Las organizaciones de la sociedad civil, nacen por la insuficiencia del gobierno por atender diferentes problemáticas. Si el gobierno fuera capaz de atender a todos los sectores y no tuviera deficiencias, las organizaciones de la sociedad civil no existieran.
Así surgen observatorios de movilidad que presentan iniciativas de transporte digno, o algunos colectivos a favor de la movilidad no motorizada y que visibilizan las muertes de los ciclistas.
O también así surgen organizaciones que buscan espacios públicos porque no se sienten representados, como Wikipolítica. Así, también colectivos que buscan evaluar y fomentar la cultura de transparencia como Cimtra o la calidad de vida como Jalisco Cómo Vamos o vigilar el cumplimiento de los derechos de audiencia como el Amedi y muchos más que buscan visibilizar problemas, diseñar soluciones o implementar las soluciones en materia de seguridad, justicia, derechos humanos, igualdad, medio ambiente, etc.
Esas organizaciones, como lo dije, surgen para atender deficiencias del estado. Aunque afirmo que si todo estuviera atendido y perfecto, estas organizaciones no existieran, es pertinente decir, como afirmé hace unas semanas en este espacio: el gobierno no puede solo y necesita de los ciudadanos, ya sea en plano individual o colectivo. Como dice Luis F. Aguilar, el gobierno no tiene los recursos suficientes para gobernar.
Para entender ese nuevo modelo de gobernar y de solucionar los problemas públicos donde la sociedad civil-ciudadanos e instituciones públicas colaboran entre sí, debemos entender que hay dos problemáticas muy claras:
– La cerrazón de las instituciones públicas
– El puritanismo de la Sociedad Civil
Empezando por la cerrazón de las instituciones públicas, este tiene su origen en el México autoritario, el México unipersonal, el México cerrado, el México antidemocrático. Sin embargo, hoy no estamos en ese México, aunque algunos digan que vivimos en el México de los 70, no podrían decirlo si lo que afirman fuera cierto.
El México de hoy requiere de gobernantes del siglo presente y es lo que no ha ocurrido en totalidad, porque el México de hoy es plural, es más libre que antes, tiene más instituciones autónomas que buscan defender los derechos de los mexicanos. Ese México necesita gobiernos plurales y más libres, necesita gobiernos que abran la llave del poder político y dejen fluir los espacios de decisión y diseño.
El proceso de las políticas públicas plantea cuatro etapas principales: conocimiento previo, diseño, implementación y evaluación. Las instituciones públicas han tenido deficiencias en las cuatro etapas, por lo que la sociedad civil-ciudadanos, académicos, empresarios y medios de comunicación estarían obligados, en este nuevo modelo, a aportar recursos, no sólo económicos sino intelectuales en el diseño, implementación, evaluación y conocimiento previo. Las instituciones públicas tienen los recursos económicos para implementar personal que se dedica a aplicar las soluciones, estructura, infraestructura, difusión y autoridad moral.
El gobierno, entonces, debe abrir canales de participación para generar ese diálogo donde los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil aporten sus recursos. Entre esos canales se encuentran los mecanismos de participación ciudadana como presupuesto participativo, consultas populares, cabildo abierto, etc.
En segundo lugar sobre el puritanismo de la Sociedad Civil, me parece el más delicado. Porque sobre la cerrazón de los gobiernos ya hay ejemplos de gobiernos que han implementado mecanismos de gobierno abierto o de participación social que pretenden co-gobernar con los ciudadanos. Sin embargo, la sociedad civil permanece en un discurso puritano que en muchas ocasiones se determina como “la voz del pueblo”.
La sociedad civil no la representa una organización, la sociedad civil no siempre tiene la razón, la sociedad civil no siempre es buena y tiene buenas participaciones. Incluso la sociedad civil, aunque tiene buenas intenciones, en muchas ocasiones se ve cegada por la desinformación. Y ese es el mayor riesgo. La sociedad civil condena a quienes reciben recursos públicos porque forman parte de la estructura, no los quieren recibir de manera directa pero sí de manera indirecta.
La sociedad civil denuncia a los políticos por ser políticos sin asumirse actores de la política. La sociedad civil busca estar siempre lejos de la clase política porque no se sienten merecidos. Es decir: la clase política no merece las opiniones de la sociedad civil. Ese es un falso puritanismo, un error y una postura que no permite consolidar la democracia y que se convierte en un retroceso en la aplicación del modelo de gobernanza.
La sociedad civil debe asumirse como actor político, capaz de interactuar con la clase política, de cabildear sus temas y de ser consultado por las instituciones públicas. Sin que eso violente su justa lucha, sin que eso se convierta en acciones de imparcialidad. Este falso puritanismo puede llevarnos a cuestionar a todos los actores públicos que reciban recursos públicos, como los académicos universitarios o becados.
La sociedad civil debe asumirse responsables y capaz de actuar, debe dejar de lado ese puritanismo y entrar al juego político de la toma de decisiones, por otro lado los gobernantes deben abrir esos espacios y demostrar la voluntad de hacerlo, no solo en discurso sino en acciones.
@caguirrearias