Apenas estaba terminando lo que ahora amablemente estás leyendo cuando me enteré de la muerte de Greg Lake, un referente en el rock progresivo y una de las luminarias imprescindibles para quienes, en general, amamos la música. El texto que amablemente estás a punto de leer estaba ya prácticamente terminado y ya no consideré oportuno cambiarlo, pero sí quiero hacer mención de este hecho y comprometerme, evidentemente, de que el próximo banquete estará dedicado a recordar un poco, sólo un poco, imposible hacerlo en su totalidad, la obra de este fantástico bajista y cantante, primero con King Crimson, en sus dos primeros discos: In the court of the Crimson King y después In the wake of Poseidon, para después integrar el trío de Emerson, Lake & Palmer.
Bien, pues aclarado lo anterior, pasemos a lo que nos corresponde y es recordar a John Winston Lennon a 36 años de su muerte, imposible pasar por alto esta fecha que marcó el curso de la historia de la música del Siglo XX con letras de oro y finos acabados.
El martes 9 de diciembre de 1980 varios de mis amigos llegamos vestidos de negro a nuestras clases en la prepa de Petróleos, recuerdo que uno de ellos, uno de los más radicales amantes del buen rock, además de quien esto escribe, se llama Guillermo Rodríguez y que apodamos el Pato, me dijo en inglés (así éramos de fachosos, nos gustaba hablar frecuentemente en inglés): “John Lennon was killed last night”.
Sí, en efecto, John Lennon fue asesinado la noche del 8 de diciembre de 1980, una noche extrañamente tibia en el frío otoño neoyorkino.
Lennon llegaba a casa, un departamento en el lujoso y exclusivo edificio Dakota en el taquicárdico corazón de Manhattan cuando alguien lo llamó por su nombre: “Mr. Lennon”, después de pronunciar estas palabras disparó sobre su cuerpo y el exbeatle cayó muerto en la entrada del edificio Dakota. Ese lunes por la noche jugaban en el Giant Stadium de New Jersey, zona conurbada con la Gran Manzana, los Jets de Nueva York contra los gloriosos New England Pats, se dio la noticia en el estadio y se dice que se escuchó un lamento de más de 80 mil voces.
En aquellos años, te recuerdo, estamos en 1980 en Aguascalientes, no se transmitían los juegos de la NFL de los lunes por la noche, de lo contrario yo habría estado pegado a aquel viejo televisor Philco que estaba en la sala de mi casa, tú sabes, jugaban los Patriotas y eso era, de hecho sigue siendo, y creo que ahora más que antes, algo muy importante para tu servidor. De cualquier manera estaba pegado al televisor viendo una de mis series favoritas, Starsky & Hutch, se interrumpió el programa para dar la noticia, en realidad no era cualquier cosa, John Lennon, de 40 años de edad acababa de ser asesinado en la ciudad que nunca duerme.
¿Qué?, ¿John Lennon asesinado?, un hombre que usó la música como un instrumento de paz moría víctima de la violencia, ¿cómo era eso posible? Pues sí, eso era lo que estaba sucediendo. Acababa de regresar a la escena de la música internacional después de un retiro voluntario de cinco años, regresó para la grabación del disco Double Fantasy del que sobresalen temas como Just like starting over, Woman o Watching the wheels, empezaba a escribir algo así como la segunda parte de su carrera solista cuando fue cobardemente asesinado por Mark David Chapman.
De hecho, la vida musical de Lennon como solista es muy breve, no obstante tuvo una gran cantidad de grandes composiciones que alcanzaron el éxito, tanto en el aspecto comercial como en el más importante, la propuesta musical y artística, entre algunos de los títulos más significativos de su producción solista, podemos mencionar Give Peace a chance, el primero y que todavía aparece firmado por Lennon & McCartney, aunque evidentemente la composición es estrictamente de Lennon, vinieron otras en el curso de los siguientes 5 años, todas ellas, o la mayoría, proclamando la necesidad que el mundo tiene de paz, de amor o de respeto a los derechos de los demás: Instant Karma, Jealous guy, Working class hero, Mother, God, Mother, How do you sleep, con dedicatoria especial a Paul McCartney, Oh my love, Out of the blue, la imprescindible Mind Games, la mejor composición de Lennon para quien esto escribe, y evidentemente Imagine, un auténtico himno que trascendió y sigue trascendiendo las generaciones, una tema musical que se ha utilizado para abanderar algunos movimientos por la paz o los derechos civiles.
Lennon murió muy joven, a los 40 años se es muy joven, como dice Ian Anderson, “muy viejo para el rock & roll, muy joven para morir”, aunque yo, a mis 17 lo veía como todo un señor de respeto por la edad, es increíble cómo cambia el concepto de vejez conforme vamos creciendo, hoy, a mis 53 años, los 40 me parecen apenas el inicio de todo. Seguramente nos tenía reservada mucha música que por su prematura muerte se vio truncada, sin embargo, ya estamos entrando al terreno de la especulación, ¿qué más habría hecho?, ¿de qué manera habría enriquecido a la música de haber vivido más tiempo?, ¿cuántos discos más habría grabado?, lo cierto, lo único cierto, y esto, por supuesto, no es especulación, es que John Lennon creía en la utopía del amor, por eso cantaba con la convicción de los soñadores: “Todos brillamos como la luna, las estrellas y el sol” en la canción Instant Karma o en Mind Games: “el amor es la respuesta”.