Este año los diputados se auto aprobaron un bono de 150 mil pesos bajo el concepto de “asistencia legislativa”.
Según la página de internet de la propia cámara baja, la asistencia legislativa es “el apoyo económico que reciben los legisladores para sus labores de gestoría que realizan en su carácter de representantes populares”; para lo que tienen etiquetados, sólo para este 2016, la graciosa cantidad de 75 millones de pesos.
Estos son algunos diputados que rechazaron dicho bono: los 23 legisladores de Movimiento Ciudadano renunciaron a 3.45 millones, quienes también lo rechazaron el año pasado; los 36 integrantes del grupo parlamentario de Morena a quienes les correspondían 5.4 millones; del PRI de 208 diputados que integran la bancada sólo once renunciaron al bono; cuatro de los 109 diputados del PAN encabezados por Javier Bolaños; Jorge Márquez del Partido Verde sin el apoyo de sus 41 compañeros que no lo han rechazado; y el independiente Manuel Clouthier, hijo del icono panista. Mientras los perredistas Francisco Martínez Neri y Agustín Basave dijeron que lo aceptarán, pero lo donarán a instituciones educativas.
Paréntesis, es por demás interesante en el caso de los legisladores panistas que suelen citar frases de Manuel Clouthier Maquio pero no han sido capaces de seguir el ejemplo de su heredero para renunciar al bono, digo…
Los coordinadores parlamentarios del PRI, PAN y PRD han justificado cada uno a su manera la entrega de estos recursos a sus paleros, bajo varios pretextos como los recursos serán utilizados en cobijas para regalar en zonas vulnerables, que será utilizado para el pago de aguinaldos de personal a cargo de los diputados que no cobran en la nómina de San Lázaro o donados a instituciones educativas, ajá…
Hace un par de semanas, el diputado por Aguascalientes Jorge López Martín, en su espacio editorial en La Jornada Aguascalientes (https://goo.gl/XtGDfi), hizo referencia a Julio Anguita en la idea de cómo el “político español describe la manera en la cual los medios de comunicación muestran a los personajes públicos a través de un modelo de disección y se abren para que se destroce como lo hacen las aves carroñeras. Nada mejor para distraer la atención señala él, nada mejor.”; lo anterior para explicar “la farsa” que los medios de comunicación habíamos confabulado para acrecentar “la drogadicción social misma que distrae la atención de lo que ocurre en la realidad, los hechos concretos que afectan y dañan a la población, entre más se aleje de el estudio serio y el análisis responsable será mejor la dosis”.
Y explicaba: “La realidad es que el autor de la narrativa del falso bono consiste en sumar primero nuestra dieta (70 mil pesos), con nuestro aguinaldo, (120 mil) con las percepciones que recibe el personal cuyas labores consisten en apoyo legislativo y en la gestión social así como también los medicamentos y alimentos que la gran mayoría de los legisladores entregamos en nuestros distritos a personas que viven en alta marginación. En su afán de sumar hasta los impuestos sumaron. Como legislador he señalado y denunciado asuntos documentados, subrayo documentados y probados de corrupción, he sido protagonista y testigo de la intervención de la mano del gobierno federal para evitar que ello salga a la luz pública.”
Y así fue como los medios informativos de todo el país creamos esa realidad alterna sólo para manchar la imagen de tan honorable clase política que tenemos en México y obviamente siempre actúa en favor de los ciudadanos y sobre todo de los más necesitados.
En esa realidad que creamos para engañarlo, estimado lector, creo firmemente que el bono que se concedieron a ellos mismos es por lo menos cínico (por no decir una chingadera).
Los políticos de siempre, cada día se encargan de demostrarnos con hechos que su discurso sobre honestidad, transparencia, honradez, solidaridad, la verdad y la responsabilidad, no son más que palabras o como decimos los jodidos: de lengua me como un taco.
El dinero del erario que se auto regalaron nuestros empleados será utilizado seguramente, como hacen muchas de las cosas los políticos, bajo la mayor discrecionalidad, la ilegalidad y la opacidad; lacerando profundamente la austeridad con la que presumen trabajar día a día.
Seguramente para los políticos como Jorge López, o sea, para la mayoría de ellos, esto sólo sea un sueño pacheco que nos inventamos en un fume quienes no habitamos en su realidad. Tal vez el churro sea necesario para aguantar nuestra realidad, esa que ellos no conocen.
@aguileralespron