El próximo martes 15 de noviembre, estará tomando posesión la legislatura número sesenta y tres, de las del estado. Hoy, martes 8 de noviembre será el último de la sesenta y dos: al altísimo, gracias.
La sesenta y dos no se marcha sin pena ni gloria. No. Todo lo contrario: se marcha dejando pena ajena y poca gloria. ¡Qué fea legislatura, oiga usted! Divididas fracciones mayoritarias. Clientelares fracciones minoritarias. Improductivo trabajo en comisiones. Y un ánimo de enfrentamiento y violencia parlamentaria sin parangón. Ahí le va, estimado lector, querida lectora; lo bueno, lo malo y lo feo.
LuisFer. El hombre de la elegancia en la tribuna, lo fue, sin duda, el diputado Luis Fernando Muñoz López. Se le notaron formación académica y experiencia de casi treinta años en lo político.
Moderado y culto, Luis Fer; lástima que se perdió en el ambiente de mercado popular tipo “Tianguis de la Estrella” que prevaleció durante casi toda la legislatura. ¡Ahí para la otra!
–¡En desacuerdo! Montoneros, filibusteros, embusteros y cu…enteros. –Ah, caray! permítame diputada Garfias, ahorita le toca su turno. Disculpen los lectores. Seguimos…
Chuy Rangel. Nació para la política el diputado Jesús Rangel de Lira y nació para identificar y defender causas sociales populares.
El del Trabajo se ubicó. Debatió y propuso desde la desesperanza de los trabajadores que ganan salarios vergonzosamente bajos. Muchas e importantes acciones más, espera esta Cocina, en lo futuro, de Chuy Rangel.
–¡Oiga usted, Cocinera! Autoritaria, mala leche, mala nota y mala vibra; solicito su expulsación. –¡Ah, caray! permítame, diputada Garfias, le repito, ahorita le toca su turno. Disculpen los lectores. Seguimos…
Oswaldito Rodríguez. Tuvo la virtud de mantener en todo tiempo y en todo momento la congruencia entre la postura de su partido y la propia.
Sin hacer grandes aspavientos, ni emprenderla con actitudes protagónicas, se convirtió en uno de los ejes del poco equilibrio conseguido, así como contrapeso en la balanza ¡muy desbalanceada! de la negociación parlamentaria. El joven diputado Oswaldo Rodríguez demostró lo que es la mesura inteligente. ¡Bien por él!
–¡No me bloqueen el micrófono! ¡Favoritistas, panistas, socialistas, villistas, carrancistas y zapatistas. –¡Ah, caray! permítame una vez más diputada Garfias, ya merito le toca su turno. Disculpen los lectores. Seguimos…
Martha Márquez. Se inició en la “porra brava” la diputada Márquez. Pero luego entendió que no era por ahí.
En el segundo año legislativo, se le concedió la importante labor de coordinar una bancada ¡bien desbancada! -¿o de debo decir, desbocada?-. Pero lo hizo bien, la joven panista diputada Marthita. Echó el talento político a andar y se dispuso con ánimo en su papel de negociadora.
Martha no sólo transitó; sino que asumió con entereza la coordinación parlamentaria y con toda dignidad se enfrentó a los “tiburones” políticos opositores: propios y de otras fracciones. ¡Bien por Martha! No se amedrentó y no se desubicó. Pudo con el reto y seguramente podrá, con los que le depare el futuro.
–¡No más les gusta hacerla, pero que no les hagan! Lorenistas, Lozanistas, Maderistas, Anayistas, rucos, barbilampiños. –¡Ah, caray! ¿Otra vez, diputada Garfias? Deme chance de terminar mi escrito. Disculpen los lectores. Seguimos…
Ángeles Aguilera. –¡Qué mala memoriaa! ¡Buuuú! ¡Bájenlaa! ¡Ex procuradora de la Familiaa! ¡Ex subsecretaria de Gobiernoo! ¿Ahora es diputadaa? ¡Ah chis! ¿Muy talentosa ellaa? ¡Panista! ¡Priista! ¡Chivista! ¡Americanista! –Así fue, querida lectora, apreciable lector, cada intento de intervenir en tribuna de la popular China Aguilera, y es que su compañera de legislatura, la diputada Sylvia Garfias, se dedicó sesión tras sesión a recitar el currículum de Ángeles y ¡no la dejó hablar!
Ángeles “China” Aguilera solicitó en toda ocasión al presidente de sesión en turno, que pusiera orden a su acosadora e insólitamente principal propagandista de su amplia carrera en el sector público; “pero no fue posibleee” como versa la canción de JuanGa, y “hoy se tiene que iiiir” la diputada Aguilera, con la satisfacción de haber aportado con gran sapiencia jurídica en una veintena de iniciativas y con una orden de protección judicial de no acercar a menos de 50 metros a Silvita “envidiosita” Garfias. ¡Hágame usted el favor!
Leo Montañez y Adolfo Suárez. Ambos dos fueron y fungieron como los “juristas” de la sesenta y dos. Adolfo decidido promotor de la doctrina clásica jurídica y Leonardo concentrado en destrabar la burocracia que impide, en los procesos legales obtener justicia pronta.
Debo decir que me causó gran decepción ver a ambos subir a tribuna para defender lo indefendible e ir en contra de la eliminación del fuero como cobijo para la delincuencia cometida desde la función pública. Pero es de entenderse que así se los instruyeron y por esta ocasión debieron representar la parte culpable del caso. Fuera de ello ¡Bien! por ambos abogados. Buena capacidad argumentativa, desde luego, y orden racional en la exposición de las ideas.
–¡Objeción! Argumentativos, leguleyos, vendidos, corruptos, coyotes y quiotes ¡Eso no dice el reglamento!. –¡Ah, caray! Diputada Garfias, su razón no es única y su verdad es relativa, permítame continuar con mi Cocina. Disculpen los lectores. Seguimos…
–¡Nada qué! Exijo un receso. Es que la cocinópolis no me deja intervenir. ¡Exijo que se declare un receso porque: Ay, mamá, mira esta María, siempre trae la leche muy fría, yo así no, la quiero tomaar… que se la lleven a enfriaar!
Nos vemos en la próxima, estimados lectores. A fin de llevar la fiesta en paz, mi dirección editorial me solicita hacer un receso de una semana. Le seguimos el próximo martes, si el altísimo me permite llegar y la diputada Garfias me permite concluir.
CODA ciudadano. Adopción gratuita de perros y gatos en Aguascalientes: Páginas, www.vetinn.com.mx ; www.amigosproanimal.org O llama a Vett Inn: Tel 175 8882. Gabinete Veterinario: Tel 918 3961. Vet Pet 914 4076.
¡Buenísimo!
Totalmente de acuerdo.
La peor Legislatura que ha tenido Aguascalientes.
Gracias a Dios, que ya se van.
Funcionarios peleoneros, no más vieron intereses propios, después de su partido y muy al último al pueblo.
De bajísimo criterio y mente pobre.