I look at my environment
and wonder where the fire went,
what happened to everything we used to be.
I hear so many cry for help,
searching outside of themselves.
Now I know his strength is within me
The Miseducation of Lauryn Hill – Lauryn Hill
México vive un desastre educativo. Las políticas federales y estatales no han servido para sacar a nuestros estudiantes y a nuestros profesores del inmenso bache en el que se encuentran. Esto tiene costos sociales amplísimos y elevados. La llamada “Reforma Educativa” (que, como lo hemos dicho antes, atiende a aspectos más de índole laboral del magisterio que a necesidades concretas sobre planes y programas y aplicación de la instrucción escolar) se diseñó mal, se consultó mal, se promulgó mal, y ahora se negocia mal su ejecución. Las víctimas, niñas y niños en edad escolar, padecen el producto de las tensiones entre los sindicatos, los partidos y la autoridad educativa. Sin embargo, ¿dónde estamos en materia de educación en México? Recién esta semana se hizo público el resultado de la prueba PISA, que evalúa el estatus de la educación en los países afiliados a la OCDE, y los indicadores para México son no sólo poco halagüeños, sino hasta escandalosos.
El Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), aplicado por la OCDE entre sus países miembros, se realiza cada tres años. Su enfoque se centra en la lectura, las matemáticas o la ciencia. La prueba evalúa la formación de los alumnos cuando llegan al final de la etapa de enseñanza obligatoria, hacia los 15 años. De acuerdo a su página de internet (https://goo.gl/CZepfr), la prueba “tiene por objeto evaluar hasta qué punto los alumnos cercanos al final de la educación obligatoria han adquirido algunos de los conocimientos y habilidades necesarios para la participación plena en la sociedad del saber. PISA saca a relucir aquellos países que han alcanzado un buen rendimiento y, al mismo tiempo, un reparto equitativo de oportunidades de aprendizaje, ayudando así a establecer metas ambiciosas para otros países… Examinan el rendimiento de alumnos de 15 años en áreas temáticas clave y estudian igualmente una gama amplia de resultados educativos, entre los que se encuentran: la motivación de los alumnos por aprender, la concepción que éstos tienen sobre sí mismos y sus estrategias de aprendizaje. Cada una de las tres evaluaciones pasadas de PISA se centró en un área temática concreta: la lectura (en 2000), las matemáticas (en 2003) y las ciencias (en 2006); siendo la resolución de problemas un área temática especial en PISA 2003. El programa está llevando a cabo una segunda fase de evaluaciones en el 2009 (lectura), 2012 (matemáticas) y 2015 (ciencias)”. Pues bien, de 2000 a 2015, México ha permanecido con resultados penosos por debajo de la media de la OCDE. Quince años en los que poco o nada se ha hecho (o lo que se haya hecho se hizo mal) para remediar un desastre cuyos costos apenas podemos intuir.
Para efectos documentales de esta columna, se consultó el informe PISA 2015 (disponible completo en PDF en https://goo.gl/EfuIrm), así como los diarios El Universal, Milenio, El País, así como la revista Proceso. Los resultados de la prueba 2015 nos ponen en el siguiente plano:
- De acuerdo al resultado PISA, México está ubicado en el lugar 59 de 71 países valorados.
- Los jóvenes mexicanos de 15 años de México obtuvieron 416 puntos en ciencias, 423 puntos en lectura, y 408 puntos en matemáticas, mientras que el promedio de calificación de la OCDE fue de entre 493 y 490 en las tres materias. Un resultado que nos coloca por debajo de la media mundial.
- Este año, al enfocarse en ciencias, la prueba PISA estandarizó la evaluación de seis niveles de competencia en pensamiento y habilidades científicas, desde el más bajo, el 1 (con 331 puntos, el más deficiente), hasta el más alto, el 6 (con 707 puntos, el nivel de excelencia). En esta escala, México se encuentra en el nivel 2.
- En ciencias, México está por debajo de Trinidad y Tobago, Chipre, y Turquía; y al nivel de Georgia, Montenegro, Qatar y Tailandia.
- En ciencias, apenas un 1% de los jóvenes mexicanos logra un rendimiento de excelencia (niveles 5 y 6), mientras que un 36% apenas obtiene un nivel mínimo.
- México invierte solamente el 31% de la media de la OCDE en educación. De acuerdo a este informe, el gasto de México en educación -en relación con el PIB del país- es más bajo que en muchos otros países de América Latina, como Costa Rica, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana y Perú.
- También, México se destaca sobre la media de la OCDE en ausentismo e impuntualidad escolar.
- Respecto al corte de género, en México los niños superan a las niñas por 7 puntos en promedio; esta diferencia es mayor entre estudiantes de alto desempeño (16 puntos).
- Respecto al corte socio-económico, en los países de la OCDE, un estudiante con una mayor ventaja socioeconómica obtiene 38 puntos más en ciencias (lo equivalente a más de un año de escuela) que un estudiante con una menor ventaja socioeconómica. En México, la diferencia es de 19 puntos, la más baja entre los países de la OCDE.
- Respecto a la razón entre las tasas de empleo y el nivel educativo, se revela que el acceso al empleo para personas con menor educación es mayor que para las personas con mejor nivel educativo. “A pesar de que los adultos mexicanos jóvenes han alcanzado niveles de educación más altos, los datos indican que son más vulnerables al desempleo”. En ese mismo rubro, nos encontramos con que hay más mujeres desempleadas que hombres, cuando ambos grupos tienen el mismo nivel educativo.
Luego “ler” los números de la catástrofe, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, se consoló diciendo que México no está tan mal, porque -dijo- “México se encuentra por encima de los países de América Latina”, lo cual implica que nuestra virtud se cifra en que otros países están peor que nosotros, de acuerdo a la perspectiva de un secretario que llevó la tensión por la negociación de la Reforma Educativa en una escalada desde un problema técnico a un problema de gobernabilidad en el país. Ante estos resultados, Gabriela Ramos, directora de gabinete de la OCDE, expresó lacónica “No es ni con mucho lo que los estudiantes de México merecen”. En mi colaboración anterior -aún antes de que se publicaran los resultados de PISA- ensayaba ideas sobre los peligros intrínsecos en nuestro atraso educativo. Hoy lo reitero. El país arde en varios frentes y vivimos las consecuencias de no haber sabido elegir a un gobierno que pudiera, ya no lidiar los fuegos, sino al menos no incendiar más aspectos de la catástrofe nacional. Graves retos nos afrontan, y aún quedan casi dos años de un Gobierno Federal desbrujulado y un contexto de sucesión política sin proyectos -ni en los partidos ni en la ciudadanía- que puedan propiciar un cambio a mejor.
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Al inicio de diciembre, La Jornada Aguascalientes cumplió ocho años. Me congratulo de formar parte de este diario que -me consta- es plural, abierto al diálogo, competitivo, y que constituye un foro plural y necesario para las distintas voces que lo conformamos. Seguro habrá detractores del papel que juega este diario en la dinámica local y regional, ya que cualquier línea editorial de cualquier medio podrá (y deberá) estar siempre a discusión. Pero sé -porque me consta- que cuando la crítica al ejercicio editorial de este periódico ha sido en abono al crecimiento de un Aguascalientes plural, siempre se le ha dado bienvenida; no así a la crítica mezquina, infundada, oportunista, visceral, del lavadero de las redes sociales. Así pues mi felicitación a todos quienes conforman el equipo de trabajo de La Jornada Aguascalientes, a todos; y un agradecimiento y felicitación en lo particular a Edilberto Aldán Ahedo, director editorial, por comandar a todos los talentos que hacen posible el necesario vaso comunicante al que ahora usted favorece con su lectura. Felices 8 años y que vengan muchos más.
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