- El ombudsman local consideró que la iniciativa de Antonio Martín del Campo no subsanará las deficiencias del sistema de reinserción social
- Además de la autoridad, la ciudadanía también posee una responsabilidad social hacia los infractores: Martín Jáuregui
En opinión del presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Aguascalientes (Cedha), Jesús Eduardo Martín Jáuregui, la colocación de chips de geolocalización a exconvictos con el propósito de rastrearlos desde que abandonan las prisiones no evitará que vuelvan a delinquir.
Para el ombudsman local, la propuesta hecha por el presidente municipal, Antonio Martín del Campo, no subsanará las deficiencias del sistema de reinserción social: “mi impresión personal es que -el alcalde- está tocando un tema que es una tarea pendiente para la sociedad, una de las asignaturas que todavía no hemos podido asumir como sociedad”.
A diferencia del munícipe capitalino, quien aseguró que esta medida ha sido incorporada con éxito en otros países por lo que será presentada a los integrantes de la próxima Legislatura del Congreso del Estado para su análisis, Martín Jáuregui manifestó que la iniciativa aún no está madura, por lo que consideró difícil que pueda llevarse a una discusión seria en el próximo trienio.
En entrevista colectiva, refirió que “si colocan chips a los delincuentes, luego vamos a ver que venden estos mismos chips en la Línea de Fuego y por docenas”, toda vez que no se está consiguiendo rehabilitar a las personas que purgaron una sentencia y además, ni siquiera se tiene un control de los miembros de las corporaciones policiacas.
Martín Jáuregui subrayó la necesidad de que tanto las autoridades como la sociedad en general no satanicen a los expresidiarios y, en su lugar los traten como a ciudadanos que enfrentan un problema que se debe atender: “la gente sigue pensando que los delincuentes son una especie de seres aparte, condenados al averno, como si estuvieran marcados para siempre una vez que se inauguran en el mundo delictivo”.
Lamentó la falta de apoyo que la autoridad destina a los expresidiarios, a quienes ni siquiera se les acercan oportunidades de trabajo cuando son dados de alta de los centros penitenciarios: “en las mismas cárceles hay grupos de delincuentes que controlan a los ingresados y les ponen cuotas; desde que los reciben hay un maltrato que de alguna manera está solapado por los responsables de los penales (…), al salir libres regresan al mismo medio donde se desarrollaron como delincuentes”.
El titular de la Cedha enfatizó que la ciudadanía también posee una responsabilidad social hacia los infractores, pues estos comportamientos tienen mucho que ver con el medio en el que las personas nacen y se desarrollan.