Héctor Mendoza, director y dramaturgo clave del teatro mexicano de la segunda mitad del Siglo XX - LJA Aguascalientes
22/11/2024

  • Autor de 45 obras y director de más de 70 puestas en escena, con las cuales marcó una nueva era en la escena teatral
  • Para Héctor Mendoza Franco su vida era el teatro. “No he hecho otra cosa. Todo es dentro o fuera del escenario”, señalaba el dramaturgo, director y formador de actores

Autor de 45 obras de teatro y director de más de 70 puestas en escena, Héctor Mendoza, quien nació en Apaseo el Grande, Guanajuato, en 1932, y falleció en la Ciudad de México, el 29 de diciembre de 2010,  fue un renovador frente a las convenciones de su tiempo, pues gracias a su sentido del juego y su intuición, marcó una nueva era para la puesta en escena en México, a lo largo de la segunda mitad del Siglo XX.

En entrevista realizada en 1998, el director y dramaturgo comentó que “el teatro me escogió a mí, porque no fue algo que busqué, sino que más bien me encontró. Ahí estaba cuando el teatro vino a mí. Y vino desde tempranísima edad”.

Fue en 1953, con apenas 21 años de edad, cuando estrenó su obra Las cosas simples, luego de haber estudiado Literatura Española en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y actuación en la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). El montaje fue aplaudido de pie y celebrado con pañuelos blancos por el público.

Por dicha puesta en escena se hizo merecedor al Premio Juan Ruiz de Alarcón y de una beca del Centro Mexicano de Escritores, donde estuvo en dos ocasiones y fue condiscípulo de Emmanuel Carballo, Luisa Josefina Hernández, Juan Rulfo y Ricardo Garibay.

En 1954 fue nombrado jefe de la sección de Teatro Estudiantil de la Dirección de Difusión Cultural de la UNAM y dirigió el programa de Poesía en Voz Alta, donde también participaron Octavio Paz, Juan Soriano y Juan José Arreola.

De 1957 a 1959 obtuvo la beca de la Fundación Rockefeller para estudiar en la Universidad de Yale y en el Actor’s Studio con Lee Strasberg. Además tomó un curso de pantomima con Etienne Decroux y participó en un seminario de dirección con José Quintero.

A su regreso a México, fundó en 1960 un grupo estable de experimentación teatral en La Casa del Lago y en 1973 fue nombrado jefe del Departamento de Teatro de la UNAM, donde renovó el vocabulario actoral en el país al trabajar a profundidad con la técnica Stanislavski e indagar en el teatro ritual de Grotowski.

Fue profesor durante más de 40 años del Departamento de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, impartió clases en la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA y fue profesor invitado en la Universidad de Texas. Con Julio Castillo y Luis de Tavira fundó el Núcleo de Estudios Teatrales.

Entre sus puestas en escena destacan: La pesadilla, de Gorostiza, en 1955; Terror y miserias del Tercer Reich, de Brecht, 1960; Pedro Talonario, de Mira de Amezcua, y Woyzeck, de Büchner, en 1961; La danza del urogallo múltiple, de Luisa Josefina Hernández, en 1971; Reso, espectáculo basado en textos de Eurípides y Homero, con la que participó en el Festival de Belgrado en 1974, así como La verdad sospechosa, 1984, y La amistad castigada, 1994, ambas de Juan Ruiz de Alarcón.


Entre las obras de su autoría se encuentran Ahogados, de 1951; In Memoriam, sobre textos de Javier Acuña, de 1975; ¿Y con Nausístrata qué?, de 1978; La historia de la aviación, 1979; Noches islámicas, 1982; Hamlet, por ejemplo, 1983, y Secretos de familia, de 1991.

Además desarrolló una metodología actoral inspirada en Diderot y Stanislavski, la cual presentó en cinco obras: Actuar o no, La guerra pedagógica, Creator principium, El burlador de Tirso y El mejor cazador, la cual se estrenó en 2005.

Héctor Mendoza fue Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores del Fonca, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1994, mismo año en que recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, mientras que en el XIII Festival Internacional de Teatro Hispano realizado en 1998 en Miami, obtuvo un reconocimiento a su trayectoria, además fue miembro de número a la Academia de Artes de México desde 2006 y Premio Universidad Nacional por la UNAM en 2007.

La última obra que escribió y dirigió fue Resonancias, la cual se estrenó en febrero de 2010. En su honor, el 10 de julio de 2013 fue inaugurado el foro Amacalone para la experimentación escénica.
Con información de la Secretaría de Cultura


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