Que crezcas siendo buena persona
que crezcas siendo fiel
que siempre digas la verdad
y veas la luz a tu alrededor.
Que siempre seas valiente
permanezcas firme y fuerte.
Que siempre permanezcas joven
siempre joven, siempre joven,
que siempre permanezcas joven.
Forever Young – Bob Dylan.
La tendencia sigue ya a finales de este fatídico 2016, fatídico en términos de música, específicamente de la buena música, en este momento no recuerdo cuántos músicos protagonistas, de esos que tienen la facultad de tomar en sus manos las tendencias musicales y darle la forma que ellos quieran, de esos, no sé exactamente cuántos se han ido durante este año, pero la verdad son muchos para poco menos de doce meses, Bowie, Pierre Boulez, Glenn Frey, Lemmy Kilmister, Keith Emerson, el que más me dolió, es la verdad, y no sé cuántos más, y ya ves, al año le quedan unas cuantas semanas y tenemos la noticia de la muerte de Leonard Cohen, en este caso específico, no sé quién lo lamentará más, si el mundo de las letras o el de la música, creo que no se trata de competir, el arte, en general, deberá lamentar la muerte de este gran poeta, novelista, ensayista y claro, músico.
Toda proporción guardada, encuentro un paralelismo entre las posturas musicales de Cohen y Dylan, sin duda, ambos toman la música sólo como un pretexto por medio del cual puedan externar todos sus impulsos literarios, llámese poesía, novela o ensayo, todo cabe en la música y resulta ser esta un extraordinario medio, un vehículo transmisor de sus ideas y posturas literarias.
Creo que Leonard Cohen ha sido subestimado en el mundo del rock, seguramente no estaré equivocado al mencionar que la gran mayoría de los amantes del rock, entre los cuales, por supuesto, me incluyo, difícilmente mencionaríamos a Cohen como uno de nuestros músicos favoritos, nos gusta, claro, pero no lo tenemos en el nicho de otros, creo, ya analizando con calma y sin el aprecio que naturalmente de la muerte, ya sabes, todos los que se mueren son “buenas personas”, pues bien, intentando ser lo más objetivo posible, y sin dejarme llevar por la emoción, entiendo que Leonard Cohen es uno de esos casos de injusticia en donde no se parecía en todo lo que vale la propuesta de un artista, debemos tener en cuenta lo que dice el crítico Bruce Eder acerca de Leonard Cohen que “es uno de los cantantes y compositores más fascinantes y enigmáticos de finales de los años sesenta” y sin duda lo es, resulta fascinante por su estilo tan poco ortodoxo de hacer y entender la música, rompe completamente con todos los estándares de cómo es o debe ser un rockstar, de hecho, él, junto con Dylan son la antítesis de lo que comúnmente podríamos entender como una estrella de rock, nada más lejano a este simplismo y al mismo tiempo falso estándar.
No es la imagen la que proyecta a una verdadera luminaria, no sólo del rock, sino de cualquier expresión musical y de hecho de cualquier disciplina artística, es en este caso el intenso y profundo ambiente literario, son sus contenidos los que dan vida inmortal a este gran poeta y músico canadiense.
Leonard Cohen nació en Montreal, Canadá el 21 de septiembre de 1934, sus contenidos, tanto en la poesía, como en la novela y la música versaban acerca de temas como la religión, la política, la vida ascética, la soledad, las relaciones personales, la sexualidad y otros temas en donde daba libre cauce a todas sus inquietudes.
Leonard Cohen ingresó al Salón de la Fama del rock and roll con sede en la ciudad de Cleveland Ohio pero también al salón de la fama de su país. Recibió el premio de literatura Príncipe de Asturias en al año 2011 y es reconocido con la misma solvencia tanto en el mundo de las letras como en el de la música.
Algunos de sus más importantes libros son, entre otros: Let us compare Mythologies y The spice box of earth, ambos de poesía y son sus dos primeras manifestaciones literarias. Su primera novela es The favorite game y la escribió en 1963, dentro de su producción literaria también podemos contar las novelas Beautiful losers y un sinfín de poemarios como Parasites on heaven, la recopilación Selected poems que reúne algunos de sus poemas de 1956 a 1968, The energy of slaves, Death of a lady’s man, Book of mercy, stranger music y Book of longing que además de poesía, contiene algunos dibujos.
Dentro de la música podemos mencionar discos como Songs of Leonard Cohen de 1967, el clásico Songs from a room, Songs of love and hate, I’m your man, The new songs, Old Ideas y You want it darker.
Siguiendo con el casi inevitable paralelismo, que no comparación, entre Cohen y Dylan, y retomando la canción de Bob Dylan Forever Young de 1974 del álbum Planet Waves, podemos decir que Cohen, a sus 82 años, permaneció para siempre joven.
Leonard Cohen falleció el 7 de noviembre de 2016 a los 82 años de edad en su casa en la ciudad de Los Angeles, California. Al hacer pública la noticia de su muerte, su hijo Alan declaró: “Mi padre murió en paz en su casa, sabiendo que había grabado lo que él sentía en uno de sus mejores discos, I want it darker”. Descanse en paz Leonard Cohen.