Julio Anguita es uno de los oradores más elocuentes que han existido en la política iberoamericana, fue coordinador general de Izquierda Unida en España de 1989 al 2000, con sus participaciones en diversos foros provoca que se sacuda la conciencia de los presentes con razonamientos profundamente reflexivos, en términos simples; con sus argumentos desnuda a la verdad, se le puede ver de pies a cabeza en su manera más natural. Anguita sostiene que diversos intereses económicos en el mundo construyen lo que él llama “literatura de la evasión”, bajo este concepto, el político español describe la manera en la cual los medios de comunicación muestran a los personajes públicos a través de un modelo de disección y se abren para que se destroce como lo hacen las aves carroñeras. Nada mejor para distraer la atención señala él, nada mejor.
La consecuencia inmediata en la tesis de Anguita es que tras la distracción venga la resignación de el ciudadano y, con ello, una especie de drogadicción social misma que distrae la atención de lo que ocurre en la realidad, los hechos concretos que afectan y dañan a la población, entre más se aleje de el estudio serio y el análisis responsable será mejor la dosis. La semana pasada, el discurso oficial sembró la mentira que le permitiría reducir el impacto de la salida de Agustín Carstens del Banco de México, sólo en un día la noticia impactó sensiblemente en el tipo de cambio, y había que buscar uno o varios cuerpos que abrir y destriparlos; los canales de comunicación proclives a esas causas difundieron que los diputados recibiríamos un supuesto “bono”, buena ocurrencia decembrina, pero dolosa e insostenible mentira.
La realidad es que el autor de la narrativa del falso bono consiste en sumar primero nuestra dieta (70 mil pesos), con nuestro aguinaldo, (120 mil) con las percepciones que recibe el personal cuya labores consisten en apoyo legislativo y en la gestión social así como también los medicamentos y alimentos que la gran mayoría de los legisladores entregamos en nuestros distritos a personas que viven en alta marginación. En su afán de sumar, hasta los impuestos sumaron. Como legislador he señalado y denunciado asuntos documentados, subrayo: documentados y probados de corrupción, he sido protagonista y testigo de la intervención de la mano del Gobierno Federal para evitar que ello salga a la luz pública.
La transparencia y la rendición de cuentas son para quienes somos legisladores federales un compromiso auténtico, las recientes modificaciones legislativas harán que hasta nuestros estados de cuenta puedan ser públicos, el Sistema Nacional Anticorrupción está en marcha pero bajo ninguna circunstancia se puede asumir que que este sistema sólo deba de ser para los legisladores, esa narrativa falta a la verdad y golpea al sistema tal y como se golpeó y derrumbó al sistema venezolano, también hay un populismo mediático que vende periódicos y suma visitas a los portales, pero no es responsable ni serio, hago votos porque se cuide la información vertida, el populismo es tan voraz que también come periódicos, si no pregunten en Venezuela.
@JorgeLopez_M