Cuando vimos nacer el internet no teníamos idea de cómo la masificación de los hechos, verídicos o ficticios, nos haría presos del uso de las redes sociales. Ahora hay más de 50 escaparates del ego donde se puede mostrar, como en chismógrafo, lo que hacemos de nuestras vidas.
En realidad las redes sociales no son malas, nos ayudan a mantener el contacto con familiares y amigos en cualquier parte del mundo, y en los últimos tiempos hasta nos permite informarnos, el problemas es el uso que de estas hacemos y las dobles vidas que podemos llevar.
Una de las redes más usadas en México y en nuestro terruño es Facebook, el favorito en el social media en nuestro país y este ha diversificado las noticias, las ventas, el espionaje, la pornografía, el sexting y la autopercepción.
La política emplea las páginas de Facebook para hacer proselitismo y crear imagen por medio de la “publicidad sugerida” aunque sólo el 57% de la población en el 2016 tuvo contacto con las redes sociales (IAB México). Por ejemplo, de pronto vemos, mientras deslizamos la sección de noticias, infomerciales de la presidente municipal, el gobernador, infografías de diputados, senadores o videos de los canales de noticias locales de tal manera que con sólo un clic uno puede acceder a los “desinteresados” mensajes de cualquier político, lo que incluiría el pago a algunos medios para que favorezcan al gobierno ya sea municipal o estatal.
Los políticos que son más abusados tienen asesores que cuidan los detalles de las publicaciones y dan seguimiento al contenido en los blogs que promueven su imagen, así se evita ver que toman video con un celular, el reflejo de quien toma el mismo o que éste se vea pixelado por la baja calidad de la publicidad, sólo por mencionar algunos defectos que pudimos observar en una publicación no muy lejana de un paseo en bicicleta, en fin, lo importante es, a como dé lugar, ser vistos e influir en la vida de quienes observan las redes o viven en ellas.
Los proyectos audiovisuales ahora son más comunes en las ventas y son importantísimos para incrementarlas y poder tener mas seguidores, quienes se convierten en clientes potenciales. En Facebook hay videos para vender todo, desde un cortauñas hasta tractores, así que podemos antojarnos de la “publicidad sugerida” y acercarnos al consumismo, sin embargo, la baja calidad de la imagen también logra hacer que algunas empresas pierdan credibilidad o bien que sus productos sean poco agraciados ante la cámara.
Si bien Facebook es una buena plataforma para hacer negocios, económica y con gran alcance es indispensable el saberlo hacer, e invertir un poco en la producción de la sesión de fotos o creación del video.
Motivadores, actores, cantantes y algunos de gran ego tienen sus páginas personales como “persona pública” con el fin de crear imagen y poder ofrecer sus servicios profesionales, tener cautiva a la audiencia o darse su taco, el problema con estas páginas es que no todos tiene cordura para poder hacer contenido para la audiencia de manera adecuada o con una buena estrategia de mercadotecnia. Ahí pueden hacer escaparate del ego donde satisfacen la necesidad de sus seguidores de tener información y sentirse parte de sus vidas al poder tener algo en común con ellos, la red social.
De manera individual, existen ya muchas teorías sobre el uso de Facebook y su impacto en la sociedad, algunos de éstos sólo dicen el número de mexicanos que están adscritos a ellos y otros hacen referencias a las cuestiones psicosociales del uso de la plataforma, lo interesante aquí es ver más allá del retrato de un muro o bien de las publicaciones.
En lo que todos podemos coincidir es que nuestra necesidad de ser escuchados o tomados en cuenta es la causa del uso de Facebook, es casi inevitable que alguien no seda antes sus encantos de la masificación de las ideas y la correlación de las vidas.
El gran chismógrafo, Facebook, nos permite entrar a la vida de los demás y conocer varios de sus Yoes que en la vida real no mostramos, de esta forma nuestra tendencia a la egolatría, ser el centro de atención, la homofobia, la violencia, el narcisismo, psicopatías, obsesiones, la paternidad ausente, terquedad, incultura y capricho se refleja en nuestras publicaciones.
Los padres actuales (pues en verdad es confuso llamarlos modernos) confunden la normalización de la violencia con la libertad de expresión. Si en los últimos años han existido un número de defunciones de adultos considerables, por gente que conocieron por Facebook de la misma forma, es igual de peligrosa para los adolescentes el que promuevan contenido violento o explícito como el sexting donde los dejan en manos de un gran número de pederastas, distribuidores de drogas y cazadores de la trata de personas.
La violencia que se vive en casa puede salir a flote por medio de sus publicaciones es decir, si en casa los adolescentes viven gritos y denigración personal para ellos será lo más normal el compartir videos y fotos donde se burlen de manera grosera o grotesca de un individuo en una situación específica. Así, si en la familia hay agresión física o psicológica se replicará de manera inmediata y ese contenido le parecerá “normal” a los padres mientras algunos de ellos argumentarán que están al pendiente de lo que publican sus hijos sin poder darse cuenta de que es eso lo que viven cotidianamente.
Algunas madres justifican que las fotos de sus hijas medio encueradas son de “profesionales” quienes les enseñan a tomarlas, sin que las fotografías tengan técnica o sean artística lo que hace dudar la profesionalidad de quien dicta cómo fotografiarse sin que los padres puedan caer en cuenta que para que un adulto enseñe esa técnica a un menor necesita un permiso legal para ello así, el adulto en cuestión, es decir, el fotógrafo profesional, no podrá ser culpado en un futuro por corrupción de menores o hasta estupro, sin olvidar que cuando hay investigaciones judiciales a veces los padres también son enjuiciados, pues su “inocencia” ante el hecho los hace parecer cómplices.
Y qué decir de lo que recién vivieron los regios, un tiroteo por un chico que no fue atendido en terapia, escuela y casa provocando así un trágico final. Los daños de ese acto no quedaron ahí, el morbo y la necesidad de amarillismo provocaron que miles de usuarios de Facebook compartieran el asesinato, dejando ver que en sus familias la insensibilidad evidencia la normalización de la violencia.
Videos como el del tiroteo de Monterrey, ataques a personas ya sea física o moralmente, agresiones a adultos mayores, niños, animales, únicamente son compartidos por quienes, pasiva o activamente, están en pro de dichos actos.
Si cerca de usted hay una persona que en Facebook comparte videos o fotografías violentas invítelo a acudir a terapia, si se niega al menos se hizo el intento por restaurar la paz en México, en su comunidad.
No comparta videos violentos, ni publique selfies inadecuados, ni manifieste su carencia de atención pidiendo ME GUSTA por bobadas, mejor instauremos todos con armonía y salud emocional la paz.
Laus Deo