Gana mucho quien sabe perder
Anónimo
Así, en primera persona del plural y en calidad de confesión de parte. La elección 2016 nos deja muchas lecciones y múltiples lecturas. Ya se tuvo el tiempo y los espacios suficientes para divagar en torno a ellas por parte de la intelligenza local.
Mi experiencia fue de toccata y fuga. Por primera vez intenté la candidatura a diputado mediante una fórmula novedosa en el PRI que le abrían las puertas a miembros de la sociedad civil y con el respaldo del amigo Fernando Díaz de León quien, por otra parte, debió ser el candidato natural a la Alcaldía de Pabellón de Arteaga.
Por esa misma vía de sociedad civil, también lo hizo Alberto Viveros, director de noticieros de Radio Grupo, y dio asomos de entusiasmo el nieto de Agustín Morales (Hidrocálido y Radio Universal), el joven periodista Enrique Hernández. Todos los casos fueron frustrados por diversas razones y el desencanto lo fue en mayor o menor medida dependiendo del techo de la ambición. Por contra, en el PAN, la sociedad civil jugó un papel protagónico para obtener los candidatos que les dieron los primeros dos gobernadores locales, entre otros cargos. Así las cosas.
El fenómeno que se acusa consiste en ver cómo los medios de comunicación en Aguascalientes -como en muchos otros lugares del México- ya no se conforman con ser el cuarto poder y pretenden abordar el poder-poder en posiciones clave dentro de la administración pública estatal. Como lo sentenció una amiga “perdieron el piso y el guión por la nota”. En gran medida, la imparcialidad se extravió, la objetividad se esfumó y la credibilidad se perdió. El resultado dista mucho de ser bueno y lo saben en ambas empresas y ya perfilan su plan de ataque a la próxima administración oficial.
No se trata de ser imparciales a cualquier costo y en todo momento, vemos cómo ya sin recato los medios apuestan libremente a sus candidatos allegados, en especial en USA. Lo grave es la falta de pluralidad en nuestros medios, es decir pocas manos que controlan mucho espacio informativo.
Ahora bien, si cavamos más hondo, el costo de las elecciones este año fue de 153 millones de pesos de los cuales 93 millones fueron puestos en manos de los partidos políticos, más los que por su cuenta recaban y no siempre reportan. El incremento del costo operativo de la elección del 2010 a 2016 fue de 160 por ciento, un abuso (La jornada 26/12/2015). Una gran rebanada la llevan los medios -es su agosto- y en esta ocasión ambas radiodifusoras se inclinaron a un color. Eso sí quedó diáfanamente claro.
Ante el resultado, una vez más se confirma la tesis: Los medios son condición necesaria, pero no suficiente para ganar elecciones.
No mandan ni las estridencias vocales, ni los chantajes económicos. En cuanto a la sentencia que ratifica a Martín Orozco Sandoval como gobernador para el periodo 2016-2022, si bien la cita de Cervantes es errónea, digamos que su fondo encontró un buen contexto en Aguascalientes, “con la Iglesia hemos topado, Sancho”. La Iglesia católica intervino y merece el obispo Muñoz un “estatequieto” por parte de Segob, del INE, del IEE y de su grey. Sin embargo, resulta infantil pensar que lo fue todo. Se ve el árbol, no el bosque. Las culpas y las responsabilidades se deben buscar adentro y no afuera de la mega coalición frustrada y frustrante. Los casi cinco meses de espera por parte del tribunal electoral han servido para especular más de la cuenta. Los intereses y los interesados han hecho mella de lo que entienden por “político” o “política” y ya es hora de recuperar el pulso del Estado, mirar alto y poner Aguascalientes en una nueva frecuencia.
BAJALE PLUTARCO !!!!
El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender. Plutarco
* Fe de erratas: dice Obispo Muñoz debe decir el Obispo de la Torre