el 14 de febrero, como el día de hoy, cae en martes, hay pocas posibilidades de celebrar hasta tarde y menos cuando aún no llega el pago quincenal por lo que la propuesta, si no se logra por economía o tiempo como una escapada a otra ciudad, una cena a media luz o una visita al bar porque al día siguiente vamos a trabajar, se reduce a hacer una velada romántica con lo que contamos ya en casa y para ponernos a tono una película cursi y rosa es perfecta para la ocasión por lo que hoy recordaremos 3 películas románticas, viejitas y dulces.
When Sally met Harry
Comencemos entonces con Cuando Sally conoce a Harry, del director Rob Reiner y protagonizada por Billy Crystal, Meg Ryan y Carrie Fisher donde Sally es una escritora que llega a Nueva York para realizar su carrera de periodismo. Así se translada en automóvil de su estado hasta la gran manzana y en su largo trayecto la acompaña Harry.
Durante el viaje ambos definen lo que para ellos en ese momento es la pareja ideal y lo que esperan de éstas, Harry encuentra particularmente loquita a Sally y prefiere quedar sólo como su compañero de viaje, pues las mujeres de “alto mantenimiento” no forman parte de sus expectativas.
Años más tarde estos se cruzan y tienen un par de citas amistosas y nada fuera de lo habitual sucede. Tiempo después éstos se reencuentran y como tienen amigos en común por primera vez son amigos reales y comparten tiempo, aficiones, y todo aquello que hace que uno poco a poco deje de ver a un amigo como sólo eso.
Las actuaciones hacen que el desarrollo de la película sea dulce y sumamente divertido, ambos son grandes actores cómicos y juntos son una pareja deliciosamente simpática. Lo interesante de esta película es ver como las expectativas sobre la “pareja ideal” cambian a través de la experiencia y la monotonía y el cómo el tener mucho en común con la otra persona logra hacer que las parejas permanezcan unidas, sobre todo si se divierten y realizan actividades que son afines para ambos juntos.
Recomiendo ampliamente When Sally met Harry no únicamente para pasar una tarde romántica, sino también para volver a creer en el amor y en que todo los buscado en una persona podemos encontrarlo si ponemos atención a nuestro alrededor y somos pacientes, como dice José Saramago “La vida, sin embargo, tiene muchas cartas en la baraja y no es infrecuente que las juegue cuando menos se espera”.
Le fabuleux destin d’Amélie Poulain
Una chica de los suburbios que creció sola con su padre y aislada del mundo deja su hogar para vivir en la capital, El fabuloso destino de Amélie Poulain es una película del director Jean-Pierre Jeunet y protagonizada por Audrey Tautou y Mathieu Kassovitz.
Amélie es una chica inocente que cree en la magia de la vida y no ha tenido suerte en el amor, por lo que sus placeres en la vida son meter la mano en las semillas, romper el caramelizado de la créme brûlé, las películas viejas a blanco y negro, y se interesa por las rarezas de la vida.
Su curiosidad la llevó a encontrar un álbum fotográfico el cual desenvuelve una serie de acontecimientos hasta caer indiscutiblemente en el amor.
El fabuloso destino de Amélie Poulain es una comedia romántica muy original que hasta la fecha ha inspirado otras historias que siguen no sólo su colorimetría, sino también la música y narrativa en algunas películas mexicanas como Ramona, Por mis bigotes, entre otras.
Es una dulce narrativa llena de detalles donde cada uno de los personajes conforman una gran historia, nos permite conocer los matices de una personalidad tímida, curiosa e inocente que no se corrompe ante el impacto de la gran ciudad y que sigue a su corazón sobre todas las cosas hasta encontrar la magia de la felicidad, ella descubre que tiene el poder de hacer feliz a los demás solo si les dedica tiempo y si es ella misma, con su esencia y peculiar manera de ver el mundo.
Amélie es una película para ver una tarde de un día lleno de infortunios o para enamorarse de aquellos detalles que hicieron, la primera vez, amar a nuestra pareja con todo nuestro corazón sólo por ser nosotros mismos y lo mejor seres humanos que somos gracias a ellos.
El inocente
El inocente es una película mexicana de 1955 dirigida por Rogelio A. González y protagonizada por Silvia Pinal y Pedro Infante.
Mane es una chica rica comprometido con un joven de la alta sociedad y pegado a las faldas de su mamá. En la noche de año nuevo Mane tiene que viajar sola a Cuernavaca y en la carretera se le descompone su automóvil, la grúa de servicio en turno la auxilia y lleva hasta su domicilio y ella, por no pasar año nuevo sola invita al mecánico que la apoya a tomarse una copita que se convierte en una gran borrachera.
Al día siguiente, la familia de Mane regresa de la ciudad de la eterna primavera para buscarla y se da cuenta que su hija está en la cama con otro hombre lo que ocasiona un sin números de sucesos cómicos que nos mantienen al filo de la risa durante todo el largometraje el cual, como usted supone bien termina con un final donde los enamorados Mane y Cruci confirman su amor con un beso antes de que la palabra FIN aparezca.
Silvia Pinal y Pedro Infante son la pareja ideal de la comedia romántica de la época de oro del cine mexicano, es el cliché del pobre que se enamora de la rica, sólo que la diferencia es que las actuaciones son limpias y las situaciones, además de sumamente cómicas, son novedosas para los años 50 pues no estaban tan trilladas las historias de cenicientas o cenicientos.
Para creer que las casualidades son posibles y que en el amor no hay límites o barreras, El inocente es una comedia romántica original y rica en perspectiva de la sociedad mexicana de los 50, altamente recomendada para reír hasta llorar y cerrar la noche con un beso de película.
Sin duda, todas las tardes de domingo o cualquier día de la semana es bueno para festejar el día de los enamorados, sin embargo, si lo que espera es la fecha, que el próximo año caerá en miércoles, no olvide alguna de estas recomendaciones o mejor aún, cierre todas sus noches que un gran beso de película al estilo mexicano de los años 50.
Feliz San Valentín a todos los lectores de La Jornada y en especial al hombre que hace que mis días sean siempre rosas.
Laus Deo
@paulanajber