Siempre es interesante observar cómo han sido los inicios de los gobiernos a partir de que se inicia la alternancia en Aguascalientes. Analizar cómo fueron resolviendo la integración de los equipos de trabajo, llámese gabinete, y los obstáculos que enfrentaron para poner en marcha el andamiaje institucional del gobierno, es el objetivo de la presente colaboración.
Felipe González, como el primer gobernador que gana una elección de un partido distinto al PRI, inicia incorporando un equipo que tiene como primer requisito gente cercana que fue conociendo a lo largo de su vida como empresario. Integra también a algunas personas con cierto perfil académico, uno que otro con perfil social y en menor medida algunas dirigencias del Partido Acción Nacional.
Como todo reto que inicia con un equipo sin experiencia en la función pública, el arranque se situó en muchas de las ocasiones en la prueba y el error. Nada es tan difícil estando ya en el ejercicio de gobierno, que trasladar las intenciones y las ofertas de campaña, en políticas públicas, servicios, o realidades tangibles a la población.
La inexperiencia retrasó en muchas de las ocasiones la toma de decisiones y prestación de servicios por parte de los aparatos del estado. Esta inexperiencia, dicen algunos, es una inversión que tiene que hacer la sociedad para ir formando nuevas élites gobernantes.
Se pudieron haber acortado esos procesos si los reemplazos en el gabinete se hubieran hecho con mayor determinación, la falta de cambios de Felipe González en los equipos de trabajo que no cumplían con las expectativas de eficiencia, le generó un estado de confort a los miembros del gabinete, y pocos incentivos para elevar los niveles de eficacia.
El caso de Luis Armando Reynoso fue algo similar, pero por razones diferentes. Al igual que su antecesor tampoco tenía una idea clara de una agenda pública para el estado, aunque traía delineadas algunas ideas básicas. La conformación del gabinete era principalmente el equipo que venía trabajando desde que la Presidencia Municipal, por lo cual estaba cobijando con gente de cierto perfil en el manejo de la administración pública. De igual manera incorporó a amigos personales que provenían del ámbito empresarial, la visión y estilo de este equipo, siempre estuvo ligada a mentalidad empresarial aplicada a la administración pública. En un porcentaje menor, incorporó algunos liderazgos de Acción Nacional.
A pesar que tenía mejores condiciones para echar a andar la maquinaria del gobierno, una decisión desafortunada fue la que obstaculizó los procesos de trabajo casi hasta el final del gobierno de Luis Armando Reynoso.
Tomó una decisión que le generó un costo político-administrativo que lo arrastró hasta el final de la administración. Conformó equipos en las Secretarías con grupos distintos que en muchas de las veces eran antagónicos, esto, además de generar un ambiente pesado, fue una piedra que impidió realizar el trabajo con prontitud.
Alguien le vendió la idea que era la mejor forma de poner a competir a los equipos y lo que realmente pasó es que se boicoteaban unos a otros. Muchas veces se trabaron de manera inexplicable programas e iniciativas que no alcanzaban a bajar a la población y una de las razones era la falta de integración de los equipos de trabajo para desarrollar de manera efectiva las responsabilidades públicas.
En el caso de Carlos Lozano de la Torre, tal vez es quien tenía una idea más acabada de lo que había que hacer, principalmente en el ámbito económico en donde concentraba la mayor parte de su experiencia profesional. Pero a pesar de que tenía una idea más precisa de lo que había que hacer, al enfrentarse a la realidad del ejercicio de gobierno, no lo pudo hacer ni con eficacia ni con la prontitud que se esperaba.
Su gabinete lo conformó con gente del PRI de la vieja guardia, todos aquellos que fueron sus compañeros de trabajo en los tiempos en que el PRI era el partido hegemónico, que le manifestaban además disciplina y obediencia absoluta. Cuadros políticos del PRI que tenían 20 o hasta 30 años sin aparecer en una responsabilidad pública, los incorporó a su gabinete.
A pesar de la experiencia en los asuntos públicos también hubo un proceso largo para poner en funcionamiento la maquinaria del estado. Un grupo que contaba con tanta experiencia en los asuntos públicos, tampoco pudo acortar los tiempos para aplicar con prontitud una agenda de gobierno. Las razones fueron derivadas de un estilo vertical y autoritario que obstaculizaba los procesos más simples. Incluso las funciones más cotidianas tenían que pasar por la gente cercana o autorizada por el gobernador.
El último y más reciente ejercicio de Gobierno es el que encabeza Martín Orozco y aunque muy reciente, podemos observar algunos rasgos que van ir delineando su gobierno. Los indicadores observados serán tema de la siguiente entrega.
[email protected]/@normaglzz