Debemos reconocer que el país está pasando por un momento muy difícil en cuanto a las finanzas nacionales, pues el triunfo de Trump, en las elecciones pasadas en los Estados Unidos, ha sido la causa de que muchos inversionistas estén sacando sus dólares o exigiendo el cambio de pesos a dólares. Lo anterior está presionando el nivel de reservas, que actualmente se encuentran en 174 mil millones de dólares. Si bien es cierto, también se cuenta con un derecho de giro del Fondo Monetario Internacional por 86.500 millones de dólares; o sea que la fuerza de resistencia de las divisas se encuentra en peligro, por las siguientes causas: La devaluación del peso- dólar ha sido, del 2012 a la fecha, de un 26%, lo cual ha sido el aumento de nuestra deuda en dólares que en esa divisa tenemos que pagar. Por otro lado tenemos que el Banco de México ha tenido que subir, ya dos veces, los intereses con la finalidad de frenar la salida de capitales, pero en la misma proporción que han subido los intereses ha subido el importe de la deuda y el servicio de la misma.
Tenemos que la baja de Pemex, en la producción y por ende de sus ingresos, ahora en lugar de aportar divisas se le tiene que apoyar con recursos por su situación, y la baja en su producción ha causado que las refinerías cada día produzcan menos gasolinas. Ahora se ha anunciado que la producción de gas ha sufrido una caída tremenda, pues en 2011 la producción era de 185 mil barriles diarios de gas licuado, y este año, en el mes de marzo, cayó hasta 131 mil barriles diarios. Quiere decir que la caída en la producción fue de 29.19%. Si bien es cierto que en septiembre se logró una recuperación, pues se produjeron 140 mil barriles diarios; pero la caída ha sido muy importante. Pemex reportó a la Bolsa Mexicana de Valores que tuvo una caída de 52.5 por ciento en las ventas de gas licuado, con un valor de 9 mil 700 millones de pesos.
Todo lo anterior es muy grave en cuanto a los ingresos de la empresa, pero por otro lado están subiendo las importaciones de gas. Se estima que actualmente se está importando el 35% del consumo nacional, y al paso que vamos, podría llegar al 50%. Todo esto, debemos decirlo, se paga en dólares, y estos dólares salen de las reservas internacionales. Aunado a ello, las importaciones de gasolinas y derivados del petróleo cada día van en aumento, en la proporción que cae la producción de Pemex. O sea que entre el servicio de la deuda y la importación de energéticos tenemos una sangría muy importante de divisas. Por eso las calificadoras de deudas han dicho que la deuda que estaba calificada como estable, ahora la califican en negativa. A causa de eso, ahora que se tenga que renegociar algún crédito, los impuestos serán más altos, y el presupuesto que se ha aprobado para el año que entra, no cubre el déficit, pues no es ni la mitad de lo que es el servicio de la deuda.
Con todo esto, creo que la disciplina financiera y la reestructura de Pemex, son urgentes, pues la reforma energética topó con este gravísimo problema, que no se previó. A ello hay que agregar la cantidad de estados que se van a paralizar por las deudas irresponsables que los gobernadores tomaron, y que en algunos casos su deuda representa una cantidad arriba del 200% de sus ingresos totales, y ahora estarán pidiendo a la Federación que los rescate.
Estos son algunos casos de la presión que se ejerce sobre las reservas internacionales del país. Y si, ya Agustín Carstens lo había advertido.